Sed de Sangre (2)

Capítulo Once

Cedric se movía delante de mí sin perder su elegancia de siempre, sacudiendo un poco la cabeza al ritmo de la música.

–  Vamos April– su rostro se inclinó hacia mí, con una sonrisa de lado y mirándome directo a los ojos.

Sin esperar respuesta deslizó sus dedos por mi brazo derecho y me tomó de la mano, comenzando a moverla de un lado a otro para que bailara con él.

Apreté los párpados y respiré hondo, intentando convencerme a mi misma que no podía maldecirlo cada vez que se acercaba.

– Sólo muévete con la música. No pienses en nada más– me pidió acercándose cada vez más.

Nos miramos a los ojos por un par de segundos y finalmente asentí. Comencé a moverme lentamente, de un lado a otro, intentando sentirme relaja igual que lo había hecho antes de que él llegara. Cedric levantó mi mano y me hizo girar varias veces hasta que en mis labios se dibujó una sonrisa. Comencé a bailar con más ánimo, con mi trago aún  un lleno, salpicándome los dedos.

Las manos de Cedric, se deslizaron por mi cintura mientras, por alguna extraña razón, por fin nos sonreíamos.

Levanté el vaso y le di un trago a mi bebida. Aquello era mil veces más suave que el tequila que había bebido. No me quemó la garganta, bajó por ella, frío y dulce.

– ¿Comemos? – inquirió Godric uniéndose a nosotros, después de esquivar a una multitud de personas sudorosas.

– ¿April? – me miró Cedric, como esperando a ver si aceptaba, pero negué con la cabeza.

– Ve tú Godric, me quedo con ella– le respondió Cedric, sonriéndole de lado a su amigo.

Godric asintió, encogiéndose de hombros y en vez de alejarse, tomó a la primera chica que encontró a su lado y la mordió con voracidad en el cuello.

No pude evitarlo. Aún por encima de la música oí perfectamente el ruido de las succiones, más aún cuando se acoplaron con las de Logan, a pocos metros de nosotros.

Solo pensar en la sangre llenando sus bocas me daban náuseas. La saliva comenzó a arremolinarse en mi boca, me esforcé por tragar pero volvió a llenarse rápidamente.

Me solté de la mano de Cedric y eché a correr por entre la gente hasta los baños. Pasé junto a la fila de chicas que esperaba para entrar, cubriéndome los labios con la mano en un intento por controlarme mejor, pero ni siquiera llegué a los váter. Poté en uno de los lavabos bajo la atenta mirada de todas.

¿Lo peor? Lo peor fue que lo que vomité era  la sangre de Logan, que había bebido ese mismo día

– ¡Oh por Dios! ¿Estás bien? – me preguntó la chica más cercana, con los ojos abiertos de par en par, viendo toda la sangre que salpicaba el lavabo– ¡Llamaré una ambulancia!–

– No es necesario– me apresuré a decir, mientras me sostenía con ambas manos al lavabo.

Abrí el grifo para limpiar la sangre, mientras oía que la fila de chicas volvía a gruñir por alguna razón.

– ¡Que se aparten dije! – la voz de Logan resonó más cerca.

Quise pedirle que se largara pero entonces otra arcada se abrió paso por mi garganta y volví a vomitar con violencia.

– Hada, ¿Estás bien? – inquirió, entrando al baño de repente.

– De maravilla– dije mientras me limpiaba la boca y dejaba que el agua corriera nuevamente.

– Deja eso, vámonos, salgamos de aquí– me dijo él, apoyándome una mano en la espalda para guiarme fuera del baño.

– Yo la ayudo– Cedric nos detuvo a ambos justo en la puerta.