~{Asuka x Kanata}~

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BL [O]

Shoujo [X]

GL [X]

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~{Hecho de Papel}~

Yo corría apresuradamente por los pasillos que ya debían estar acostumbrados a mis pasos, sintiendo a las bombillas seguirme con la mirada y a las paredes murmurar cosas demasiado complicadas para mí. No me importaba, solo quería llegar a estar de nuevo junto Asuka y mostrarle mi mejor sonrisa. La puerta se abrió y ahí pude verlo, tan silencioso como siempre.

—¡Hola, cariño!—saludé usando ese apodo que tanto le avergonzaba mientras dejaba mi bolso escolar en una esquina.—Aún tengo tiempo para hacer los deberes antes de ir al trabajo, pero es más divertido hacerlos aquí contigo.

Creí escuchar un saludo, pero no estuve seguro.

Ambos estábamos tan callados que el trazo de mi bolígrafo por el papel parecía demasiado ruidoso. Yo tenía muchísimas ganas de decirle algo, pero no lo hice porque aún faltaba demasiado tiempo.

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Yo trotaba rápidamente por los pasillos que ya debían estar acostumbrados a mis pasos, sintiendo a las bombillas seguirme con la mirada y a las paredes murmurar cosas demasiado complicadas para quererlas entender. No me importaba, solo quería llegar a estar de nuevo junto Asuka, un poco más cerca de él. La puerta se abrió y ahí pude verlo, tan silencioso como siempre.

—¡Hola, cariño!—saludé usando ese apodo que tanto le avergonzaba mientras dejaba una bolsa con unos cuantos artículos en una esquina.—He encontrado un tutorial en internet para coser los peluches de cerdo hormiguero que tanto te gustan en lugar de comprarlos ¿no te parecen una monada?

Creí escuchar un comentario, pero no estuve seguro.

Ambos estábamos tan callados que el sonido del hilo y la aguja perforando la tela parecía demasiado ruidoso. Yo tenía muchas ganas de decirle algo, pero no lo hice porque aún faltaba mucho tiempo.

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Yo andaba con pasos largos por los pasillos que ya debían estar acostumbrados a mí, sintiendo a las bombillas seguirme con la mirada y a las paredes murmurar cosas muy extrañas y de mala vibra. No me importaba, solo quería llegar a estar de nuevo junto Asuka y sentarme a su lado. La puerta se abrió y ahí pude verlo, tan silencioso como siempre.

—Hola, cariño—saludé usando ese apodo que tanto le avergonzaba mientras dejaba el contenedor de un pastel de fresas con crema en una esquina.—Hey, el jefe Yu me ha felicitado por mi gran trabajo en la pastelería, dice que lo he hecho tan bien que me he ganado una tarta gratis ¡Y obviamente escogería una de fresa! Deberíamos compartirla cuando puedas.

Creí escuchar una queja, pero no estuve nada seguro.

Ambos estábamos tan callados que el sonido de mis manos guardando esa tarta en el refri parecía demasiado ruidoso. Yo tenía algo de ganas de decirle algo, pero no lo hice porque aún faltaba tiempo.

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Yo caminaba por los pasillos que ya debían estar acostumbrados a mí, sintiendo a las bombillas seguirme con la mirada y a las paredes murmurar cosas que no quería escuchar. No me importaba, solo quería llegar a estar de nuevo junto Asuka y tomar su mano. La puerta se abrió y ahí pude verlo, tan silencioso como siempre.

—Hola, cariño...—saludé usando ese apodo que tanto le avergonzaba mientras dejaba unos cuantos libros en una esquina.—He pasado por tu trabajo hace unas horas, una chica bajita de cabello desordenado ha mandado saludos y unos cuantos libros para que leas cuando te sientas mejor...

Creí escuchar un agradecimiento, pero no estuve para nada seguro.

Ambos estábamos tan callados que el sonido de mis manos pasando las páginas sin mucho interés parecía demasiado ruidoso. Yo tenía pocas ganas de decirle algo, pero no lo hice porque aún faltaba un poco de tiempo.

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Hoy Maeda me acompañó a caminar pasillos que no me reconocían cuando estábamos juntos, sintiendo a las bombillas parpadear y desviar sus miradas y a las paredes murmurar cosas que tarde o temprano tendría que entender. Ya no podía ignorarlos, por más que sólo quisiera llegar a estar de nuevo junto Asuka y oír su voz llamándome por lo menos una vez. La puerta se abrió y ahí pude verlo, con los ojos cerrados como siempre.

—Hola, amor...—saludé usando ese apodo que tanto me avergonzaba pronunciar—mucho más con Maeda presente— mientras miraba a la esquina con la cabeza baja.

—Buenas tardes, Asuka.— saludó él con una cara de circunstancias por la que honestamente no lo culpaba.

Ya no escuché nada, porque sabía que, como pensaba, no era nada.

Hubo un silencio sepulcral en el que rogué con el alma que algo o alguien hiciera un ruido, pero nos dijeron que aún nadie vendría a revisar. ¿Ya se había agotado el tiempo que tenía yo para decir lo importante? Yo aún me negaba a decirlo, pero sabía que nuestro querido mánager no toleraría mi técnica de escapismo, mucho menos en el último día de incertidumbre.

—Ichigo, en poco menos de una hora van a llevar a Asuka al quirófano ¿van a quedarte mirando a la pared todo el rato?— dijo viendo como yo me rehusaba a mirar hacia la cama de hospital en la cual mi querido novio había estado postrado durante alrededor de una semana, en coma. Maeda tomó asiento a su lado y juntó sus manos para rezar, en cambio las mías no parecían dejar de temblar mientras mis ojos comenzaban a llenarse de incómodas gotas saladas repletas de tristeza y confusión. Ese nudo que se había estancado en mi garganta desde el día en el que Asuka cayó desmayado en mitad del escenario se comenzó a manifestar con la forma de un llanto feo y desastroso.

—Yo... No sé que hacer...

—Vamos, Ichigo, al menos di algo...

—Yo... ¡No sé qué decir ahora! ¿Que quiero que salga de la sala de nombre raro cuanto antes? ¿Que quiero que vuelva a abrazarme y hablarme conmo antes? ¡Eso es demasiado obvio, Maeda...! Quiero... solo quiero que Asuka esté bien...—mi visión se tornó rápidamente en colores aguados y mezclados que a duras penas me permitían ver hacia donde se dirigían mis pasos titubeantes. Seguramente Maeda había reaccionado al verme estallar así, pero yo ya no tenía oídos para escuchar algo que no fuera mi voz quebrada.

Apoyé mis manos en la cama por un instante antes de sujetar su mano con fuerza, se sentía tan fría como siempre, pero ese frío ahora me resultaba aterrador más que relajante. Era un frío recordatorio de que talvez cuando sea llevado a esa cirugía puede que vuelva con su torpe intento de sonrisa sincera, pero también puede que sus manos se vuelvan aún más frías y sus ojos no vuelvan a abrirse. Pude sentir como las lágrimas caían encima de nuestras manos como la lluvia ligera que chocaba contra la ventana de la habitación. Si Asuka me hubiera visto así hubiera pensado que estaba siendo un tonto dramático ¿verdad? Se supone que soy mayor que él pero no supe cómo mantener la calma cuando sabía que estaba a punto de entrar a lo que se sentía como una ruleta rusa. Idiota ¿acaso no confiaba en los doctores o me pensaba que alguien estaba planeando hacerle algo a propósito?

—Sí, esta es la habitación del joven Kaidou Asuka.

—Entendido, por favor ayúdadme a trasladarlo al quirófano.

—Sí, señora.

Las voces distorsionadas de personal médico desconocido hacían eco en mi cabeza. Podía oírlos, pero no entendía lo que decían. Lo único que tenía claro era que cuando Maeda me retiró tuve que soltar la mano de Asuka, talvez para siempre. Todo parecía pasar muy rápido y muy lento al mismo tiempo, como si la realidad se hubiera distorsionado y no hubiera un mundo más allá de ese estúpido hospital que en realidad no era nada estúpido.

Claro, seguramente yo era el estúpido exagerado porque Asuka nunca me dejaría tan fácilmente. Él no es así. Asuka siempre ha sido fuerte. Él no me dejaría solo aunque diga que soy fastidioso.

Asuka aún no quiere irse.

¿No es verdad?

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[] Ahh, había demasiados OS felices últimamente, ya era hora del sufrimiento -w-

Conclusión: Estamos Enamorados [Honeyworks One-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora