capítulo siete

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West Hollywood, Los Ángeles,
California 1987.

Summer's POV

-¿Y que tal lo hace?- preguntó Stephanie mientras pintaba mis uñas de los pies de un color rojo intenso.

-Puedo decir que..- suspiré - Nunca tuve tan buen sexo como con él.- reí y tomé un poco del vino que tenia servido en la copa.

-¿Mejor que con Tommy o Nikki?- la miré extrañada. 

-¿Tommy?

-¡Claro! Dijo que se habían acostado una vez.- estallé de la risa.

-¡Ya quisiera ese flacucho tener la suerte de acostarse conmigo! Es lindo pero no es mi tipo, y bueno Nikki.. si es muy bueno. Pero solo estuve una vez con él. En cambio con Duff, no se, fue como distinto. Lo siento difícil de explicar. 

-Ay amiga, espero no te estés enamorando.-rió.

-¡Claro que no! Sería algo como, "amigos con consentimiento".- hice comillas con los dedos - Además, se nota de aquí a Japón que él es un mujeriego, seguro después de estar conmigo se acostó con tres más.- negué con la cabeza - No estoy para amoríos Steph, ya me rompieron el corazón una vez, no volverá a pasar jamás algo así. 

-Eso espero nena, pero bueno. Basta de hablar de muchachos y veamos que nos pondremos hoy para salir en la noche. Por cierto, ya terminé con tus uñas.- dijo parándose.

Observé mis uñas y las había dejado realmente lindas, el color rojo haría resaltar mi piel. Y hoy, usaría unos buenos tacones.

-Yo ya tengo el vestido que usaré hoy, pero si quieres puedes usar lo que te guste de mi ropa.- agarré un cigarrillo y lo llevé a mi boca, cuando estaba a punto de prenderlo, ella me detuvo.

-Tengo algo mejor.- fruncí el entrecejo y la seguí con la mirada, se acercó a su bolso y de allí sacó una bolsita transparente con algo verde dentro.- A mi se me antoja, ¿a ti no?

-¿Marihuana? No nena, paso por hoy. No pienso ir drogada a la fiesta quien sabe qué papelón podría armar allí.- rodee los ojos.

-De acueeerdo, pero lo llevaré por las dudas.

-Claro.. por las dudas, como tu digas.- prendí mi cigarrillo finalmente y fui al balcón a terminar de fumarlo. El reloj marcaba las nueve y en un par de horas debíamos irnos.

Coloqué un poco de perfume por debajo de las orejas y me miré nuevamente en el espejo, no es por creerme pero este vestido se me ve de maravilla puesto. Y Stephanie también, usando un vestido blanco que resalta su tono oscuro de piel, va a enloquecer completamente a todo el mundo. 

-Si fuera hombre, yo si te doy.- dije y le apreté una nalga jugando, ella rió e imitó un gemido.

-No importa que no lo seas, mami.- ahora fue ella quien me apretó el trasero, reíamos sin parar. La confianza que tengo con ella no la tengo con nadie mas en la vida.

Fui al salón y después de unos cuantos minutos de darle cariño a mis mascotas, Stephanie apareció indicándome que ya estaba lista y era hora de irnos. Tomamos nuestros pequeños bolsos y bajamos del edificio.

Nuevamente, ninguna iba a conducir, así que tomamos un taxi.

La fiesta sería en pleno Hollywood, una que haría una persona de mucho dinero, el cual Nikki no nos dijo quién, que lo descubramos solas. Al cabo de un muy buen rato en el taxi llegamos. Pagamos las dos y bajamos, podíamos ver la larga fila de personas que recorría toda la cuadra. Pero nosotras entraríamos sin tener que hacerla.

𝑪𝒐𝒏𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 | Duff McKagan [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora