Sed de Sangre (2)

Capítulo Tres

– ¿Será un hechizo de Fausto o el techo realmente parece alejarse cada vez más? – pregunté estirando las manos hacia arriba. 

Logan y yo estábamos tendidos sobre la alfombra, mirando la nada, en silencio...

– Ninguna de las dos, creo que son los hongos que empiezan a hacer efecto– comenzó a reírse él, imitando mi gesto. 

Miré sus brazos de reojo y me di cuenta que el izquierdo tenía tatuada a una serpiente. Entrecerré los ojos, la tinta negra envolvía su antebrazo y parecía... ¿Moverse? 

– La serpiente de tu brazo se mueve...– tomé su muñeca y tiré hacia mí para verla de cerca – ¿Si la toco me morderá? – 

– Es probable– dijo él, sonriendo de lado– no es un efecto de los hongos, mi tatuaje realmente se mueve, incluso cuando no estamos drogados– 

– ¿Es broma? – arrugué la frente y ambos giramos la cabeza para mirarnos. 

– No es un tatuaje, es una maldición–

– ¿Una maldición? ¿Por qué? – era extraño pero el color de sus ojos era tan brillante que aturdía. 

Sin pensar en lo que hacía, acerqué mi mano a su rostro y lo sostuve para concentrarme en el color de su iris. 

– Tus ojos parecen el espacio– le dije sin siquiera prestar atención a su respuesta sobre la maldición. 

– Sí, bueno... Muchas me dicen que me hacen parecer profundo– 

– Pero no lo eres ni un poco ¿Verdad? – dije intentando meterle el dedo en el ojo, pero él me apartó de un manotazo. 

– Déjame ver los tuyos– dijo él, mientras ambos nos incorporábamos para sentarnos como indios. 

Él me sostuvo el ojo con dos dedos para mantenerlo abierto, como si estuviese a punto de operarme la córnea y entrecerró los párpados para enfocar su visión. 

– Los tuyos parecen un puto hielo– sonrió – siento como si todo se intensificara, es una locura... Deberíamos probar cosas ahora, seguro las sentimos amplificadas– 

– ¿Cosas como qué? – 

– Sangre... Beber sangre en este estado debe ser genial– dijo él, poniéndose de pie y por alguna razón levantó mucho las piernas para caminar, como si hiciese la marcha de un soldado– ¿Vamos a cazar? – 

– Yo... No bebo sangre...– 

– Lo dije, eres un hada–rio con diversión, mientras me tendía una mano para ponerme de pie– ¿Por qué no? – 

– Me asquea... Además, no quiero morder a las personas... No pienso hacer eso– 

– Te estás perdiendo de la mejor parte de ser un vampiro– me puse de pie y nos detuvimos el uno frente al otro– morder y ser mordido es tan...– 

– ¿Asqueroso? – intenté acertar arrugando la frente, mientras detrás de Logan veía pasar a un sacerdote con una túnica fucsia– ¿Quién es ese? –  le señalé abriendo mucho los ojos. 

– No hay nadie ahí– se rio él, volviéndose en la dirección que apuntaba mi dedo– creo que quieres cambiar de tema... Mordámonos– 

– No vas a morderme con esos dientes– 

– ¿Y con qué te muerdo entonces? – él entreabrió los labios y se pasó la lengua por sus dientes blancos que parecían destellar con luz propia– te dejo hacerlo primera– me ofreció palmeándose un par de veces el hombro, como invitándome.