Maddie
Mis manos temblaban dentro de mis bolsillos pero no estaba segura si debía culpar al frío, a la lluvia, a la sensación que dejó Harry en mi durante todo el trayecto a mi casa o el hecho de que no estaba encontrando las llaves del apartamento, "¿Está todo bien?" La fuerte y áspera voz de Harry se escuchó detrás de mi, me volteé rápidamente.
"¿Aún sigues aquí?" Ambos llevábamos los ojos entrecerrados a causa de la lluvia y a esta altura ya no me preocupaba estar completamente empapada, los labios de Harry se juntaron, formando una fina línea mientras alzaba sus cejas, debía admitir que la oscuridad de la noche mezclada con las fuertes gotas de agua que caían del cielo provocaban que el muchacho de ojos verdes que tenía frente a mi parezca salido de una película, "Lo siento," Me apresuré a decir en un susurro y crucé los dedos para que lo haya oído, "No era con esa intención, es sólo que creí que ya te habías ido," Intenté elevar mi voz, haciéndola sonar más fuerte que el ruido que provocaba el diluvio contra la acera.
"Estaba esperando a que entres al edificio," Dio un paso hacia mi, acercándose aún más, mientras señalaba su coche aún aparcado, "¿Pasó algo?" Asentí con algo de vergüenza.
"No tengo mis llaves," Bajé mi mirada aún buscando el juego de llaves entre todos los bolsillos de mis prendas aunque ya sabía que definitivamente no estaban, aunque me agradaba estar cerca de Harry me alejé de él para posicionarme bajo el techo de vidrio que salía de la puerta principal, "Esperaré a mis padres, no te preocupes," Aseguré pero la cara de Harry no demostraba aceptación.
Su ceño se frunció, "¿Tus padres no están?" Negué con mi cabeza, sintiendo algunos mechones de cabello despegarse de mi rostro para volver a pegarse a mi piel, antes de que Leslie y Lucas pasen por mi, mis padres me habían avisado que hoy saldrían a cenar por su aniversario y sabía que probablemente tardarían más de lo normal en volver, sin embargo, no quería retener a Harry aquí, "Vamos," Aunque Harry comenzaba a moverse yo me había quedado en mi lugar, "Maddie," Me apresuró quitándose su abrigo.
"De verdad Harry, los esperaré aquí," Pero se negó.
Estiró su brazo, abriendo el abrigo que hace segundos se había quitado para posicionarlo encima de mi cabeza, "No vas a quedarte bajo éste pequeño techo durante toda la tormenta esperando a tus padres, vamos Maddie," Antes de que pueda volver a quejarme sentí sus dedos enroscarse en la parte superior de mi brazo y arrastrarme junto a él.
Me sentí sumamente culpable cuando vi que el asiento del coche de Harry estaba algo húmedo por mi culpa y el sentimiento se volvió peor cuando tuve que volver a tomar asiento allí sabiendo que ahora mi ropa estaba más mojada que antes, "Lo siento," Susurré una vez que Harry cerró la puerta a mi lado y dio la vuelta al coche para sentarse frente al volante.
Aunque no quería molestarlo me agradaba mucho más la idea de estar dentro de un coche con calefacción que bajo el techo del edificio esperando a que lleguen mis padres, "Deja de decir que lo sientes," Su voz sonó algo arisca y no respondí, "No voy a dejar que te mueras de hipotermia allí afuera," Señaló con su mirada detrás de mi y supuse que se refería al previo lugar en el que estábamos parados.
Sonreí, "Gracias," Pude observar que aún se encontraba con la misma ropa que llevaba hoy en el trabajo y no dudé en indagar, "¿Estuviste en la empresa todo este tiempo?" Sentí que toda la piel de mi cuerpo se erizaba cuando sus ojos se iluminaron bajando a mis labios aunque corrió la vista de manera sumamente rápida.
Asintió, poniendo el coche en marcha nuevamente, algo que me sorprendió ya que no tenía ni idea hacia dónde nos dirigiríamos, "Si, tenía varias cosas para terminar," Me acomodé en el asiento, colocando el cinto por mi pecho y mi cadera, "Así que si no te molesta iremos a mi casa, moriré de hambre de otra forma."
Me tensé, "¿A tu casa?" Su cabeza se movió, asintiendo nuevamente y agitando las hondas de su cabello, "Harry, no sé si es una buena idea, quizás podría llamar a mis padres e ir a buscar un par de llaves," No pude evitar detenerme en su rostro, la oscuridad de la noche y de la tormenta provocaba que dentro del coche todo sea aún más oscuro, sin embargo, las luces de los edificios y de los postes de luz que pasaban por nuestros costados brindaban la luminosidad ideal para permitirme disfrutar de los detalles de su rostro.
Parecía estar tallado a mano, por algún tipo de dios, llevaba bien marcada y definida su mandíbula, su nariz que no era ni demasiado grande ni demasiado pequeña parecía tener la forma perfecta, regalándole un perfil que demasiadas personas podrían envidiar, me llamaba la atención el hecho de que, si mal no recuerdo, me había llamado Bambi por mis grandes ojos y pestañas, pero él no se quedaba detrás, es decir, sus pestañas eran sumamente largas y debía admitir que me provocaba algo de celos, pero si de todo su rostro debía elegir algo creo que, sin dudas, me quedaría con los pequeños lunares dibujados por aquí y por allí, "Creo que no me estás escuchando," Me deshice de mis pensamientos rápidamente y tragué fuerte.
"Lo siento, es que..."
Uno de sus hoyuelos apareció ante mi vista y mis oídos agradecieron por la melodiosa risa que podían escuchar, "No hablé," Fruncí el ceño, "Pero confirmo que de igual manera estabas sumamente distraída," Un fuerte calor se propagó por todo mi cuerpo hasta mis mejillas y estaba segura que a este punto ya estaban completamente incendiadas, "¿Tengo algo?"
"¿Cómo?"
"En mi rostro," Harry detuvo el coche justo frente a un semáforo y llevó su mirada a mis ojos, "¿Tengo algo?" Negué, un tanto avergonzada de haber sido atrapada, "¿Entonces sólo estabas apreciando mi belleza?" Solté una risa poniendo mis ojos en blanco.
"Eso quisieras tú," Mentí, sabiendo que si estaba apreciando su belleza.
Suspiró, "Quizás," El coche comenzó a avanzar nuevamente y me costó tragar, sin comprender si había soltado la palabra en forma de broma o si estaba siendo serio, "Si quieres puedo cocinarte algo mientras esperas a que tus padres vuelvan," Abrí mi boca pero Harry continuó hablando, "Ya sé que has cenado, pero quizás puedo preparar un postre." Su mirada buscó la mía sólo por una milésima de segundos antes de volver a la avenida.
Sentía un tipo de tensión en el coche ante sus palabras que me estaba costando pensar en claro, "No quiero molestarlos, Harry, de verdad."
El único ruido que había dentro del coche eran los guardabrisas corriendo las gotas de lluvia del vidrio y la respiración profunda de Harry, "No hace falta que hables en plural," Fruncí el ceño, "Serena ha ido a la empresa hoy para, justamente, despedirse antes de irse a la casa de sus padres," Volvimos nuevamente al silencio ya que no estaba segura de qué responderle, sin embargo lo disfrutaba, estaba lejos de ser un silencio incómodo, "Lo siento si sus palabras te molestaron." Incliné mi rostro, sin entender a que se refería y creyendo que probablemente se estaba confundiendo.
"¿A qué te refieres?"
"No hace falta que me toleres ocho meses para asistir a mi boda," Quité la mirada de su rostro, volviendo a la avenida, de acuerdo, ahora si comenzaría a ponerse incómodo, "Es decir, sólo estaba bromeando." Asentí, sin estar segura de si Harry me había visto.
"Debe ser lindo," El coche volteó, subiendo a la acera en dirección a una gigantesca contrapuerta negra que comenzó a abrirse a medida que nos acercábamos con el coche.
"¿Que cosa?" Harry parecía confundido ante mis palabras y no podía culparlo, no había sido demasiado explicativa para ser honesta.
Me sentí asombrada cuando vi que el garaje en el que estábamos entrando no era sólo para este coche, sino para cuatro más, "Estar tan enamorado." El soltó una risa por lo bajo y una vez que detuvo por completo el coche sus ojos verdes me encontraron.
Sus labios se curvaron, formando una sonrisa, "¿Y qué te hace pensar eso?"
Me encogí de hombros, "Aún son algo jóvenes para casarse, supongo que debes estar muy enamorado para hacerlo." Solté siendo cien por cien sincera pero me arrepentí en el segundo en que observé que la sonrisa de Harry desapareció por completo.
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Chicago [H.S]
Fiksi PenggemarMaddie Tansley, hija del millonario dueño de la empresa Tansley Enterprise y reciente graduada de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, se encuentra abatida ante la sorpresa de que su padre, no sólo no quiere que continúe con el legad...