capítulo veinte

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West Hollywood, Los Ángeles,
Califormia 1987.

Summer's POV.

-Entonces... ¿Cuántos meses festejan hoy?- preguntó Izzy poniendo los codos sobre la mesa.

-Tres.- respondimos Duff y yo al unísono, por lo cual ambos sonreímos.

-Víspera de navidad, eso es lindo.- sonrió Steven - Salud por ustedes.- alzó la cerveza que tenía en la mano, mientras que todos hicimos lo mismo, chocando así nuestras bebidas.

-Quiero ser invitado de honor a la boda.- dijo Axl, mientras que le daba otro trago a su cerveza.

-¡Yo igual!- exclamó Erin, llevo poco tiempo conociéndola y se me hace una chica muy dulce y agradable.

-Lo serán, se los aseguro.- afirmó Duff, mientras que de reojo me miró y guiñó un ojo. Instintivamente puse una mano por debajo de la mesa sobre su pierna y la apreté con cariño.

Estos tres meses que llevamos de relación con Duff, fueron excelentes. Vivimos días de puro amor y noches de pura pasión, puedo decir que por cosas así, el amor que nos tenemos el uno a otro va en aumento cada vez más.
Duff ya no bebe tanto como solía hacerlo, y admitió que desde que está en relación conmigo no probó ni un sólo gramo de cocaína. Dijo que yo soy su sostén y razón por la cual no hace eso, y realmente me siento muy orgullosa de que de a poco esté quitando esas mierdas de su vida.

Ya es de madrugada y algo tarde para estar en la calle, así que le dije a él que quería regresar a casa. Éste sin poner ningún impedimento aceptó y nos despedimos de todos saliendo finalmente del Rainbow.

-Es raro que Slash no haya venido hoy.- dije mientras me abrazaba a su brazo.

-Según lo que oí, es que haría una fiesta en su casa o algo así. Pero no una de esas fiestas, ya sabes a lo que me refiero.

-Oh... claro. ¿Por eso ninguno de ustedes quiso ir?

-Así es cariño.- se encogió de hombros y rodeó su largo brazo por mi cuello, acercandome a su cuerpo.

-Estas calentito, yo muero de frío.- froté mis manos. Es que si, pleno diciembre, fecha donde más frío hace.

-Por el momento mete tus manos por debajo de mi camiseta. Ya pronto verás como te calentaré al llegar a casa.- guiñó un ojo.

-¡Pero tendrás frío tu también! Tengo las manos heladas.- intuye.

-Mientras esté junto a tu presencia, siempre estaré caliente, nena.

-¡Oh Duff!- reí ante lo que dijo e hice puntas de pié para poder dejar un beso en sus labios.

Finalmente accedí a poner mis manos sobre su abdomen caliente. Pocos minutos después habíamos llegado al departamento. Entramos y yo rapidamente fui a encender la calefacción para que el lugar estuviera un poco más cálido. También encendí la televisión por unos minutos para ver que cosas pasaban.

-¿Quieres?- dijo Duff llegando al salón con un paquete de sus galletas favoritas en la mano.

-Gracias.- sonreí y le quité una galleta - Sabes, se están volviendo mis favorit..

𝑪𝒐𝒏𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 | Duff McKagan [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora