Capítulo 10

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"¿Quién acompaña un plato de pastas con agua?" Soltó Harry, mientras juntaba sus labios para esconder una pequeña risa al mismo tiempo que apoyaba sus antebrazos en la mesa.

Levanté mi mirada, observando que la muchacha que había tomado nuestro pedido ya no se encontraba aquí, "No puedo beber alcohol, estoy en horas de trabajo, ¿Recuerdas?" Bromeé aunque parte de lo que decía iba en serio.

La mesa era de madera oscura al igual que las sillas excepto por el asiento de ésta que estaba hecho de una tela color crema, "No me hagas repetir esto durante todo el día," Fruncí el ceño, "No debemos contarle a tu jefe," Sonreí, la broma no dejaba de causarme gracia, sin embargo ésta vez mi sonrisa duró pocos segundos, "De acuerdo, no haré más bromas de ese estilo," Negué rápidamente con la cabeza, ese no era el problema, "Déjame adivinar," Apoyé mi barbilla entre los cuencos de las palmas de mis manos, esperando a que Harry continúe, sabía que podía interrumpir su actuación sobre pensar en que me ocurría, sin embargo su voz comenzaba a transmitirme cierta calidez que estaba segura quería volver a experimentar, "Comienzas a replantearte si deberías estar aquí en éste preciso momento." Para ser honesta creí que estaba fingiendo cuando fruncía su ceño pensando en que era lo que me estaba molestando, no obstante, estaba en lo correcto.

No pude evitar hacer una mueca con mis labios, mi idea no era hacerlo sentir mal ni mucho menos sonar desagradecida ante el gesto de invitarme a almorzar, "Es sólo que," La muchacha que había tomado nuestro pedido se acercó una vez más a nuestra mesa, depositando una botella fina y larga transparente, la cuál contenía agua, delante de mi, mientras que del otro lado de la mesa, a mi frente, abría una botella de vino, volcando parte del liquido bordó que contenía en una de las copas que estaban al costado de Harry, "Se que Caleb y Nolan no dirán nada al respecto, probablemente ni le darán rodeos al asunto," Me encogí de hombros, "Pero no quiero que el resto crea que tengo algún trato especial, de verdad, Harry," Susurré y aunque no quería incluir a mi padre en todo esto, lo terminé haciendo, "Si lo haces porque eres socio de mi padre o porque quieres hacer buena letra conmigo para que yo luego le cuente a él, de verdad que no hace falta, puedo hacerlo sin que tengamos que pasar por todo esto," A esta altura de mi monologo Harry se encontraba con su ceño fruncido y con algo de confusión en su cara, "No quiero que comiencen a pensar que tengo un trato especial," Repetí, "Lo último que necesito en este momento es no caerles bien a mis compañeros de trabajo." Respiré profundo, si bien me sentía libre luego de soltar las ideas que se me habían pasado por la mente hace unos segundos, la risa de Harry me tomó por sorpresa y provocó en mi una sensación de inseguridad.

"Tu misma dijiste que ni Caleb ni Nolan le darán rodeos al asunto, eres tú quién lo hace," Abrí mi boca para repetir una vez más que me refería, no sólo a ellos dos, sino al resto de mis compañeros de trabajo, pero él fue quién continuó hablando, "Son tus únicos compañeros de trabajo," Se encogió de hombros y sabía que tenía razón, aunque tampoco sería agradable que comiencen los rumores ni los cotilleos en niveles y áreas en las que yo no estaba para defenderme, "Lo enumeraré para ti," Fruncí el ceño, "Primero, no lo hago por tu padre, ya tengo el trato que quiero y necesito con él, si quisiera aún más de él iría directamente a su empresa, no te usaría a ti como carnada," Le di un sorbo a la copa de vidrio transparente que se encontraba entre mis dedos, sintiendo el frío del agua bajar por mi garganta, "Segundo, no debería importarte tanto si les agradas o no a personas que sólo verás unos pocos minutos en todo un día," Alcé mis cejas, inclinando mi copa en su dirección, haciéndole notar que estaba siendo bastante justo, llevaba toda la razón, sus ojos brillaron cuando levantó un tanto el rostro, permitiendo que las luces artificiales del lugar y la luz natural que entraba por la ventana iluminaran su mirada, entre todo ese resplandor que generaba pude observar una sonrisa formarse en su rostro ante mi gesto, y me obligó a tener que admitirme a mi misma que, no sólo me gustaba su sonrisa, sino que adoraba el hecho de haber sido yo quién la provocaba, "Tercero, y último, les caerás bien a todos, Maddie, sólo pasarás por dos áreas," Asentí lentamente, sabiendo que todos los días haría un mismo recorrido, el mismo recorrido que hice hoy, "En la primera tienes a una amiga y en la segunda me tienes a mi, a Nolan y a Caleb," Por algún motivo me sentí algo decepcionada cuando agregó los nombres de mis dos compañeros, "Deja de pensar tanto en todo," La muchacha se acercó una última vez a nosotros, alcanzándonos los dos platos llenos de pasta que habíamos ordenado, "Y disfruta." Bromeó señalando mi plato de comida y sonreí, probablemente tenía razón.

Sentía mi estómago sumamente lleno y ese era uno de los problemas que tenía ése preciado lugar, sus pastas eran tan deliciosas que aunque estés completa, querrías comer más, "Vamos, di lo que ibas a decir," Incentivé a Harry una vez que las puertas de uno de los elevadores de Styles Enterprise volvían a cerrarse frente a mis ojos.

"No te va a gustar," Suspiré, enarcando una de mis cejas mientras volvía mi mirada a mi jefe, "Ya me lo ha dicho tu padre." Sé que ante su mirada mi rostro había cambiado por completo.

"¿Que ha dicho?"

Se encogió de hombros, "Lo mismo que acabas de decir tú," Alcé mis cejas, debía admitir que estaba sorprendida, "Me comentó sobre tus ganas de vivir sola, no le dio demasiada importancia.

"Mejor," Esta vez me tocó a mi encogerme de hombros demostrando mi indiferencia, "No quiero que me ayude, así que de verdad creo que así es mejor." 

La mirada de Harry cayó al suelo, diría que a sus zapatos, "¿Y yo?" Fruncí el ceño, sin comprender a que se refería, agradecí el hecho de que haya levantado su vista para encontrarse con mi confusión y disponerse a aclararla, "Mi hermana es agente inmobiliaria, quizás te sería de ayuda." Sonreí asintiendo, abrí la boca para acceder pero estoy segura de que, aunque haya sonado femenina, no era mi voz la que se escuchó.

"¿Harry?" Mi rostro volteó y sé que el de Harry hizo lo mismo.

Las puertas del ascensor, ahora, completamente abiertas me dejaron observar a una mujer definitivamente más grande que yo pero un poco, sólo un poco, más joven que Harry, si tuviera que arriesgar una edad, diría que tiene veintiséis o hasta veintisiete años, llevaba unos jeans azules claros y aunque eran desajustados podía apreciarse la longitud de sus piernas.

"Serena," Habló Harry a mi lado, mientras salíamos del elevador y las puertas se cerraban rápidamente detrás de nosotros, "¿Que haces aquí?" El tono de Harry había cambiado, pero sólo un poco, parecía sorprendido pero no disgustado.

La muchacha mostró los blancos que eran sus dientes en una amplia sonrisa y debía admitir que su cabellera negra hacía un lindo contraste con sus ojos verdes, "¿Qué? ¿No puedo visitarte?" Tragué fuertemente, sintiéndome algo incomoda, ya que éste no era mi lugar, bajé la mirada y me dispuse a entrar a mi oficina, pero la voz de la morocha volvió a escucharse y esta vez fue dirigida hacia mi, "Serena," Se presentó aún sabiendo que Harry ya había dicho su nombre.

Acepté su mano, alargando la mía para sacudirla, "Maddie." Sonreí y de reojo, sin soltar su mirada, pude observar a Harry acercarse a ella.

"Es la hija de Airam Tansley," Los ojos de Harry encontraron los míos y con la oscuridad que exhibían me regalaron un escalofrío, Serena comenzó a asentir efusivamente, como si entendiera de quién se trataba, "Ya puedes volver a trabajar." Asentí soltando la mano de la muchacha, mis pies se dispusieron a caminar, y aunque su voz sonaba alegre, su rostro se veía resplandeciente y sus palabras sonaban a invitación, no pude evitar sentirme de piedra, completamente atónita, en cuánto las escuché.

"Espero que lo aguantes ocho meses más, quizás así podrías asistir a nuestra boda."

Chicago [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora