Capítulo Nueve

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En la planta baja Godric, Destiny, Gary y Emily estaban sentados en uno de los sillones junto a la escalera. Destiny fingía estar distraída y husmeaba dentro de las bolsas que Logan y yo habíamos dejado ahí.

Detrás de mi venía Cedric, que igual que el resto, estaba vestido de traje negro. 

– Si estamos todos es hora de ir a ver el concejo – dijo acomodándose las mangas del saco con desinterés. 

– Vamos– asintió Godric poniéndose de pie. 

– ¿Por qué van a ver al concejo? – inquirí frunciendo un poco el ceño. 

– Por el escándalo de Navidad – dijo Gordic volviéndose para mirarme y yo sentí que la ira volvía a apoderarse de mí. 

– Ah, te refieres a cuando quisieron matar a mi hermana y al final Emily me apuñaló y usaron mi sangre para resucitar a su muerto ¿No? –

– ¡Exacto! – asintió Emily con una sonrisa divertida. 

– No sé por qué sonríes la verdad... Debería hacerlo yo, imaginando el momento en que te asesine– le advertí dando un paso hacia adelante. 

– Me encantaría verlas pelear en el barro– acotó Godric como al pasar y ambas nos volvimos hacia él y le dedicamos una mirada de odio– es broma, vamos–

– Diviértanse, April y yo iremos a un pub– dijo Logan, bajando las escaleras. 

– Perfecto, entonces cuando termine la reunión con el Concejo, nosotros nos pasaremos– le sonrió Cedric, tirante y luego salió de la mansión seguido por todos. 

– ¿Y ahora quién conduce la limusina? – preguntó Destiny una vez que todos estuvieron afuera.

– Lo haré yo– suspiró Cedric, poniendo los ojos en blanco.

– No puedo creer que April liberara a mi padre– masculló Emily frunciendo el ceño,  mientras recorrían el camino de grava hasta la calle.

– Al parecer fue mas considerada que tú con él – rebatió Destiny mirándola con cara de pocos amigos.

– Sus discusiones me aburren...– suspiró Gary abriendo la reja principal – si no se soportan ¿Por qué no se matan la una a la otra? –

– Me pregunto lo mismo...– se unió Godric.

Cedric aparcó la limusina frente a la mansión para que todos subieran. Era extraño para un vampiro manejar su propio coche familiar y más cuando se estaban dirigiendo justo al encuentro del Concejo.

La morada de los concejales no se encontraba en nuestro pueblo, si no en uno llamado Ennempire. No era demasiado lejos, el trayecto en coche hasta allí era de una hora y media aproximadamente.

Era un pueblo extraño. Las calles estaban completamente vacías, y debía haber llovido recientemente porque había charcos en el asfalto. Tenían casas bajas, de colores monótonos, techos a dos aguas y una plaza con juegos rotos.

Cedric condujo por sobre una colina, por un sendero al rededor del cual crecía un bosque oscuro, de pinos. Atravesó el bosque con la limusina, rodeado de silencio y finalmente ingresó por un camino de adoquines que le pertenecía al palacio del concejo.

– ¿Ellos viven aquí? – preguntó Gary, con el rostro pegado a la ventanilla.

– No, solo trabajan aquí la mayoría de las noches– le explicó Destiny.

– ¿Por qué es tan grande entonces? –

– Para ostentar su poder y riqueza, obviamente– se entrometió Emily, encogiéndose de hombros.

Sed de Sangre (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora