14. Primer intento

2.7K 425 363
                                    


Joaquín.

Mi pulso está incrementando en cada paso que doy hasta entrar a su habitación. No sabía que una mirada podría hacerme sentir tan mal.

Cuando se fue del baño mi estómago dejó de doler por las patadas, pero en cambio, mi pecho comenzó a dolerme sin razón alguna.

Me había desahogado con él y de la peor manera.

Dios, este chico solo trataba de ser amable y lo arruiné.

Él sabe mi secreto y el miedo a que lo cuente está muy presente en mi cabeza.

Necesito cerciorarme de que no le dirá a nadie, aunque eso me permita lastimarlo más con tan solo tenerme a su lado.

¿Por qué quiere conocerme?

Solo lo lastimaré.

Lastimo todo lo que toco.

Él no merece el dolor.

Él es bueno, en sus ojos no veo maldad, veo compasión.

Quiere ayudarme, pero nadie puede ayudarme.

Fue un reto acercarme a su casa y tocar su puerta. Mis manos no dejaron de temblar en ningún momento.

Lo único que mi mente pensaba en todo el camino hacia su casa era que necesitaba que él me recordara que no le diría a nadie.

Cuando su madre abrió la puerta su mirada reconfortante cayó en mí. Me evaluó unos segundos y me dejó pasar sin preguntarme absolutamente nada.

Me acompañó hasta su cuarto y se fue.

No me gritó, no me miró mal. Ella era....linda, buena y muy agradable. Emilio era muy afortunado.

- Los dejo solos – nos dice a ambos.

Miro hacia el suelo aun con mi libreta apretada contra mi pecho, mi mochila sigue enganchada en mi espalda. Doy un paso dentro de su habitación y ella cierra la puerta detrás de mí.

- ¿Qué haces aquí? – me encojo en mi lugar ante su voz molesta.

Por favor, no me grites

Tomo valor y alzo mi vista. Lo veo sentado en su cama. Su cabello está desordenado, sus rizos caen por debajo de sus orejas.

Tiene el pelo muy largo.

Su semblante luce molesto, pero en sus ojos veo curiosidad.

No me golpeará.

- Quiero disculparme por mi actitud en el baño de la Universidad, no debí gritarte, sé que solo querías ayudarme.

- ¿Eso es todo?

- ¿Le has dicho a alguien? – me mira confundido – Mi secreto – agrego.

No contesta y mi cuerpo comienza a temblar. Le dijo a alguien. ¿Le dijo a mi madre? Oh dios mío, por favor que no.

- No.

Vuelvo a respirar.

- Gracias – digo de inmediato en un suspiro.

- No te entiendo – esta vez soy yo quien lo mira confundido – Por un momento eres tímido, por otro te comportas con humor y después con enojo. ¿Tienes problemas para controlarte?

- No lo creo.

- ¿Me odias?

- No podría odiar a alguien que lo único que quiere es ayudarme.

- Sé que no puedes estar cerca de mí - trago pesadamente - Es como si pensaras que te haré daño al acercarme a ti - bajo mi vista - Te encojes de miedo con el sonido de mi voz mientras que yo solo trato de ser buena persona y en cambio tu actitud en segundos se vuelve agria. Dijiste en el baño que solo te lastimo y déjame decirte que eso es lo último que quisiera hacer. Dijiste que no tienes amigos, pero yo te dije que podría serlo, pero parece que solo haces lo posible por alejarme de ti. Tienes algo en tu interior que es malo, tus comportamientos deben tener un motivo.

Cúrame [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora