Capitulo 24

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CLASES DE APARICIÓN

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Venus iba bastante bien, al haber sacado un veneno que conocía y sabia preparar su antídoto no le iba mal. Cuando Slughorn pasó a su lado, dio un pequeño asentimiento. Cuando pasó al lado de Harry, Slughorn se alejó rápidamente mientras tosía por el olor que salía del caldero.

La expresión de Hermione no pudo ser más petulante; era evidente que le fastidiaba muchísimo que hasta entonces Harry la hubiera superado en las clases de Pociones. Venus habia dejado hirviendo el antídoto y se dirigió hacia Harry. 

-Esto es un puto asco- dijo Venus tapándose la nariz y hizo un hechizo para hacer desaparecer lo que sea que estaba haciendo su amigo.

Venus comenzó a decirle que ingredientes necesitaba, aunque no sabia si alcanzaría, necesitaba mas de 50 ingredientes y ya quedaba poco tiempo. Luego de decirle a Harry lo que tenia que hacer, ella termino su antídoto y lo dejo en una ampolla justo a tiempo.

-¡Tiempo! -exclamó Slughorn con tono cordial-. ¡Vamos a ver qué tal lo han hecho! ¿Qué puedes enseñarme, Blaise?

Poco a poco, Slughorn circuló alrededor del aula examinando los diversos antídotos. Ningún alumno había terminado el trabajo, aunque Hermione intentó meter unos ingredientes más en su botella antes de que se le acercara Slughorn.

Slughorn se dirigió a la mesa de Harry y sus amigos en último lugar. El profesor olfateó la poción de Ernie y después la de Ron, de la que se apartó rápidamente con una mueca de asco. Paso por Hermione y luego con Venus. 

-¡Fantástico señorita De'Ath! ¡Logro terminar su antídoto! Puede quedárselo- dijo sonriendo, Venus sonrió orgullosa, mientras Slughorn iba hacia Harry. -¿Y tú, Harry? -dijo luego-. ¿Con qué vas a sorprenderme hoy?

Harry extendió el brazo, con el bezoar en la palma de la mano. Slughorn miró la piedra varios segundos. Por un instante Harry temió que fuera a reprenderlo. Pero entonces el profesor echó la cabeza atrás y soltó una carcajada.

-¡Qué cara tienes, muchacho! -dijo, y sostuvo en alto el bezoar para que los demás lo viesen-. ¡Eres igual que tu madre! ¡Y te has salido con la tuya! ¡Desde luego, un bezoar actuaría como antídoto de todas esas pociones!

Hermione, que tenía el rostro perlado de sudor y la nariz manchada de hollín, se puso lívida.

-Y eso del bezoar se te ha ocurrido a ti sólito, ¿no, Harry? -musitó Hermione.

-¡He aquí el espíritu individualista que necesita el auténtico elaborador de pociones! -exclamó Slughorn con jovialidad antes de que Harry respondiese-. Igual que su madre, que también tenía esa intuición para prepararlas. No cabe duda de que la has heredado de Lily. Sí, Harry, en efecto, si tuvieras un bezoar a mano te sacaría del apuro, aunque, como no son efectivos con todos los venenos y es difícil encontrarlos, vale la pena saber preparar antídotos...

Hermione parecía estar furiosa.

-¡Ya pueden recoger! -anunció Slughorn-. ¡Y diez puntos más para Gryffindor por semejante descaro!

Venus comenzó a guardar sus cosas y dejo bien guardado la ampolla con el antídoto. 

-¿Vamos?- le pregunto Venus a Harry que parecía que guardaba todo lentamente.

Harry negó.

-Tengo que hablar con Slughorn, ya sabes.

-Claro, nos vemos luego- dijo Venus y salió con sus dos amigos. 

Venus y  el príncipe mestizo [6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora