28. Apoyo mutuo

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"Never give up on you" de Lucie Jones se reproduce en multimedia. 🌻
•••

















Emilio.






















- ¿Qué pasó con Abraham, buuh? - escucho su pregunta una vez que la película culmina.

- Todo está bien - respondo tranquilamente.

- ¿Ya están mejor? - asiento - Me alegra mucho por ti, ya no quería ver esa cara enojada tuya.

- Lo siento, buuh. Es solo que el tema me ponía muy nervioso. Hace unos años hice algo que ahora no me hace sentir tan orgulloso - Joaquín arquea una de sus cejas mirándome curioso - Pero ahora que sé el motivo verdadero por el que en verdad se fue me siento más tranquilo.

- ¿Y cuál fue el motivo?

- Sus papás y su carrera musical. Tenía que irse sí o sí.

- Entiendo, pe-pero ahora estás mejor ¿verdad? - alzo mi cabeza de su pecho para poder mirarlo. Le sonrío levemente.

- Desde que me permitiste entrar a tu vida soy la persona más malditamente feliz del mundo - me sonríe enternecido.

- Me alegra hacerte feliz, Emi. Tú a mí también me haces muy feliz. Eres el motivo por el que la felicidad existe.

- ¿En serio? - asiente.

- Me salvaste de un agujero del que jamás pensé escapar, me rescataste de la soledad. Al principio creí que solamente me harías daño o yo a ti. Por eso te puse muchas trabas al principio, pero pudiste más que mi miedo. Me enseñaste a sonreír, me enseñaste a reír y me enseñaste a quererte. Sin duda eres la persona más bonita que la vida me pudo traer.

- Tu también eres la persona más bonita que la vida me trajo, buuh. Llegaste devolviéndome las ganas de reír, tu eres el motivo de mi felicidad.

- ¿Soy tu felicidad? - sus mejillas se tiñen de un ligero tono carmín que me hace morir de ternura.

- Lo eres - afirmo.

- Tú también eres la mía, ricitos.

Muerdo ligeramente mi labio inferior mientras me dispongo a volver a su pecho para acostar mi cabeza. Cierro mis ojos y me dejo llevar por las caricias que me brinda su pequeña mano.

Mi pecho se infla con un sentimiento desconocido que me provoca inquietud. No me doy cuenta, pero me quedo dormido.

Joaquín.

Tomo mi celular y veo la hora. Son exactamente las 6 de la tarde. Mi hermana ya debería de estar en casa y mi madre no tardaría en llegar.

Con todo el esfuerzo de no despertarlo muevo su cabeza y la coloco encima de una almohada. Me coloco mis zapatos y a pasos silenciosos salgo de su habitación.

Me encuentro con su mamá en la sala.

- ¿Te vas?

- Sí, es demasiado tarde. Emilio está dormido, nos vemos después - le sonrío amable.

Ella se levanta y me abre la puerta. Me despido con mi mano y me dirijo a mi casa. Abro con mi llave y entro. Todo está en silencio, por suerte mi madre no ha llegado.

Subo las escaleras. Mi cuerpo se tensa al instante en el que noto la puerta de la habitación de mi madre abierta. Me asomo y miro la espalda de mi hermana. Tiene una bolsita pequeña con una sustancia blanca en ella.

Cúrame [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora