Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, Taehyung está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería.
Y, pese al pasado, Jungkook necesita formar parte de un momento como ese.
Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Taeh...
Cerré los ojos cuando sus palabras me atravesaron, llenándome y quedándose dentro de mí. Ese «estoy orgulloso de ti» que odié y amé casi a partes iguales.
Tuve que reunir todo el valor que me quedaba para atreverme a mirarlo.
Jungkook tenía los ojos un poco rojos, y yo... no supe qué decir.
Solo podía pensar en que lo tenía delante y en que no parecía real. En que su presencia se apoderaba de toda la sala, de cada rincón, cada pared...
-Taehyung, estabas aquí. No te veía.
Me volví hacia Bogum.
Y creo que solo le hizo falta un vistazo rápido para deducir quién era la persona que estaba a mi lado y también que yo necesitaba salir de allí, porque no podía respirar...
Cogí la mano que me tendió. Y me alejé de Jungkook...
No miré atrás. No me despedí. Solo seguí andando, porque era lo que necesitaba: avanzar hacia alguna parte. Casi contuve el aliento hasta que el viento de la noche me acarició la cara. Cuando el silencio de la calle se volvió denso a nuestro alrededor, Bogum me abrazó. Yo me aferré a él, a la seguridad.
-¿Estás bien? -No me soltó.
-No lo sé. No sé cómo estoy.
-Vámonos a casa. -Me besó en la frente y me volvió a coger de la mano.
Cada paso que dábamos me alejaba más, me aliviaba más. Antes de girar en la siguiente esquina, miré hacia atrás por encima del hombro y creí ver su silueta delante de la puerta de la galería, pero cuando parpadeé ya no estaba y me dije que era mejor así, mucho mejor.
No tardamos en llegar al apartamento de Bogum.
Nos metimos en la cama y me acurruqué a su lado. Luego mi mano se perdió bajo su camiseta y cubrí sus labios con los míos. Él jadeó y nuestras lenguas se encontraron en un beso cargado de necesidad y de más, mucho más. Me quité la ropa.
-Taehyung... -Bogum respiró agitado.
Me incliné sobre él y cogí un preservativo de la mesilla de noche.
Volvió a susurrar mi nombre sobre mis labios y me sujetó de la muñeca antes de que pudiera seguir.
-Así no, Taehyung. Esto...
-Pero te necesito -supliqué.
-¿Por qué?
-Porque eres la mejor persona que conozco. Porque cuando estoy contigo me siento seguro y hace una eternidad que tengo la sensación de vivir caminando de puntillas, con miedo. Porque me haces ser más fuerte...
Bogum rodó hasta tumbarse encima de mí, y después ya solo pensé en él y en el momento que estábamos compartiendo: en sus besos, sus caricias y su manera de hacerme el amor, siempre dulce, siempre haciéndome sentir que era precioso ante sus ojos.
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