Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, Taehyung está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería.
Y, pese al pasado, Jungkook necesita formar parte de un momento como ese.
Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Taeh...
Gruñí cuando Taehyung me mordió el labio, pero el dolor solo me encendió más. Tiré de su camiseta hacia arriba mientras tomaba una brusca bocanada de aire. Él gimió fuerte cuando presioné mi cadera contra su muslo y notó lo duro que estaba.
Necesitaba..., necesitaba aire. Y estar dentro de él. Y follármelo hasta que entendiera que tenía que perdonarme, que nadie podría sentir por él todo esto que me llenaba el pecho y me ahogaba.
Pero no iba a pasar. Porque antes de que pudiera seguir arrancándole la ropa, me quedé paralizado al notar en los labios el sabor salado de sus lágrimas entre besos y saliva.
-No hagas eso. No llores conmigo, mierda.
-Aléjate. Por favor, Jungkook. Por favor.
Creo que nunca unas palabras habían dolido tanto, pero dejé de abrazarlo y lo solté. Taehyung se levantó sollozando, salió de la habitación y supe que se había encerrado en la suya cuando oí un portazo resonando en todo el apartamento. El corazón me latía agitado y me pregunté si iba a hacer lo mismo de siempre quedándome allí sin luchar, sin reaccionar, dejando pasar los días entre nosotros como si no hubiera ocurrido nada.
Tenía que ir a buscarlo. No, necesitaba hacerlo.
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