25. Es él

2.7K 396 166
                                    


Joaquín.


En toda mi vida había experimentado el tipo de miedo que me provocaban los golpes y las violaciones que recibía mi cuerpo diariamente, pero jamás había sentido el miedo de saber que Emilio estaba mal.

De un momento estábamos bailando animadamente sin ningún problema y al otro Emilio estaba en brazos de uno de sus amigos estando inconsciente. Subieron a una de las habitaciones del dueño de la casa que parecía ser amigo de Emilio. Yo estaba al lado de su amiga, le había pedido que no se acercara tanto a mí, pero que me dejara quedarme.

Cuando sentí que había soltado mi cintura me preocupé, pero cuando miré su rostro pálido y sus ojos a punto de cerrarse rompí en lágrimas.

¿Qué había mal con él?

¿Acaso lo había lastimado?

No estábamos haciendo nada malo, ¿o sí?

Solo estábamos bailando juntos, como amigos. Yo no tenía ninguna mala intensión, solo quería bailar con él.

El chico que lo cargó le dice a la chica a mi lado que puede pasar, ella me mira esperando a que la siga. Lo hago y entramos a la habitación.

Emilio está acostado en la cama, sus ojos están abiertos.

Logro respirar.

- Joaco – me llama una vez que me ve.

Me acerco hacia donde está él a pasos lentos para después arrodillarme al pie de la cama y acercarme un poco más sin llegar a ser molesto con mi presencia. Mi rostro sigue húmedo y él lo nota. Acerca su mano a mi mejilla y limpia una lágrima.

- ¿Por qué te desmayaste? – no puedo evitar que mi voz comience a quebrarse al pronunciar la primera palabra.

Sus ojos lucen tristes. Abre su boca para contestarme, pero una voz detrás de nosotros le interrumpe.

- Lo mismo queremos saber todos aquí, Emilio. ¿Qué mierda te pasó? – me encojo al escuchar la voz molesta del amigo de Emilio que permanece detrás de mí.

¿Por qué todos tienen la voz tan grave y atemorizante?

- Baja la voz, Noah – le regaña Emilio – No me pasa nada, estoy bien. Punto.

- Nadie se desmaya por nada, Marcos – los ojos de Emilio solo me miran a mí todo el tiempo ignorando completamente a su amigo.

- ¿Me dirás a mí? – le pregunto en un susurro.

- Estoy bien, es lo único que debes saber – suspiro resignadamente al saber que no me contará.

Me pongo de pie cuando lo veo levantarse. Lleva su mano a su pecho y se pone a mi lado.

- Siéntate en la cama, llamaremos a un doctor – le ordena el chico.

- No me interesa ningún doctor. Estoy bien, Noah.

- Emilio, por favor deja que te revise un doctor – pide la chica luciendo un poco histérica. La vi demasiado preocupada por Emilio.

- Keyla – él la llama suavemente – Estoy bien, solo quiero irme a mi casa a descansar. Esto solo fue un desmayo, he estado estresado últimamente, solo tengo que descansar.

- ¿Seguro que no nos estas mintiendo?

- Noah, basta. Todo está bien, gracias por ayudarme, pero ya tengo suficiente de esto.

Toma mi mano y comenzamos a caminar juntos. Me encojo al sentir todas las miradas furiosas de los amigos de Emilio sobre mí.

Aún hay personas en la casa, así que con un poco de dificultad logramos salir de ahí Caminamos hacia la salida lo más rápido posible, pero a los segundos logramos escuchar los gritos de la amiga de Emilio a nuestra espalda deteniendo nuestro caminar.

Cúrame [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora