A las seis de la tarde sonó el timbre. Erala única que estaba cerca de la puerta por lo que arrastré los pies hasta allí, sintiendo que en cualquier momento me desmayaría de sueño y abrí.
Aixa estaba al otro lado. De su hombro colgaba un pesado bolso que dejó caer al suelo y me sonrió con gesto tirante.
– Viniste– dije soltando el aire que había estado conteniendo sin darme cuenta.
– Dije que lo haría– ella hizo una mueca y se rascó la frente – ¿Dónde puedo dejar esto? – inquirió señalando el bolso.
Quería abrazarla y festejar su llegada. Había planeado comprar pizza o incluso hacerla nosotras, tal vez beber cerveza y sentir que podíamos seguir haciendo cosas de hermanas humanas, pero la realidad era que la rodeaba un aire de frialdad e incomodidad. Ella no parecía verme como siempre, le costaba mirarme, gesticular y sabía que no quería que me acercara demasiado.
– Tu habitación está en el garaje como prometimos– dije señalando hacia afuera– deja que te lleve el bolso... Ahora tengo super fuerza– Aixa esbozó una sonrisa pero eso fue todo–
– No, yo puedo...– cogió nuevamente su bolso y se lo colgó en el hombro.
La guié hasta la parte trasera y abrí la puerta del garaje para que viera su habitación. Sus ojos se abrieron un poco, seguramente sorprendida por el esfuerzo que le habíamos puesto y yo me sentí algo orgullosa de mi y mi equipo de vampiros.
– Que bonita– dejó todo en el suelo junto a la cama y se sentó.
– Tienes la heladera llena y un microondas para calentar o preparar lo que quieras– le expliqué como si no fuese obvio con solo verlos– solo necesitarás entrar para ir al baño...–
– O podría utilizar los rosedales del jardín– soltó sarcástica, aliviando un poco el ambiente.
– También– asentí con una sonrisa.
– Escucha...– Aixa se mordió el labio y supe que algo andaba mal– no es por ti, ni nada de eso... Pero traje algunas cosas...Para apartar a los vampiros de mi cuarto...–
– ¿Cosas? – inquirí sin comprender muy bien.
– Ya sabes... Verbena, agua bendita...– dijo ella mientras abría el bolso y comenzaba a sacar de él ramas de verbena y frascos con líquidos transparentes– es que no quiero arriesgarme a que intenten matarme. Confío en ti pero la última vez no resultó bien–
– Oh...Claro lo entiendo... Es que con todo eso no podré entrar a visitarte...– se me formó un nudo en la garganta que casi me impedía respirar pero disimulé lo mejor que pude.
– Podemos... Hablar en el jardín o podrías entrar aunque te sientas un poco más débil...–
– Aixa nadie va a atacarte...– intenté aclarar pero ella comenzó a colgar ramas de verbena por todo el cuarto.
– No confío en los vampiros, April– soltó de pronto– quiero darnos La oportunidad de seguir siendo hermanas pero hay riesgos que no quiero correr. Morirme desangrada es uno de ellos–
– De acuerdo, lo entiendo, entonces...Me iré– dije sintiendo que los ojos me picaban por las ganas de llorar y aparté rápidamente la vista parea que no lo notara.
Antes de que dijese algo más salí del garaje. La dejé sola, con sus plantas, su agua bendita y sus estúpidos crucifijos. Me sentía una idiota creyendo que alguien que aborrecía tanto a los vampiros podría sopesar la posibilidad de pasar su tiempo conmigo...
Entré a la casa y pasé a toda velocidad por delante de los sillones para dirigirme a mi habitación pero una voz me detuvo.
– ¿Cómo llevan la convivencia? – Logan estaba recostado en uno de los sillones, tenía los ojos cerrados pero me hablaba a mí.
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Sed de Sangre (2)
AcakApril ha despertado como vampiro, luego de ser asesinada. De pronto su mundo cambió por completo y parece que ya no encaja en ninguna parte. Cedric debe asumir el lugar de su padre y regresar el prestigio a su apellido. Destiny obtuvo lo que querí...