Venus y el príncipe mestizo [6]

Capitulo 16

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FIESTA

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Nevaba levemente, a las siete, Venus y Hermione se estaban preparando para la fiesta de Slughorn, la ultima iria con Theo mientras que Venus con su novio, John Be.

Venus observaba su vestido que se encontraba sobre su cama, un bello vestido color rojo, el borde del vestido se encontraba uno poco mas abajo de su rodilla, además tenia unos bellos tacones de color negro. Era básicamente perfecto.

-¡Por merlín! ¿Qué es eso?- dijo Hermione exaltada, Venus se dio la vuelta asustada por lo que se refería su amiga y entendió lo que le causaba horror.

-No es nada- se apresuro a decir y se tapo. 

-Claro que si, ¿Qué es lo que tienes?, no es una marca- se apresuro a decir, y levanto un poco la bata de su amiga para ver una rara cosa en la piel de su amiga. -Venus ¿Qué es eso?- pregunto preocupada.

Venus suspiro rendida y se acaricio la zona, era una rara escama de un color azul luminoso. 

-Son signos de la maldición - 

-¿¡Es escama!, ¿Qué tiene que ver la escapa en la maldición?- pregunto todavía exaltada.

-La maldición consiste en que debes transformarte en una sirena y buscar algo en el mar, si no lo logras, te debes quedar en esa forma para siempre- dijo Venus con la vista en la escama, solo habia aparecido hace dos días y según ella, se habia esparcido con rapidez.

-¿Una sirena?- pregunto y Venus solo asintió. -¿Y sabes donde o que es ese objeto?, tal vez te puedo ayudar- 

-El objeto solo te lo dicen antes de tu transformación y no hay forma de ayudar -

-¿Tienes miedo?- 

-Mucho, no se que es lo que va a pasar o si los voy a volver a ver -

-Escúchame Venus, tu vas a poder volver, y cuando vuelvas vamos a pasar los mejores días juntas, Venus tu debes regresar- dijo Hermione y ambas se abrazaron -Tengo fe en ti- 

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El despacho era mucho más amplio que los de los otros profesores, bien porque lo habían construido así, bien porque Slughorn lo había ampliado mediante algún truco mágico. Tanto el techo como las paredes estaban adornados con colgaduras verde esmeralda, carmesí y dorado, lo que daba la impresión de estar en una tienda.

La habitación, abarrotada y con un ambiente muy cargado, estaba bañada por la luz rojiza que proyectaba una barroca lámpara dorada, colgada del centro del techo, en la que aleteaban hadas de verdad que, vistas desde abajo, parecían relucientes motas de luz. Desde un rincón apartado llegaban cánticos acompañados por instrumentos que recordaban las mandolinas; una nube de humo de pipa flotaba suspendida sobre las cabezas de unos magos ancianos que conversaban animadamente, y, dando chillidos, varios elfos domésticos intentaban abrirse paso entre un bosque de rodillas, pero, como quedaban ocultos por las pesadas bandejas de plata llenas de comida que transportaban, tenían el aspecto de mesitas móviles.

-¡Venus querida! ¡John Be muchacho! - exclamo Slughorn cuando ambos chicos habian entrado al despacho de su profesor -¡Me alegro mucho que vinieran! ¡Pasen, pasen!

Slughorn llevaba un sombrero de terciopelo adornado con borlas haciendo juego con su batín.

John Be y Venus se habian acercado a una mesa para sacar algo para beber, la muchacha noto a varias chicas riendo y murmurando, Venus miro hacia donde ellas lo hacían, estaban viendo a Harry, ella frunció el ceño y ese gesto no paso desapercibido de su novio.