capítulo veintisiete

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West Hollywood, Los Ángeles,
California 1988.

-Summer, ¿Quién es este tipo?- preguntó Duff señalandolo sin dejar de mirarme.

-Su ex.- respondió él.

-¿Y que mierda haces aquí entonces? ¡Tu no tienes nada que hacer aquí!- interpuso mi vista poniéndose frente a la puerta.

-Solamente quería saber como estaba...

-Bien, esta perfectamente bien. Ahora vete.- cerró de un portazo.

Se quedó unos cuantos segundos frente a la puerta, para después girar a verme.

-¿Me dirás quien diablos es?

-Duff tranquilizate, por favor.- respondí con voz temblorosa.

-Lo siento.- tomó una de mis manos y me condujo hacia el sillón, colocó su bajo en la alfombra para que podamos sentarnos cómodamente - ¿Por que te has puesto tan nerviosa al verlo?

-Te contaré para que todo tenga más sentido, porque se que estas confundido..- respiré hondo - Cuando vine en el año ochenta y tres junto a Stephanie a Los Ángeles, no teníamos a nadie más que a nosotras mismas. Ambas unas niñas pubertas de diecisiete años que sólo querían huir de sus familias tóxicas... Cuando conseguí trabajo en el club donde ahora soy bailarina, lo conocí. El se llama Jack Davies, también era amigo de Nikki en ese entonces. Puedo decir que el me llevó por mal camino cuando me hice mayor.

-Para no tener problemas legales..- intuyó el.

-Exactamente. No se que fue lo que vi en él, pero así y todo estuvimos dos años siendo pareja. Al principio todo era genial, me sentía afortunada. Pero luego todo se volvió tormentoso, llegó a pensar que lo engañaba con los clientes del club, lo cual era todo mentira. Hasta que un día... llegó a la casa donde vivíamos en ese entonces, lleno de chupetones por el cuello. Obviamente le reclamé por eso pero el comenzó a insultarme y gritarme, tal así que los vecinos vinieron hasta la puerta para saber que ocurría. El no les dio importancia ni tampoco me dejó decirles nada ya que comenzó a pegarme fuertemente, tanto así que hizo que varias partes de mi cara sangraran por las heridas.- mi voz comenzó a temblar - Gracias a un señor que pudo abrir la puerta con fuerza, pude salvarme. Llegué inconsciente al hsopital. Duff, el quería matarme.- ya sentía las lágrimas cayendo por mis mejillas.

-Hijo de puta.- pude ver como el hacia fuerza con sus puños por el enojo.

-Fui a la policía y ellos pusieron muchas restricciones para que no se pueda acercar a mi. Hizo todo lo posible para volver a verme, hasta que un día dejó de molestarme. Pero aparentemente volvió para hacerlo ahora.- sentí sus brazos alrededor de mi cuerpo, y como su respiración era agitada. El está llorando.

-¿Por que no me lo dijiste antes?- lo tomé de la mejilla y sequé sus lágrimas.

-Porque era una parte que creí haber eliminado de mi vida, pero aparentemente no.

-No importa nena, yo te protegeré de ese hijo de puta. Y no se volverá a acercar aquí nunca más, ni le hará daño a ti y ni al bebé. Tenlo por seguro que yo siempre te cuidaré.

-Lo sé Duff, no quiero nuevamente otra pesadilla.

-Todo estará bien.

𝑪𝒐𝒏𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 | Duff McKagan [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora