Capitulo 28

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LA OBSESIÓN DE HARRY

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-Harry Potter, señor -chilló Dobby, y en sus enormes y esféricos ojos se reflejó el resplandor del fuego-, el chico Malfoy no está violando ninguna norma, al menos que Dobby sepa, pero sigue interesado en evitar que lo detecten. Ha realizado visitas regulares al séptimo piso con varios estudiantes que montan guardia mientras él entra en...

-¡En la Sala de los Menesteres! -comprendió Harry de pronto, y se dio en la frente con Elaboración de pociones avanzadas. -¡Ahí es donde hace... lo que sea que hace! Y por eso desaparece del mapa. ¡Ahora que lo pienso, en el mapa nunca he visto la Sala de los Menesteres!

-A lo mejor los merodeadores no sabían de su existencia -sugirió Ron.

-Supongo que esa particularidad forma parte de la magia de la sala -observó Hermione-. Si necesitas que no pueda detectarse, no se detecta.

-Dobby, ¿has conseguido colarte y ver qué hace Malfoy?

-No, Harry Potter, eso es imposible.

-No, no es imposible. El año pasado, Malfoy se coló en nuestro cuartel general; por lo tanto, yo también he de poder colarme y espiarlo.

-Dudo que lo logres -discrepó Hermione mientras cavilaba sobre el asunto-. Malfoy sabía exactamente cómo estábamos utilizando la sala porque esa idiota de Marietta se chivó. Él necesitaba que la sala se convirtiera en el cuartel general del ED y en eso se convirtió. Pero tú no sabes en qué se transforma cuando Malfoy entra en ella, de modo que tampoco sabes en qué pedirle que se transforme.

-Eso ya lo solucionaremos -dijo Harry quitándole importancia-. Buen trabajo, Dobby.

-Kreacher también ha hecho un buen trabajo -comentó Hermione con dulzura; pero, en lugar de mostrarse agradecido, el elfo dejó de mirarla con sus grandes y enrojecidos ojos y, con voz ronca, dijo observando el techo:

-La sangre sucia le está diciendo algo a Kreacher; Kreacher fingirá que no la oye...

-¡Basta Kreacher!- exclamo Venus, el elfo hizo una reverencia y desapareció.

-Tú también, Dobby. Vete y duerme un poco.

-¡Gracias, Harry Potter, señor! -chilló Dobby alegremente, y también se esfumó. Harry se volvió hacia sus amigos.

-¿Qué les parece? -les dijo exultante-. ¡Ya sabemos a dónde va Malfoy! ¡Ahora lo tenemos acorralado!

-Sí, es genial -masculló Ron con desánimo mientras intentaba secar el borrón de tinta en que se había convertido su redacción casi terminada.

-Pero ¿Qué significa que sube allí con «varios estudiantes más»? ¿Cuánta gente hay implicada? No creo que confíe en muchos lo suficiente para revelarles lo que está urdiendo...

-Sí, a mí también me extraña -concedió Harry frunciendo el entrecejo-. A Crabbe le dijo que lo que él, Malfoy, hacía no era asunto de su incumbencia... Entonces ¿Qué les dice a todos esos... todos esos...? -Su voz se fue apagando y se quedó contemplando el fuego sin verlo-. ¡Pero qué idiota soy! -exclamó de pronto en voz baja-. ¡Está más claro que el agua! Abajo, en la mazmorra, había una gran cuba llena... Pudo robar un poco durante aquella clase...

-¿Robar qué? -preguntó Ron.

-Poción multijugos. Robó un poco de la que Slughorn nos mostró en la primera clase de Pociones. Y no hay varios estudiantes montando guardia para Malfoy, sólo son Crabbe y Goyle, como siempre... ¡Todo encaja! -Se levantó de un brinco y empezó a pasearse por delante de la chimenea -. Ambos son lo bastante estúpidos para hacer lo que Malfoy les ordene aunque no les revele sus planes. Pero como no quiere que los vean merodeando cerca de la Sala de los Menesteres les hace tomar poción multijugos, para que adopten la apariencia de otras personas... Aquellas dos niñas que lo acompañaban cuando se saltó el partido de... ¡Ja ¡Eran Crabbe y Goyle!

Venus y  el príncipe mestizo [6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora