Capítulo Ocho

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Regresamos a la mansión cuando estaba comenzando a anochecer, cargados de bolsas y de mucho mejor humor. Logan volvió a presionar el timbre y en esta ocasión quién nos abrió la puerta fue Emily. 

Su rostro al vernos pasó del fastidio, por ser quién tenía que abrir la puerta, a la sorpresa. 

– ¿Logan? – dijo frunciendo el ceño. 

– ¡Pero si es la perra que abandonó a mi hermano! – sonrió Logan, empujando la puerta par que nos dejara pasar – vengo con la otra que lo abandonó– continuó señalándome con el pulgar. 

– Llegan en el peor momento...– suspiró ella mientras cerraba la puerta a nuestras espaldas. 

– ¿Cúando fui oportuno?– se rio Logan, encogiéndose de hombros. 

Justo en ese momento, Cedric apareció en la punta de la escalera. Con sus ojos fijos en nosotros dos, bajó a toda velocidad. 

– ¿April? ¿Qué haces con mi hermano? – su rostro denotaba completa confusión. 

Dio un paso más hacia mi pero Logan estiró una mano y la apoyó en su pecho para detenerlo, mientras perdía la sorpresa. 

– La traje de vuelta, pero no quiere que te le acerques– le advirtió a su hermano mayor. 

– ¿Ahora eres su guarda espaldas? – Cedric retrocedió un paso y levantó la barbilla, desafiante. 

– No vine aquí a pelear hermanito– Logan se encogió de hombros y bajó el brazo– vine con ella para porque necesito ayuda y supuse que sería lo que querrías... Tus dos ex juntas– 

– No dejaste de ser ni un poco imbécil ¿No? – Cedric entrecerró sus ojos violáceos y sus miradas se cruzaron en el aire con cierto recelo. 

– Jamás– Logan ni siquiera estaba interesado en aquella disputa – quiero pedirle a papá que me deje regresar. Me están persiguiendo miles de brujos y no puedo huir todo el tiempo– 

– Si los brujos te están buscando deben tener una razón. Tal vez tengas que morir– dijo Cedric encogiéndose de hombros – ¿Por qué te ayudaría? – 

– Por que quieres volver a ganarte a la Hadita– dijo Logan, señalándome con una sonrisa de lado y yo levanté las cejas sin saber a dónde mirar. 

– ¿Hadita? – Cedric frunció el ceño, visiblemente irritado por la confianza que había entre ambos... O más bien la confianza que solo sentía Logan hacia mí. 

– Sí, bueno... Me llama así– me encogí de hombros, sin mirarlo. 

– ¿Y tú quieres que lo ayude? –

Sopesé la posibilidad de decir que en realidad me daba igual, pero Logan y yo teníamos un trato y a esas alturas, era posiblemente el único que me había tratado bien, así que asentí. 

– No significa que te perdone, pero te agradecería si lo ayudan– 

– No sé en qué le habrás mentido pero debió ser algo gordo, porque en realidad es muy amable...– dijo Logan mientras apoyaba las bolsas en el sillón junto a la escalera. 

– Bien– Cedric se pasó una mano por su cabello oscuro, echándoselo hacia atrás y me miró solamente a mí – pero esto es solo por ti, ¿De acuerdo? – 

– De acuerdo– 

– Cuanta tensión sexual– se rio Logan, sacudiendo la cabeza negativamente – ¿Dónde está Cornelius? Iré a decirle que estoy de vuelta– 

Sed de Sangre (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora