𝑪𝒐𝒏𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 | Duff McKagan [1]

capítulo diecisiete

West Hollywood, Los Ángeles,
California 1987.

Summer's POV.

-¿Enserio crees que todo lo que dijo es cierto?

-Que pesimista y mal amigo eres, la verdad.- lo miré con mala cara.

-Sólo quiero tu bienestar nena, y lo sabes.

-Si Kevin lo sé, pero no quiero adelantarme a nada, quiero dejar que todo fluya sólo, ¿Entiendes?- bebí un poco de mi taza de café.

-De acuerdo, ¡Esta bien no diré más nada!- se encogió de hombros - Por ahora...- le pegué en el hombro al escuchar lo último que susurró.

-Iré a prepararme, te veo luego.

Éste sólo asintió y me levanté del asiento de la barra. A paso relajado me dirigí a mi camerino, mientras pensaba que cosas nuevas podía implementar a mi típico set, para cambiar un poco ¿Por qué no?
Entré sin prestar mucha atención a mi alrededor, mientras empezaba a quitarme la ropa, noté que en la pequeña mesa que se encuentra allí había un gran ramo de flores. Algo extrañada me acerqué a mirar para ver de quien provenía. Entre medio de las orquídeas había una pequeña nota.

"Espero te gusten, preciosa.

Nikki."

Sonreí ante tal inesperado gesto, él no era de hacer este tipo de cosas, pero, es un bonito de su parte. Y es más que obvio que Jim lo dejó pasar aquí, si no ni acceso tendría a la parte interna de club.

○

Me miré al espejo una vez más, fijandome que todo mi atuendo esté acorde. Me coloqué una bandana color negro alrededor del cuello y me dirigí a la parte de atras del escenario, encontrandome con algunas de mis compañeras las cuales me saludaban con una sonrisa.
Corrí un poco la cortina para ver quiénes habían venido hoy, pero para mi mala suerte mucho no pude divisar.

Al poco tiempo, las chicas que estaban antes, terminaron su set saliendo del escenario seguidas de muchos aplausos y silbidos. Ahora llegó mi turno, no es por nada pero según Jim, mi set es el más esperado de la noche. Las luces bajaron y cambiaron a un tono violácio, mientras que por los grandes parlantes comenzó a sonar un lento blues.
Me dejé ver ante todos, recibida de aplausos, silbidos y halagos. Mostré una gran sonrisa y comencé a mover mi cuerpo al ritmo de la música, cerrando los ojos y dejándome llevar ante eso. No vi a ningún conocido por el momento ya que puedo decir que hoy, el club está realmente lleno.

Me acerqué a uno de los tubos, mientras bailaba ante el, comencé a desatar el pañuelo que llevaba en el cuello. Así una vez libre, comenzar a jugar con el. Lo pasaba por mi cuerpo de una forma más erótica, cosa que antes no había hecho y se ve que a los clientes realmente les gustó.
La gente aquí pide más y más, pero no voy a pasar mis límites, soy una bailarina. No una stripper.

Al finalizar mi set bajé del escenario por la parte delantera, saludando así a las personas y agradeciendo por haber venido. A lo lejos, pude ver a Stephanie sentada con Tommy en una mesa un poco más alejada. Escabulliendome entre la gente me acerqué a ellos.

-Estuviste impresionante nena.- dijo Stephanie mientras la abrazaba en forma de saludo, también dejé un beso en la cabeza de su esposo.

-Es raro que ustedes se hayan sentado tan atrás.- fruncí el ceño.

-Llegamos algo tarde y cuando quisimos darnos cuenta, nos habían quitado el lugar de siempre.- negó Tommy.