capítulo veinticuatro

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Los Ángeles, California 1988.

-Calmate Summer, tranquila, todo va a estar bien.- me repetía una y mil veces a mi misma mientras estaba sentada en la sala de espera.

-Hey nena, tranquila. ¿No quieres que entre contigo?- preguntó Stephanie, negué.

-No, yo puedo sola, o al menos lo intentaré.

-¿Summer Reed Campbell?- salió una chica del consultorio y observó la sala mientras bajaba sus lentes. Respiré profundo y me levanté.

-Suerte, cualquier cosa grita.- reí ante lo que dijo mi loca amiga, puede que sea un momento de mierda pero ella nunca dejará su humor de lado.

Me acerqué a donde se encontraba la doctora y ella con una sonrisa me dejó pasar. Me hizo tomar asiento en su escritorio para ella ponerse al frente y abrir una libreta.

-Bien, cuentame porque estas aquí.- sonrió.

-Estoy... embarazada.

-No sabes bien de cuanto exactamente ¿Verdad?- negué.

-Sólo hace unos días me hice el test de embarazo y dió positivo.

-Te noto muy tensa, tranquila que en lo que yo pueda te ayudaré y asesoraré.

-Pasa que... siento que soy muy joven aún, el padre no se como lo tomará. Son demasiados factores que me ponen muy mal.- hice una mueca.

-¿Cuantos años tienes, Summer?

-Cumplí veintidós hace unas semanas.

-Bien, esta edad es perfecta para concebir. Pero por lo que sé, no fue deseado, ¿Cierto?- asentí - Quédate tranquila, ahora pasaremos a realizar una ecografía. Por favor, sube a la camilla, levanta un poco tu camiseta y desabrocha el pantalón.

Hice lo que ella me pidió y me recosté en la camilla, pude observar como ella tomaba un gel y lo ponía sobre un artefacto desconocido para mi.

-Ahora esto lo pasaré sobre tu abdomen, está algo frío.

-De acuerdo.

Ella comenzó a pasarlo por todo mi abdomen, giré mi cabeza hacia el monitor que estaba a mi izquierda. Es indescifrable lo que veo, no se si lo que hay realmente ahí es un bebé, es comida. No lo se.

-Eso que está allí.- señaló en la pantalla - Es el bebé, aun no se puede distinguir del todo porque tienes apenas seis semanas de gestación. Puedo notar que está todo en perfecto estado.- tomó una servilleta y limpió el gel - Ya hemos terminado con esto.

-¿Y entonces que debo hacer luego?- pregunté una vez acomodé mis prendas.

-Ven a verme en la semana número doce. Por lo que vi está todo más que bien, si necesitas asesoramiento en algo no dudes en venir a verme. Yo te ayudaré.

-Gracias doctora..- observé la pequeña placa que tenía en el bolsillo de su bata - Collins.

-Dime Layla.- sonrió - Nos vemos en un par de semanas.

𝑪𝒐𝒏𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 | Duff McKagan [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora