13. Desahogo

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Emilio.



Entro al aula de clases y lo veo, me dirijo a mi asiento y las miradas preocupantes de Keyla y Noah me reciben.

- ¿Tengo algo en la cara? – pregunto con humor.

- Sé está corriendo el rumor de que te vieron en la salida con Gress – mi sonrisa se esfuma - Creo que lo molestaron al llegar. Cuando llegamos él estaba hecho bolita en el suelo – las últimas palabras de Noah hacen que mi estómago comience a retorcerse.

Esto no puede ser posible.

- Traté de ayudarlo, lo vi temblando, se veía muy indefenso, pero solo me pidió que no me acercara y me fuera – me dice Keyla.

Mierda. Mierda. Mierda.

- No puedo creerlo – digo para mí mismo - ¿Quién fue? – ambos alzan sus hombros al mismo tiempo y la impotencia comienza a albergar mi sistema.

Estoy a punto de ir hacia él, pero la voz de la docente me frena.

Joder.

El no alza su cabeza en toda la clase, está mirando su regazo mientras aprieta su libreta contra su estómago como si buscara refugiarse en esa libreta, pero aun así no deja de trabajar.

Espero impaciente a que llegue la hora del almuerzo y pueda acercarme a él.


~∆~

Cuando por fin la hora llega me separo de mis amigos y me dispongo a buscarlo. No me importa saltarme la comida.

Le hicieron daño por mi culpa y no estuve ahí para ayudarlo.

Defenderlo.

Tardo, pero finalmente logro encontrarlo. Está en el baño en el último cubículo, ese que es para discapacitados.

La puerta está emparejada, toco levemente y asomo mi cabeza.

Está llorando con sus piernas pegadas a su pecho y sus brazos alrededor de sus piernas.

Mi pecho duele y no sé por qué.

Esta situación es tan cliché que hago lo mismo que hice la vez pasada.

- Joaquín – le llamo suavemente tratando de lucir lo más calmado posible, pero lamentablemente lo veo tensarse en el momento que escucha mi voz.

Levanta lentamente su cabeza y sus ojos mojados me encuentran.

Jamás imaginé que una mirada así podría causarme tanto. Sus ojos lucen rojos, hinchados y muy mojados.

- Vete – dice de inmediato.

- No lo haré, dime que te hicieron, por favor. Quiero ayudarte, necesito ayudarte.

- Yo sabía que esto iba a suceder – sorbe su nariz.

- ¿Quién fue? – trato de acercarme, pero parece alejarse más cada vez que me ve acercarme.

No me quiere cerca.

- No los conozco y no pude verlos. Me golpearon por la espalda diciéndome que no me querían cerca de ti. Vete, Emilio.

- No me iré, ¿dónde te golpearon?

- No te importa.

- Si no me importara no estuviera aquí ¿te duele? – señalo su estómago.

- Te dije que no te importa, ¡vete! - alza su voz provocando que mi cuerpo se tense - ¿No ves que lo único que haces es lastimarme más? Todo estaba mejor cuando no estabas cerca de mi ¡Lárgate! ¡Fuera! Déjame lastimarme yo solo.

Cúrame [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora