𝑪𝒐𝒏𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 | Duff McKagan [1]

capítulo cinco

Sunset Strip, West Hollywood,
California 1987.

Duff's POV

No puedo quitar mi vista de ella, ver su sonrisa al reír con sus amigos me vuelve loco.

Se que estoy diciendo idioteces, no estoy para enamorarme justo en el mejor momento de mi vida. Solo es alguien mas para mi. Eso creo.
Pero, tiene algo que hace que me interese en ella, más que el tener un encuentro carnal. Se ve una persona interesante, ruda y simpática, aun no la conozco pero me gustaría hacerlo alguna vez.

-¡Hey! ¿En que piensas?

-¿Qué?- dije girando mi vista a Axl que movía mi brazo con insistencia.

-Te pregunté en que pensabas, qué es tan interesante para que ni hayas tocado tu vodka, Duff Rose.- rió.

-Oh nada, solo estoy cansado sabes, el haber ensayado todo el día para dar lo mejor en el show. Necesito dormir una semana.

-¿Y porque no mejor un poco de diversión amigo?- señaló a unas cuantas chicas con poca ropa que se encontraban en una de las esquinas. Reí al recordar que ya había tenido tal diversión. 

-Paso por hoy, viejo.

-Tu te lo pierdes.- se encogió de hombros para después pararse e ir con aquellas chicas.

Encendí un cigarrillo y miré hacia la dirección en la que mi vista estaba clavada hace unos momentos, ella ya no estaba allí. Recorrí con la vista todo el lugar y nisiquiera había rastro de aquella chica de cabellos claros.
No tenía motivo alguno para seguir allí, como le dije a Axl, estaba agotado. Saludé a los demás y me levanté de mi asiento para dirigirme a la salida. Un frío viento recorrió mi rostro, haciendo que mi piel se erizara como reacción.
Saqué las llaves de mi Corvette del bolsillo de mi pantalón y me acerqué a el, sin apuros.

Pude divisar aún con lo lejos que estaba, una figura femenina apoyada en el capó del auto. Llegué finalmente para ver de quien se trataba.

-¿Aburrido allí adentro?- pregunté poniéndome a un lado.

-Que te parece..- exhaló el humo del cigarrillo. 

-¿Quieres que te lleve a casa?

-¿A que se debe esa generosidad?- rió mirándome a los ojos.

-Yo diría que lo aproveches, además, estas en mi auto.- enarcó una ceja y se paró, observándolo con detenimiento.

-¿De verdad es tuyo?- asentí - Tienes un muy buen gusto.- halagó.

-Gracias gracias.. entonces que dices, ¿te llevo o no?- lo pensó unos segundos.

-De acuerdo.

Me subí al auto e hice un ademán para que ella hiciera lo mismo, una vez ella dentro encendí el motor y bajé el techo descapotable. Miré su rostro esperando una reacción. 

-¿Acaso haces esto con todas las chicas que se suben a tu auto?

-Digamos que no permito que nadie suba a mi auto, nena.

Hice marcha atrás y tomé rumbo a su apartamento después de que ella me indicara donde quedaba. De a ratos volteaba mi vista a ella, concentrada en el paisaje y en la espléndida luna acompañada de estrellas que iluminaba la noche.
Reí al ver como estiraba sus brazos y largaba un grito eufórico cuando tomé velocidad por la carretera. Digamos que en vez de ir a su casa me desvié un poco, pero solo para poder pasear y disfrutar un poco mas de la noche.. y de su compañía. 

Después de dar unas tantas vueltas finalmente llegamos al debido destino, ella se giró a mi e involuntariamente salió una sonrisa de mis labios.