Escapada 💓

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Subo las escaleras disimuladamente rápido,cuando el viejo cree que por fin me he "tranquilizado".

Cierro la puerta despacio y abro la ventana para que me dé el aire por unos segundos.

Viejo idiota,no pensarás que te haré caso.

Pienso,y doy un salto en el filo de la ventana,salto por los techos de las casas hasta llegar al hospital.

Respiro agitadamente,el camino entre mi casa y el hospital era demasiado largo,saltó por los filos de las ventanas de cada habitación.

Hasta que encuentro a sarada,vestida con una bata,y respirando tranquilamente en la cama con aparatos conectados.

Suspiro,y la veo por unos momentos,una sensación que no conozco viene a mi.Mi boca se volvió amarga y siento como un tornado en mi estómago.

Apoyo mi frente en el ventana,se que las ventanas del hospital siempre están cerradas,o eso dijo la tía sakura una vez.

La veo se nuevo,en silencio por unos largos minutos y el único sonido que escucho son los "¡Pi,Pi,Pi!" de las máquinas.

Acaricio con mi dedo la ventana,en la parte en donde está su mejilla.De verdad quería hacer eso en estos momentos,lo quería hacer siempre si despertara pronto.

Me quedaría aquí,en esta misma posición hasta que despierte,pero no puedo.

Pienso,no me importa que el viejo me descubra,pero seguramente mamá no dormiría por la angustia,y se cuanto se esfuerza.

--buenas noches,sarada.

Y me despido,para saltar e irme de nuevo a mi casa exhausto,y no solo por la caminata.

Entro a mi habitación y cierro la ventana despacio,me cambio la pijama y bajo con cuidado.Me moría de sed.

Suelto un gran suspiro cuando me acabo del agua helada del refrigerador,cuando las luces se prenden de repente.

--¿Dónde estabas? Tienes suerte que no le diga a hina-chan.

Yo me paso el hombro en la boca.

--¿Cómo te diste cuenta?

Él se queda callado,y se sienta en el sillón.

--fue a dar una caminata.

--fuiste a ver a sarada--me corrige,y me estoy empezando a cansar.

Es tarde,mañana hay academia y no pienso lidiar con otros "reproche de padre" que me da en plena madrugada.

Yo bufo y subo las escaleras.

--buenas noches.

--descansa--me dice y cierro la puerta de mi habitación.

Me tiró a la cama de golpe y suspiro. Si que estaba exhausto.

--¡Levántate!--me dice hima,dejándome sordo.

Me quejo.

--himawuari--le digo en tono de regalo,nunca lo había hecho.

Y ella se va corriendo saltando con una pequeña risa.

Me levanto de mal humor.

Un gran comienzo.
Pienso,y se vuelve aún peor al recordar que hoy papá va a hacer el almuerzo.

Mamá tendrá su primera misión como ninja después de mucho tiempo, increíble, pero malo si sabes que tu único alimento va a ser el ramen instantáneo.

Me doy una ducha rápida,mientras me alistó para bajar a desayunar.

Bajo rápido y veo a hima sentada al lado de su peluche.

--¿Y mamá?

--papá dijo que mami se tuvo que ir antes.

Genial, nisiquiera el viejo le pudo servir un vaso de leche.

Pienso, y me ahorro el disgusto contado y entro.

--Bien--digo remangandome la casaca--¿Quieres tostadas con mermelada?

Ella asiente emocionada.

Término de hacer el desayuno rápido y nos vamos a la academia.

Acabaron las clases y todo fue muy aburrido, no tenía con quién hablar en el recreo aparte de jugar con mis amigos, ya sean pequeñas palabras o sirviendo café en una pequeña taza.

Sarada me hacía mucha falta.

Tal vez entrené un poco hoy.
Pienso, pero descarto la idea al pensar que hima se quedará sola.

Obviamente el viejo no va a dejar su trabajo.

Así que me quedaré ayudándola, escribo en una hoja rápidamente los deberes del viejo cómo padre. Haber si se digna a cumplirlos al menos una vez.

Le doy una lista de comidas, para mí no había ningún problema comer hamburguesas hasta que llegue mamá, pero soy el hermano mayor, debo hacerme cargo del bien de hima.

Lo guardo en mi maleta y voy por hima, que me está esperando.

Hablamos de lo bien que nos fue hoy, y noto que cada día le gusta más la academia.

Llegamos a la casa y nos quitamos los zapatos.

--ve a hacer tu tarea, voy a hacer la comida--le digo.

--¿Quieres que te ayude hermanito?

Yo sonrió, hima era demaisdo tierna.

--no, estoy bien hima, ¡Vas a probar una de los mejores platillos de la aldea!--digo, y hago una pose épica.

Ella salta de la emoción y sus ojitos tienen estrellas.

--¿Enserio?

--Por supuesto--le digo, y ella corre para abrazarme.

--¡Eres el mejor!

--eso ya lo sé--le digo,como si no me importará.

En realidad era todo lo contrario.

Al final acabo de hacer la cocina un desastre, pero supongo que es una de las cosas más de las que se encarga el viejo.

--¡Hima, ya está el almuerzo!--le grito para que baje.

--¡Gracias por la comida!--decimos los dos al mismo tiempo y comemos.

--¡Esta delicioso!--me dice, extremadamente feliz.

--te lo dije, tú hermano es el mejor cocinero de toda la aldea--digo en tono presumido,mientras hay estrellitas alrededor.

Terminamos de comer, y hima me ayuda a lavar los platos.

--¿Qué le ocurrió a la cocina?--me pregunta.

--eh...eso no es importante--digo,intentando buscar una buena manera para que no me delate frente a mamá--eso un secreto entre hermanos, ¿Sí?--le digo mientras pongo mi dedo medio en mi boca, como signo de silencio--el vie-papá--cambio la palabra, a hima nunca le ha gustado que le diga así--se encargará de eso.

--¿"Secreto de hermanos"?

--secreto de hermanos--le respondo, y ella sonrie para asentir con la cabeza.

Después de darle la lista al viejo, sacarlo de la oficina jalando lo como un niño pequeño, supervisando que no compre las cosas equivocadas, limpiando la cocina y explicándole donde se encuentra cada cosa, aparte del necesario libro de cocina que compramos, tengo la duda de quién de verdad es el adulto aquí.

Acabamos de cenar los tres y subo a mi habitación para acabar la tarea de la academia, veo la hora en el reloj de mi cuarto.

Me voy de nuevo por la ventana al ver que hima estaba completamente dormida, y dejó un clon por precaución, ya que el viejo se ha ido a trabajar en turno nocturno.

Se que la palabra "sobre-protector" me queda muy bien, más aún si lo juntas con la palabra "hermano".

Llegó después de un largo camino al hospital de nuevo, y me paro en el borde de la ventana.

Ahí estaba ella,nuevamente, y no me quiero separar ni un solo metro.

𝙉𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙖 𝙃𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 𝙅𝙪𝙣𝙩𝙤𝙨 [𝙀𝙣 𝙀𝙙𝙞𝙘𝙞ó𝙣] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora