Capitulo 18

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SYRENA

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DÍA: N°1

Al sumergirse, Venus sintió una rara sensación, alguno como un cosquilleo por todo su cuerpo, se preguntaba si era normal o porque su aleta no habia salido, pero esas preguntas desaparecieron al quedar en el centro de un remolino, un remolino de burbujas, ni ella misma se podía preguntar que era todo eso, la vista se nublaba pero no quedaba en negro así que supuso que no se iba a desmayar. 

Las burbujas fueron desapareciendo lentamente y cuando ya no quedaba ninguna, Venus noto algo, algo distinto y que no estaba hace un rato, ¡Tenia aleta! y como habia dicho Perséfone, la aleta era de un color azul luminoso, era bastante hermosa para Venus, y se pregunto si cada sirena y tritón tendrías un color diferente.

La aleta de un azul luminoso y un extraño peto de un celeste aunque no habia mucha diferencia entre el color de este y el de la aleta. La castaña no sabia cuanto tiempo habia pasado pero saco su cabeza a la superficie, esperando que estuviera su familia pero no, ellos ya no estaban, así que supuso era mejor partir en busca de aquella cueva y de su syrena, se oriento desde la superficie, desde pequeña le habian enseñado en donde estaban tal punto cardinal para que no se perdiera, y si lo hacia, saber como regresar. 

Miro hacia uno esquina, haya estaba el norte y se volvió a sumergirse para comenzar a nada, no sabia cuanto se tardaría, donde dormiría o que comería pero ella solo nado. Si llegaba mas pronto iba a volver mas rápido o era eso lo que ella pensaba.

En un principio le complico todo el tema con la aleta, fue difícil acostumbrarse y cuando nada mas y mas, la mansión iba desapareciendo causando un poco de desorientación para la chica. 

Venus nada y nada, quería llegar lo mas rápido a esa cueva, tal vez hubiera preguntado cuanto tardaría en encontrarla. Cuando la noche habia llegado, recién ahí decidió dormir algo, sus piernas o mejor dicho, su aleta, cansaba, ya no podía mas y busco en un lugar donde podría dormir tranquila.

DÍA: N°2

Venus no sabia prácticamente cuanto habia dormido, pero supuso que faltaba poco para que fuese el medio día, y todo gracias al sol. La castaña estaba enojada con ella misma, habia dormido bastante y habia perdido mucho tiempo y suplicaba que eso no le complicaría. 

Al nadar a mediados de unas dos horas logro ver el coral lila y celeste, estaba feliz, le quedaba poco para llegar al fin a esa cueva. Luego de otras dos horas encontró los peces que habia dicho Perséfone, no eran de un gran tamaño pero eran de color morado y eso era lo que necesitaba la chica, que fueran morados. 

Venus y  el príncipe mestizo [6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora