Maddie
"¿Necesitas ayuda?" Bromeó Harry detrás de mi y puse mis ojos en blanco segundos antes de que la pesada caja de cartón repleta de algunas de mis pertenencias se resbalara entre mis brazos y cayera al suelo, "Karma instantáneo," Solté una risa por lo bajo mientras fruncía el ceño y Harry respondía rápidamente a la pregunta que había aparecido en mi mente, "Por haber puesto tus ojos en blanco," Inconscientemente puse mis ojos en blanco una vez más antes de sentir los dedos de Harry clavarse en mi cintura detrás de mi, "Es más bonita de lo que imaginaba,"
Asentí lentamente observando el interior de la casa que se encontraba frente a mis ojos, a pesar de que Harry continuaba insistiendo que no era lo suficientemente grande, a mi me parecía perfecta, sus paredes estaban mezcladas entre colores blancos, marrones claros y ladrillo, la sala de estar era extremadamente cálida y no sólo me refería a la temperatura, sino a la sensación de hogar que me entregaba, aunque en realidad creo que el hecho de estar siendo abrazada por Harry era lo que completaba el trato, sentí sus labios acariciar la piel expuesta de mi cuello seguido de la voz de Nolan, "No sean asquerosos."
Solté una risa por lo bajo mientras mi mirada observaba las dos cajas que era capaz de cargar el mejor amigo de Harry entre sus brazos, "Gracias por ayudarnos, Nolan," Hice una mueca con mi rostro, sabiendo que las mudanzas no eran de lo más agradable de hacer.
"Es lo mínimo que puede hacer," Farfulló Harry y mordí mi labio para contener la risa mientras Nolan llevaba sus manos a sus caderas y levantaba una de sus cejas, "Te vamos a tener que soportar por el resto de nuestras vidas, es lo mínimo que puedes hacer," Repitió Harry, esta vez hablándole directamente a su amigo.
Negué con mi cabeza cuando los oí reír y me dispuse a comenzar a desempacar las cajas que ya estaban dentro de nuestra casa. Podía oír los pasos de Harry y Nolan venir e ir, sacando cajas, bolsas, muebles, a pesar de que ya podía sentir la nostalgia al pensar en Chicago creo que no cambiaría nada de lo que estoy viviendo en este preciso momento. La caja que tenía frente a mi estaba llena de papeles, estaba decidida a hacerla a un lado, dejando que Harry se encargue de ellos ya que todo lo que estaba allí tenía que ver con su empresa, sin embargo, uno de los papeles llamó mi atención: el contrato que había firmado para comenzar a trabajar para Harry. Sonreí al comprender que en aquel momento no tenía idea de todo esto que vendría después, volteé mi rostro en busca de Harry, sólo para mostrarle el papel entre mis manos, pero otro cuerpo fue el que se encontraba en la puerta, "¿Sabes? El viaje es sumamente agotador, quizás me mude aquí yo también," El brillo que reflejaba el color colorado de su cabello debido al sol la hacían parecer sacada de una revista de modelos, sus ojos verdosos hoy estaban más celestes y una sonrisa comenzó a dibujarse en su rostro cuando me di cuenta de que mi mejor amiga estaba allí parada.
"¿Ámbar?" Asintió soltando una risa por lo bajo mientras me acercaba a ella, "¿Qué haces aquí?" Debía admitir que aunque me encantaba la idea de que Ámbar esté aquí, frente a mi, no dejaba de ser algo sorpresivo.
Se encogió de brazos, "Nolan insistió para que viniera con él," Observé a Nolan y a Harry detrás de Ámbar intentando mover una caja que parecía sumamente pesada, "Quizás termine abriendo una franquicia de Dollop aquí," Bromeó guiñando uno de sus ojos en mi dirección y no pude evitar sonreír, a pesar de que la idea era agradable.
Me dejé caer en uno de los sofás blancos frente al televisor una vez que todo estaba desempacado, el hecho de que Nolan y Ámbar nos hayan ayudado hizo que todo esto sea mucho más fácil, las luces de la casa iluminaba cálidamente nuestro alrededor, Harry se dejó caer a mi lado mientras tomaba su móvil, "¿Por qué no se quedan a cenar?" Mis ojos pasaron de la película algo antigua que estaba desarrollándose en el televisor a los rostros de nuestros amigos en el sofá blanco casi opuesto a nosotros, "Podemos pedir unas pizzas," Sentí la mirada de Harry en mi y no dudé en voltear mi rostro antes de asentir, estando completamente de acuerdo con su idea.
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Chicago [H.S]
Hayran KurguMaddie Tansley, hija del millonario dueño de la empresa Tansley Enterprise y reciente graduada de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, se encuentra abatida ante la sorpresa de que su padre, no sólo no quiere que continúe con el legad...