𝑪𝒐𝒏𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐 | Duff McKagan [1]

capítulo nueve

West Hollywood, Los Ángeles,
California 1987.

-Estoy más que seguro de que aceptaste.- habló apenas di la vuelta para quedar frente a el.

-¡Muy bien! Eres un maldito genio. ¿Cómo lo supiste?- contesté irónica.

-Sé que no te resistes por mi.

-Sabes.. muero por que llegue el día y ver tu torso desnudo algo sudado,- pude ver su rostro de satisfacción- y esos fuertes brazos tocando la guitarra..- mordí mi labio mientras los acariciaba.

-Toco el bajo.- respondió frunciendo el ceño.

-Lo que sea.- rodee los ojos y me aleje de él - ¿Ves? Ni siquiera me interesas, lo hago sólo porque la paga es buena.- me di la vuelta nuevamente y caminé hacia afuera, en busca de un taxi.

-O sea que, ¿No quieres tener ningún tipo de relación conmigo?- preguntó siguiendome el paso.

-Estas en lo cierto, rubio.- se puso frente a mi, haciendo que me detenga y me empujó contra la puerta de un auto. Puso sus firmes brazos a mis costados acorralándome. Tragué fuerte.

-¿Estás segura?- acercó sus labios a mi oreja, pude sentir su cálida respiración.

-Muy... muy segura.- tartamudee.

-Yo creo que no, nena.- sonrió burlón mirando fijamente mis ojos.

-¡Hey hermano!- reconocí esa voz, pude notar su cara de pocos amigos al oírla, pero finalmente cuando giró su cabeza para ver quien era, su expresión cambió.

-¡Vince, viejo!- se dieron un amistoso abrazo - Tanto tiempo, ¿Cómo has estado?

-Bien, no me quejo. Y se ve que tu no la estás pasando para nada mal eh.- contestó con cierta gracia mirándome.

-Muérete, Vince.- respondí mientras le enseñaba el dedo del medio.

-Que linda, yo también te quiero.- dijo sarcástico.

-¿Está todo bien muñeca?- me preguntó Nikki, el cual miraba con cierta rabia a Duff.

-Claro, Nikki. En un minuto estoy con ustedes.- le sonreí.

-Bien, los dejamos. Ojo con lo que hacen.

Vince rió después de decir su insulso comentario y Duff sólo sonrió, para después seguirlos con la mirada mientras entraban al club. Cuando no vio ningún otro rastro de ellos, se volteó nuevamente a mi.

-¿En que estábamos...?- preguntó y alcé una ceja - Ah, si. Como te decía, vas a ver que no te resistiras a no tener ningún tipo de contacto conmigo nena, como yo contigo. Así que ve pensándolo.- me guiñó un ojo - Muero por verte bailar al ritmo de mis canciones.

-¿Así que tu tampoco te resistes a mi? Ja, con lo débil que eres seguro a ninguna mujer te resistes. Sigue soñando, bajista.

Me solté de su agarre y me fui de allí, dejándolo con la palabra en la boca. Caminé entre la gente, que era demasiada, en busca de mis amigos. Sonreí al ver como Tommy extendió su largo brazo para indicarme que estaban allí. Antes de sentarme dejé un beso en su cabeza.

-Hola bonita.- rodeó mis hombros con uno de sus brazos y me ofreció de su bebida.

-Gracias T-bone.- acepté con gusto y di un gran trago.