capítulo treinta

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Escucho pitidos pausados.

Los ojos me pesan, pero aún así intento abrirlos, poco a poco.
Finalmente, pude, pero veo demasiado borroso.

-¿Dónde.... estoy?- pregunté casi arrastrando las palabras. Lo único que oí fueron pasos hacia mi, y una mano posicionarse en mi mejilla.

-¿Summer?- reconocí su voz.

-Que.. Nikki...

-¡Despertó!- dijo otra voz - Llamaré a la enfermera.- sus pasos se hicieron presentes hasta luego desaparecer.

-¿Q.. que sucede? ¿Por que no estoy viendo nada? ¿Dónde estoy?- comencé a desesperarme mientras me movía de forma insistente.

-¡Summer calmate!

-Por favor señor, hágase a un lado que le pondré un tranquilizante.- oí una voz femenina.

-¿Un q-que?- pregunté, pero mi vista se volvió oscura otra vez.

Volví a abrir mis ojos, pero esta vez sin tanta dificultad.
Hay mucha gente en la habitación, y poco a poco distinguí a cada uno de ellos. Sin aun decir nada observé mi alrededor. Una fría y palida habitación. Observo mis brazos y uno de ellos está enyesado, mientras que el otro está lleno de hematomas y de varios cateteres que traspasan a mi cuerpo algún tipo de líquido.

-¿Que... que estoy haciendo aquí?- hablé finalmente, Stephanie se acercó junto a mi y tomó mi mano.

-Tuviste un accidente.- hizo una mueca, podía notar que sus ojos estaban rojos.

-¿Un accidente? No recuerdo nada.

-Si, tuviste un accidente. ¿Cómo te sientes?- esta vez fue Nikki quien habló. Pude ver como también los ojos de todos los presentes estaban rojos debido al llanto.

-Bien, me duele un poco la cabeza...- intenté acomodarme mejor en la camilla. Mi mente en este instante hizo un click - ¿Dónde esta Duff?

-Nena... Duff está dormido.

-¿Cómo que está dormido?- intenté levantarme.

-No puedes verlo aun Summer, tienes que recuperarte.- Steven me detuvo.

-¡Quiero verlo!- grité y comencé a arrancar las sondas que tenía en el cuerpo.

-¡Llamen a los doctores ahora!- ordenó Nikki, mientras me tomaba de los hombros con fuerza.

Es obvio que demasiada energía y fuerzas no tengo, por lo que no le fue tarea difícil detenerme. A los pocos minutos llegó un doctor.

-Señorita Campbell.- dijo quedándose a un lado de la camilla - ¿Nadie ha dicho nada aun, verdad?

-¿Decirme que cosa? ¿Dónde esta Michael? Exijo verlo.- empecé a desesperarme.

-Necesita tranquilizarse, y oír bien lo que le voy a decir a continuación. Se que va a ser duro para usted, pero el accidente fue desastrozo.

-Digalo de una vez.

-El golpe que usted obtuvo por el accidente fue muy fuerte, y a consecuencia de eso tuvo un aborto.

-¿Qué?- sentí como mis ojos comenzaban a aguarse.

-Por nuestra parte, realizamos todo lo posible para salvar sus vidas. Hace una semana que usted estaba en coma, es muy gratificante ver que ha despertado. Por otra parte su novio sufrió mucho más el accidente, y el aun sigue en estado de coma. Tuvo lesiones leves pero no ha despertado aún. Lamento mucho su pérdida.

Ahora mismo, soy un mar de lágrimas. Sentí los brazos de Stephanie rodearme y como su respiración era agitada debido a que estaba llorando también.

-Mi bebé...- sollocé aun abrazada a Stephanie.

-Realmente lo siento.- habló el doctor - Seguirá unos días más aquí y luego le daremos el alta.

-Me quedaré aquí a cuidar a mi pareja.

-Con eso no se preocupe que usted como pareja del paciente puede quedarse el tiempo que quiera aquí. Se que es muy duro esto, pero intentamos lo posible. Llamaré a una enfermera para que le vuelva a colocar las intravenosas.

Mi corazon está hecho pedazos, aún no logró entender como todo esto sucedió. No recuerdo nada de ese día. Decidí no decir más nada y quedarme llorando en mi lugar. La enfermera llegó y comenzó a poner nuevamente las vías intravenosas en mi brazo.

-¿Por cuanto tiempo más tendrá eso?- preguntó Tommy señalando mi brazo.

-Sólo por éste día, ya hoy podrá comenzar a comer otra vez.

-Quiero ducharme.- hablé sin mirarla.

-De acuerdo, si te sientes lista puedes hacerlo tu sola, si no te ayudaré.

-Yo lo haré.

-Bien, si necesitas mi ayuda sólo aprieta este botón.- dejó un pequeño mando a mi lado.

La enfermera se fue, y la habitación quedó en completo silencio.

-Si quieres podemos irnos para que estés tranquila..- dijo Mick.

-Por favor...- ellos asistieron y poco a poco fueron saliendo - Stephanie, quédate.- ella asintió y fue la única que quedó en la habitación - ¿Tu lo has visto a Duff?

-Si... lo he visto.

-Llévame a verlo.

-Nena, no puedes salir aun debes recuperarte.

-Por favor...- dije con un hilo de voz.

-De acuerdo.- suspiró.

Hice a un lado la fina sábana que me cubría y bajé de la camilla, mis piernas se tambalearon un poco pero Stephanie me tomó del brazo para evitar caerme. Tomé aquel atril que contenía las bolsas con suero y lo llevé conmigo, ya que no podía quitarme aquellos tubos otra vez. Lentamente salimos de la habitación, ambas miramos para los costados controlando que nadie esté allí y me evite ver a Duff. Ella señaló la puerta de enfrente, asi que de una forma más rápida nos acercamos. Por mi mismo miedo, pedí que ella la abriera.

Me adentré y finalmente lo vi. Tuve que tapar mi boca para evitar hacer tanto ruido por mis llantos.
Está con una máscara de oxígeno, con varias intravenosas en sus brazos y en su torso una venda que lo rodea completamente. Tiene el rostro con varias suturas y algunos hematomas por los brazos y el pecho. El único sonido en la habitación proviene del monitor que registra los latidos de su corazón.
No puedo creer que el haya quedado en tal estado. Quiero recordar que ocurrió pero simplemente no puedo, mi mente se nubla al intentar pensarlo.

-¿Porque el? ¿Por que la bebé? ¿Por que no fui yo la que tenía que morir? Es mi culpa.- tapé mi cara con las manos aun sin dejar de llorar. Stephanie puso sus brazos alrededor de mis hombros.

-¡No, Summer! No digas incoherencias, no te culpes por esto, te hará peor. Si tú despertaste, Duff también lo hará.

-No lo sé...

-¡No seas negativa! Lo peor ya pasó, se que duele muchísimo pero no debes de culparte por esto. Y se que Duff diría lo mismo si el estuviera despierto.

𝑪𝒐𝒏𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 | Duff McKagan [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora