Capítulo Seis

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Logan y yo caminábamos por la ruta en silencio. Más bien yo estaba callada, él había robado de un super goma de mascar y no paraba de hacer ruido con los globos que explotaban en su boca.

– ¿No tienes dinero ni siquiera para dos boletos de autobús? – suspiré, volviéndome para mirarlo.

– No vivo en la mansión y me quedé sin trabajo. No, no tengo ni para los boletos. Otra razón para visitar a mi familia–

– ¿Por qué te fuiste en primer lugar? – inquirí mientras metía la mano en el bolsillo de su jean y le robaba una goma de mascar.

– No me fui, mi padre me corrió– se encogió de hombros- me hizo un favor, no soportaba vivir allí, así que no me importó-

– ¿Por qué te corrieron? –  seguí preguntando mientras seguíamos avanzando por la ruta y los coches pasaban por nuestro lado a toda velocidad.

– Si no dejas de preguntar cambiaré tu apodo de Hada a Detective –

– Prefiero Fontaine– dije poniendo los ojos en blanco– de acuerdo, supongo que esa pregunta es sensible y por eso evadiste el tema... ¿Qué favor tienes que pedirle a Cedric? –

– Protección, eso es lo que tengo que pedirle. No solo a él, si no a toda mi familia– dijo  Logan– resulta que me metí con la bruja equivocada... Y ahora su esposo puso una orden de búsqueda para mi–

– ¿Qué le hiciste exactamente a esa bruja? – le pregunté entrecerrando los ojos.

– Uff... Muchas cosas– dijo él con una sonrisa chulesca– ella también me hizo unas cuantas... Pero después descubrí que su esposo era el líder de los brujos–

– ¿No podías informarte antes? – me apoyé una mano en la frente y la pasé por mi rostro.

– Espera...– Logan levantó un dedo y ambos nos detuvimos.

Él levantó un poco el rostro y olisqueó el aire con los ojos entrecerrados.

– ¿Qué sucede? – inquirí intentando oler algo también pero no percibí nada.

– Huelo magia...– sus ojos azules se encontraron con los míos.

Jamás había sentido el perfume de la magia, de hecho ni siquiera sabía que tenía aroma. Él, sin embargo, parecía muy convencido.

– Están cerca y nosotros muy expuestos–  dijo entre dientes– necesitamos un choche–

– Sí, bueno, bajo la luz del sol no tenemos ni fuerza ni rapidez...– le recordé – no es como si pudiéramos detener uno de los que pasan por aquí–

– Tengo una idea– Logan dibujó una extraña sonrisa en su rostro– ¿Confías en mí? –

– No –

– Pues haces bien– antes de que pudiera entender lo que sucedía, Logan me tomó de la cintura, me despegó del suelo y me lanzó hacia los coches.

No pude evitarlo, impacté contra un auto con un golpe seco y sentí que volaba hasta caer sobre el asfalto y girar sobre mi misma, raspándome cada centímetro de piel.

El auto se detuvo, haciendo chirriar sus neumáticos en el asfalto, a escasos centímetros de mí.

– ¡Oh por Dios! – el conductor se apeó del coche y corrió hacia mí, tembloroso–  ¿Estás bien? –

Tardé unos segundos en reaccionar. Abrí los ojos con rápidos aleteos y vi al hombre, con rostro angustiado que se tomaba la cabeza.

– Señor...– Logan apareció junto a nosotros y le apoyó una mano en el hombro– míreme–

Sed de Sangre (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora