Capítulo 83

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Maddie

Podía sentir mi corazón latir fuertemente, tanto que rebotaba en mis oídos. Había pasado tan sólo un mes de la última vez que besé a Harry, sin embargo parecía una eternidad. La calidez de sus manos acariciaban mis mejillas al igual que su lengua mi boca. El beso estaba siendo sumamente brusco pero no me quejaba, debía admitir que lo extrañaba. Sus manos liberaron mi rostro solo para apretar mi cintura y poder levantarme en el aire, apoyando mi cuerpo encima del lavabo. Pase mis brazos por su cuello y mis muslos por su cadera, queriendo acercarlo más a mi. Y aunque lo último que quería era que el momento termine no pude evitar alejarme de su rostro, "No," Negué rápidamente, "No quiero seguir así, Harry, vas a casarte y..."

"No quiero," Mis labios se despegaron y mis ojos se abrieron enormemente, "No quiero casarme, Maddie," Por una milésima de segundos pensé pedirle a Harry que pellizque alguna parte de mi cuerpo, tanta cantidad de meses y tiempo esperando para que esto suceda, "Me quiero ir," Sus palabras me dejaron de piedra.

Siempre tuve la esperanza de que Harry se arrepienta, de que pueda cancelar la boda, sin embargo cuando desperté hoy a la mañana todas esas ilusiones habían desaparecido, creía que si no lo había hecho durante las últimas semanas era imposible que lo haga en las últimas horas, pero aquí me encontraba, en el lavabo de uno de los baños de la casa en la cuál se iba a casar con su cuerpo entre mis piernas, "¿De verdad?" Quería creerle, me aterrorizaba preguntarle y que retroceda, no obstante necesitaba asegurarme de que no iba a ilusionarme una vez más.

Lo observé asentir rápidamente, "Vamos," Fruncí mi ceño pero antes de poder preguntarle Harry tiró de mi, haciendo que mis pies vuelvan al suelo, tomándome por la mano y entrelazando nuestros dedos. Abrió la puerta del baño e hice fuerza para que se detenga, en la cabeza de qué ser humano coherente parecía una buena idea salir de un baño de la mano de una chica que no era tu futura esposa. Pareció como si mis movimientos no fueran lo suficientemente importantes para Harry cuando continuó tirando de mi, sacándonos del baño decorado con porcelana y mármol, "Rápido," Me apuró mientras bajábamos las escaleras de la casa a toda prisa, sentí un escalofrío al pensar que Serena se podría encontrar detrás de nosotros, teniendo en cuenta que estaba encerrada en alguna habitación poniéndose el vestido. Harry continuaba tirando de mi, arrastrándome por todo el lugar, sus pasos eran sumamente rápidos, casi corriendo, como si todas las ganas de que llagara este momento estuvieran explotando dentro de su cuerpo. Estábamos a sólo pasos, la gigantesca y blanca puerta principal se encontraba frente a nosotros en el momento en que se abrió, de par en par. Tragué fuertemente cuando sentí que Harry disminuía su velocidad. Incliné mi rostro, intentando observar más allá del cuerpo de Harry, encontrándome con Nolan y Ámbar, a quién no había visto desde que llegué aquí, abrí mi boca para hablar pero me interrumpí a mi misma riendo, podía observar desde aquí los azules ojos del mejor amigo de Harry, abiertos a más no poder, alzando sus cejas y apresurándonos a que salgamos del lugar, "Lo siento," Oí susurrar a Harry en dirección a Nolan, quién comenzó a reír fuertemente.

Mi mejor amiga me guiñó con uno de sus ojos y comencé a sentir nervios, "¡Es lo mejor que podrías haber hecho!" Exclamó el negándose ante la disculpa de Harry.

Agradecí el hecho de que la mayoría de las personas invitadas se encontraran en el parque trasero, evitándonos un momento sumamente incomodo y de película, me sobresalté cuando Harry tomó velocidad con sus pies una vez más, sacándonos de esa casa por completo, "Sube," Me apresuró señalando uno de los tantos coches que había aparcados frente a la antigua casa, fruncí el ceño, no era el coche que Harry usaba comúnmente sin embargo no dude ni siquiera un milisegundo en abrir la puerta y adentrarme en él.

Volteé mi rostro, observando la emoción que Harry estaba intentando contener, sonreí inconscientemente, sus manos apretaron el volante delante de él y una vez que el motor había rugido empujó el acelerador con uno de sus pies, alejándonos cada vez más del matrimonio de Harry. Me quedé plasmada observando su sonrisa, bajó las ventanillas del coche y busqué mi cabello rápidamente, evitando que se enrede por culpa del viento. Apreté mis labios, aunque aún así no dejaba de sonreír, en cuestión de minutos nos encontrábamos en la autopista, ni siquiera sabíamos hacia dónde íbamos y tenía la sensación de que Harry tampoco, "¿Estás seguro de lo que acabas de hacer?" A pesar de que no quería hacer esa pregunta sentía la obligación, por algún motivo estaba acostumbrada a la decepción y si algo había aprendido era que prefería que la ilusión dure poco. Harry soltó una fuerte risa y no pude evitar reír, creo que nunca lo había visto así de feliz a Harry, podía compararse con algún momento que habíamos pasado juntos, sin embargo no era lo mismo, era como si se hubiera deshecho de una pesada y gigantesca mochila, como si lo hubieran liberado de una prisión.

El coche se detuvo por completo, en el medio de la autopista, solté un grito sin pensarlo, observando hacia atrás para ver si había algún coche siguiendo nuestra línea, sin embargo, estaba casi tan vacía como de madrugada, abrí mi boca nuevamente para preguntarle a Harry si estaba loco pero creo que no tuve que hacerlo cuando sus acciones la respondieron de manera perfecta, "Si, estoy seguro, convencido y completamente consciente de lo que acabo de hacer," Se quitó el cinto de seguridad y continuaba demostrándome que estaba loco, estiró su cuerpo, tomando nuevamente mi rostro entre las palmas de sus manos, tragué fuertemente, mi corazón parecía estar a punto de estallar, Harry terminó cortando la distancia entre nosotros, acariciando sus labios con los míos, ésta vez de manera delicada, suave y hasta diría que con amor, y a pesar de que esas eran las características del beso pude oír un gruñido quedar atrapado en su garganta, se alejó de mi sólo un poco, apoyando su frente en la mía y rozando la punta de nuestras narices, "Te quiero a ti, Maddie," Parecía que ésta vez si era la vencida y me quedé de piedra frente a él, "Te quiero."


Chicago [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora