capítulo once

1.3K 93 11
                                    

Toledo, Ohio 1987.

Finalmente habíamos llegado a Ohio, había pensado que el viaje iba a ser más tedioso, pero por suerte no. Ahora mismo estamos haciendo el check-in para poder ingresar al hotel, según Axl (que está realmente enojado y cansado) es algo que no teníamos que hacer, ya que la reserva del hotel estaba encargada hace tiempo y nosotros somos personas de "importancia". Yo no dije absolutamente una palabra, preferí quedarme callada y que todo se haga de una puta vez. Necesito una cama y dormir cinco días seguidos.

Al cabo de unos largos y tediosos minutos pudimos subir a las habitaciones, por suerte, a cada uno le corresponderá una habitación, sin necesidad de tener que compartir. Puse mi vista al frente mientras observaba como los demás se adelantaban a buscar sus dichas habitaciones, la mía era la número 126, y al parecer estaba llegando. Aleluya.

-Su.- me interrumpió Esmeralda cuando estaba por poner la llave en la puerta, volteé a verla - ¿Qué harás ahora?

-Amm.. ¿Dormir?

-Nosotras iremos a desayunar, por si quieres venir.- no tenía apetito así que negativo.

-Te agradezco.- le sonreí - ¿Cuál es el itinerario de hoy?

-Tienen como unas tres horas libres desde ahora.- contestó Tom al oír mi pregunta - A las dos de la tarde debemos ir a hacer la prueba de sonido, para ese horario todos deben de estar listos. ¿Oyeron?- preguntó señalando a todos.

-Si, su capitán.- dijo Steven de forma graciosa, a lo cual reí.

-Bien, los veo en unas tres horas, adiós.

Dicho y hecho entré a la habitación, tirando las maletas a un lado y yendo a recostarme rápidamente en esa enorme cama de sábanas beiges que mis ojos divisaban.
A mi lado en la pequeña mesita de luz descansaba un teléfono, así que porque no llamar a Stephanie para ver como va todo, espero no me haya incendiado la casa.

-¿Hola?

-¡Perra!

-¡Hey! ¿Ya llegaste?

-Si, hace un par de minutos, ¿todo bien por ahí?

-Si, todo perfecto, y para ahorrarte la pregunta tus hijos están bien.

-Gracias a Dios.

-No, gracias a mi, imbécil.- río - ¿Y el viaje que tal?

-Pues bien.. no me quejo. Pasó algo con Duff.- puse el teléfono a un costado de mi hombro y me fui quitando el pantalón.

-¿¡Cogieron!?

-¿Qué? ¡No! Nos besamos, bueno, más bien él empezó pero fue.. extraño. Lo sentí como si fuera con amor.

-Mi Summer al fin se está enamorando.- suspira.

-¿Estás loca mujer?- reí - Obvio que no. Más tarde te cuento con detalles, ahora voy a descansar un rato que en la noche es el concierto.

-Bien, ¡Pero no te olvides! Descansa y muchísima suerte.

-La necesitaré.- rodee los ojos - Adiós Steph.

𝑪𝒐𝒏𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 | Duff McKagan [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora