Cedric me besó y yo respondí a ese beso. Respondí con ansias y con el mismo deseo que tenía él.
Sin pensarlo demasiado pasé una mano por su cabello y lo aferré con fuerza mientras él pegaba su cuerpo contra el mío, aplastándome contra el armario.
– Cuánto extrañaba esto... – me susurró él, apartando apenas unos centímetros sus labios de los míos.
– Cállate y bésame – le ordené volviendo a pegar nuevamente mi boca a la suya.
Nuestras lenguas se enredaron, con tanta ferocidad como la que corría por sus manos mientras me quitaba la camiseta que llevaba puesta. Mis sujetador quedó a la vista y él deslizó su lengua por mi cuello, para luego llenar mi pecho de besos húmedos y excitantes. Apreté las piernas intentando contener las ganas que tenía de lanzarme sobre él y abrazarle la cintura con ellas.
– No te contengas April – dijo volviendo a levantar el rostro hacia mí.
– ¿Seguro? – le pregunté mordiéndome el labio y él sonrió de lado con aquella expresión que me hacía temblar .
– ¿Quieres que yo me contenga? – inquirió él mientras me desabrochaba el botón del baquero.
Se me erizó la piel y hundí el rostro en el hueco de su cuello para que no viese la cara de perra que estaba poniendo sin querer.
Su mano bajó lentamente hasta meterse dentro de mis bragas. Con su dedo índice comenzó a acariciarme el clítoris suavemente y sentí que que la temperatura subía en una milésima de segundo.
– ¿Sigo? – volvió a repetir Cedric en mi oído.
Como toda respuesta solté un gemido ahogado que él tomó como un sí y en el fondo yo también. Mientras me seguía tocando le quité la camiseta de un tirón y se la desgarré un poco. Ambos sonreímos el uno sobre los labios del otro. Cedric me tomó por la cintura y me arrojó con fuerza sobre la cama. Yo caí en ella como un peso muerto, con un grito ahogado por la sorpresa y él aprovechó aquella posición para quitarme los pantalones con agilidad.
Separé un poco las piernas, aún con la ropa interior puesta y él se deslizó sobre mí, tensando cada uno de sus músculos. Lo estudié solo por un segundo por la mirada y recordé por qué lo deseaba tanto. Sus abdominales estaban marcados con vehemencia, su brazos nudosos apoyados a los lados de mi cuerpo, su cabello oscuro cayendo sobre su rostro y esa expresión fría y ardiente en partes iguales.
– Quisiera hacer esto todo el día... – dijo él en voz baja mientras sentía como se apoyaba con suavidad sobre mi sexo y comenzaba a moverse sobre él, poniéndome cada vez peor.
– ¿Hacer qué? – dije mientras deseaba que me quitara absolutamente todo, incluso la piel.
Cedric sonrió de lado y apretó su erección contra mí, acariciándome de una forma tan excitante que estaba a punto de rogarle que avanzase aún más.
Él no respondió. Comenzó a besarme el pecho con intensidad, pasando su lengua por las curvas más escondidas y bajando lentamente por mi abdomen. Cuando llegó a la altura de mis bragas creí que gritaría tan fuerte que nos oirían a pesar de las paredes insonorizadas. Cedric levantó sus ojos violáceos hacia mí y entonces cogió la tela de mis bragas con los dientes y comenzó a quitármelas con agilidad.
– Mierda Cedric... – me mordí el labio, mientras levantaba la cadera para ayudarlo a quitármelas.
– Vas a volverme loco... ¿Lo sabes? –
– ¿Sí? – dije yo en un jadeo mientras él volvía a poner su rostro a la altura del mío pero sus manos se deslizaban por mis pliegues y me acariciaban haciendome vibrar y curvar la esplada.
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Sed de Sangre (2)
RandomApril ha despertado como vampiro, luego de ser asesinada. De pronto su mundo cambió por completo y parece que ya no encaja en ninguna parte. Cedric debe asumir el lugar de su padre y regresar el prestigio a su apellido. Destiny obtuvo lo que querí...