𝕃𝕒 𝕗𝕒𝕞𝕚𝕝𝕚𝕒 ℍ𝕪𝕦𝕘𝕒

210 16 0
                                    

Estaba acabando de guardar mis cuadernos para irme a casa, solo faltaban unos minutos, y como cada viernes, los alumnos intentaban escapar de la "prisión" lo más rápido que podían.

Es decir, la escuela, y cuando digo "escapar" es que pueden hasta huir por el mínimo hueco como ratas. A veces me preguntó cómo Shino-sensei nos aguanta. Suelto un suspiro.

Miro a Chou Chou, obviamente no era la excepción al caso, y está vez parecía más impactante de lo normal.

- ¿Qué ocurre?

- ¿De qué? -Me pregunto ansiosa, sin quitar la mirada del reloj.

- A ti te ocurre algo.

- Bueno bueno, ¡Te prometo que te voy a traer un recuerdo!

- Chou Chou...

- Ah sí, el contexto -Me dijo, ella generalmente solo me decía una parte de las cosas- ¡Es que a la hora de la cena iré con mi familia a la aldea de mamá, vamos a visitar a la familia! ¡Nisiquiera sabía que tenía un primo! ¿Lo crees?

- De verdad, que sí.

Seguimos la conversación, le dije que buena suerte y ella me prometió traerme unos snacks. Cuando tocó la campana gritó como loca, se paro y con un rápido despido que casi no oí, se fue.

Me hace mucha gracia saber que Chou Chou es así de animada. Sonrió minusculamente y me pongo mi maleta.

Cuando levantó la vista por una extraña sombra, me doy cuenta que Boruto está en frente mío.

Esto es malo.
Pienso. Y antes de que empiece con mi típico tablero mental. Abre su boca.

- Sarada, ¿Puedes ir al monte hokage a las seis de la tarde?

¿Qué?
Me preguntó a mi misma. Y mi mente se obliga a sí misma a decir que no es una cita y no me ilusionara.

Por otra parte, mi corazón danza y salta secretamente de emoción.

- Sí -Le respondo, pero él ya se estaba cruzando la puerta como un rayo, esperaba que me haya escuchado.

Me voy en paso lento a mi casa, doy un gran respiro mientras que el aire corre por las calles de la Aldea. Quedaba mucho tiempo para las seis de la tarde, y podía hacer varias cosas antes de reunirme con él.

No había nadie en la casa, mamá llegaría para la hora de cenar. Entro y guardo mis cosas, como rápido y "vuelo" hasta mi habitación.

Me veo al espejo, y me siento como una tonta enamorada al revisar todo mi armario para ver que puedo hacer. No se cuanto tiempo había pasado, calculo una media hora o inclusive un poco más. Cuando esligo lo que mamá dice, "El atuendo perfecto".

Así que me meto a bañar y salgo para secarme el cabello. Me pongo mi conjunto, y espero verme bien con él, cuando me miro al espejo recién me doy cuenta de lo cuánto a crecido mi cabello.

Poco más y me llegaba a los hombros, en fin, elegí una blusa de color blanco y me pongo una falta de color gris claro, una de las que me había comprado mi mamá por mi cumpleaños.

Me siento en la cama a punto de ponerme mis típicas sandalias, cuando mágicamente centro mi vista en una caja que llevaban un par de zapatos platinados con un poco de tacón.

No puede ser tan difícil.
Pienso.

Me veo al espejo una vez más, esperaba no verme muy rara con todo lo que usaba. Claro, al menos tenía equilibrio.

Ahora, era momento de practicar. Después de un largo tiempo, al menos podía caminar hasta la mitad de mi habitación a la perfección. Juro que esto era más difícil que aprender un jutsu, ¿Cómo mamá y la tía Uno corrían con esto como si nada?

𝙉𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙖 𝙃𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 𝙅𝙪𝙣𝙩𝙤𝙨 [𝙀𝙣 𝙀𝙙𝙞𝙘𝙞ó𝙣] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora