110. Jungkook

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—¿Seguro que quieres venir? —Taehyung me miró inseguro.

—Claro. No será para tanto. O sí. Pero lo soportaré.

Le di un beso en la frente para intentar borrar su ceño fruncido y salimos a la calle.

Las noches empezaban a ser cálidas y ese día dejé al fin la chaqueta en casa. Fue un alivio, una de esas pequeñas victorias que me acercaban más a mi vida pasada.

Taehyung asintió distraído cuando se lo comenté, pero tan solo me cogió de la mano mientras caminábamos hacia el restaurante donde se celebraba una cena de la galería a la que acudirían algunos artistas más y varios amigos de los socios.

Llegamos temprano, así que nos sentamos en uno de los extremos, enfrente de Scarlett y William, que nos saludaron con su habitual actitud condescendiente, aunque Taehyung no pareció darse cuenta y se limitó a sonreír con timidez. Yeong tampoco tardó en aparecer y pronto fueron llegando los demás invitados. Por suerte para mí, un artista llamado Gaspard se sentó a mi izquierda; era una de las pocas personas interesantes con las que me había cruzado durante los últimos meses, porque, al menos, no deseaba quedarme sordo cada vez que hablábamos. Así que me centré en charlar con él, e intenté mantener las apariencia.

La situación con Taehyung estaba tensa durante los últimos días y quería demostrarle que, pasara lo que pasara, íbamos a seguir adelante. Juntos.

No sé cómo, terminé hablándole de Yangyang.

—Ese sitio parece diferente —dijo Gaspard con interés.

—Lo es —intervino Yeong—. No tiene nada que ver con esto, allí las cosas funcionan de otra manera. Probablemente te gustaría.

—Te llamaré si me dejo caer por allí algún día —apuntó Gaspard mirándome.

«Eso si no estoy aquí», pensé, pero dejé esas palabras contenidas en la punta de la lengua. Removí el plato de ratatouille mientras las voces de los invitados se alzaban alrededor y yo intentaba ignorar la espalda recta y tensa de Taehyung. El recuerdo de él descalzo, tumbado en el suelo, sonriente y con el pelo enredado, me golpeó y dejé el tenedor para beber un trago largo de vino.

Tenía ganas de pedir algo más fuerte.

Algo que me entumeciera un poco.

—Actualmente el mercado pide una respuesta inmediata —apuntó Scarlett mientras varios artistas jóvenes la miraban con interés—. Es una pena, claro, pero se exige productividad. No es algo que busquemos nosotros, sino el cliente, que al final es siempre la pieza clave de cualquier negocio. Las cosas giran en torno a él.

—Todo va muy rápido —apuntó un chico.

—Hay que acoplarse a las circunstancias.

—O cambiarlas —intervine sin poder evitarlo.

A mi lado, vi a Taehyung apretar el mango del tenedor.

—¿Cómo sugieres que hagamos algo así?

—No sugiero que se haga —aclaré—. Y tienes razón cuando dices que el cliente siempre termina siendo el que manda, pero creo que a veces el cliente no sabe lo que quiere hasta que lo ve. Se trata de no darle solo lo que busca, sino algo más; sorprenderlo.

—Interesante perspectiva —Yeong asintió con la cabeza.

—Es algo que funciona en la galería de Yangyang, por lo visto, pero las cosas aquí son un poco diferentes. No tenemos mucho margen para cometer errores. —Scarlett suspiró y se limpió la boca con una servilleta—. Sorprender al cliente implica correr riesgos.

I Want To Hold Your Hand² ✿KookTae✿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora