30. "Eso"

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"Keep holding on" de Avril Lavigne se reproduce en multimedia. 🌈





Emilio.




En todo el camino Joaquín venía con un semblante serio. Abraham no dejaba de asecharme con su mirada a través del espejo retrovisor. Se me había hecho muy raro que Estrella nos haya pedido que nos fuéramos para hablar con Joaquín. Su condición me inquietaba, estaba más pálida que la ultima vez.

Solo esperaba que pudiera resistir más.

Abraham aparca su auto afuera de mi casa y bajo al lado de Joaquín.

- Si necesitas algo sabes que puedes llamarme – asiento - ¿Estás bien? – asiento una vez más ante las preguntas de mi buuh.

Esta vez sin pedir permiso lo jalo a mis brazos para apretarlo contra mi cuerpo porque lo necesito y quiero sentirlo junto a mí. Aspiro su cabello contagiándome de su valentía y energía. Se separa y toma mi rostro en sus manos.

Deposita un suave beso en mi mejilla y se va.

Lo sigo con mi mirada hasta que me aseguro de que entró sano y salvo a su casa.

Giro mi rostro y me encuentro con los ojos penetrantes de Abraham observando los míos con sumo detenimiento. Me mira como si tratara de encontrar algo en ellos.

- ¿Vienes conmigo? Quiero hablar contigo, podemos ir por un helado si quieres – asiento lentamente.

Me subo a su auto una vez más para sentarme en el asiento del copiloto. Arranca y a los segundos siento la brisa del aire fresco golpeando contra mi cara. Mis rizos se elevan en el aire.

- Sé lo que estás pensando – me aproximo a decirle – Te estás preguntando como es que terminé juntándome con esa chica en sus condiciones y déjame decirte que no lo hice por lástima.

- Yo no iba a decir eso, es solo que me sorprendió.

- No estoy orgulloso por lo que estoy haciendo, pero me reconforta saber que la estoy haciendo feliz o eso me dice ella.

- ¿Qué tiene?

- Cáncer de pulmón etapa cuatro – suspiro.

- Oh mierda, eso es horrible, lo siento mucho.

- Yo también.

- ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?

- Ya no hay nada que hacer – cierro mis ojos mientras dejo que el aire se introduzca en mis pulmones llenándome de tranquilidad.

Abraham baja del auto cuando llega al lugar que quería. Entra a una heladería y a los minutos sale.

- ¿El coco sigue siendo tu favorito? – asiento. Me extiende el cono de helado y lo tomo. Entra al auto y vuelve a ponerlo en marcha – ¿Estás consiente de lo que te comprometiste al hacer eso? – asiento - ¿Y ella que dice?

- Está feliz, creo.

- ¿Y tú?

- Yo siempre soy feliz si ella lo está.

- No hablo de eso, hablo de tu felicidad. ¿Hay alguien?

- ¿Qué importa eso?

- No seas negativo, tanto como ella y tú merecen ser felices.

- Tal vez haya alguien, pero no quiero aceptarlo. Creo que estoy confundiendo las cosas – confieso mientras me endulzo con el sabor del helado. Está muy frío.

Cúrame [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora