▪︎Capítulo 2▪︎

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MIA MCQUEEN

Seguía parada como estúpida observándolo, realmente si no es por Ian, no recuerdo que estoy en una empresa a punto de ser presentada a varias personas que trabajaran conmigo en el sector uno de la empresa.

—Señores —Ian poso una mano detrás de mi espalda para que avanzara —Les presento a Mía McQueen la nueva arquitecta de la empresa Bennet.

Nos posamos al frente de las personas, encima de la mesa se encontraba carpetas dispersas como vasos con agua, sin embargo, mis ojos seguían en los de Aarón y él también me miraba mientras se relamía los labios. Desvié mi mirada de él cuando Ian hablo.

—Mía, ellos son los arquitectos con los que trabajaras a diario —les dedique una sonrisa a los cuatro hombres.

—Yo soy Scott, el más antiguo —se presentó uno.

Debía rodear entre los cincuenta o sesenta años, pero a pesar se notaba que era guapo –¿Suggar Daddy?– sus ojos eran cafés, mientras en su pelo castaño se le notaban un poco de canas, vestía un traje rojo oscuro.

—Un placer —dije.

—Soy Mike —se presentó un pelirrojo —Será un gusto por fin trabajar con una chica.

Me guiño uno de sus ojos cafés también, se notaba que era joven, debía tener mi edad –veintitrés años– o un poco más. A pesar de su llamativo pelo y pecas, no era mi tipo de chico.

—El gusto es mío —respondí con un leve asentimiento de cabeza.

—Me presento soy Martínez, solo Martínez —se presentó por su apellido.

Se notaba que era un hombre formal y demasiado serio para mi gusto, debía estar entre los cuarenta años.

—Yo soy Dominik —le sonreí al chico.

Llevaba lente cuadrado donde ocultaba sus ojos verdes, era guapo pero muy guapo. Tenía puesto un terno, pero a diferencia de los otros tres, no llevaba corbata ni la chaqueta –creo que me dio calor– me dedico también una sonrisa mostrándome sus perfectos dientes blancos.

Ian se aclaró la garganta.

—Este es el comité de abogado —me hizo mirar al lado derecho de la mesa.

Joder.

Tres hombres me sonrieron, entre ellos el imbécil de Anderson.

—Los hermanos Stone.

No eran gemelos, pero seguramente tenían unos años de diferencia, ambos con ojos verdes me sonrieron y me ofrecieron sus manos las cuales acepté, me dedicaron un saludo el cual respondí.

Ian se volvieron a aclarar la garganta y lo miré este se rascó la nuca, nervioso.

—Bueno —dijo mientras se tocó el puente de su nariz exasperado —Te presento al Abogado Anderson.

Tenía que mirarlo, Aarón me sonrió como siempre y yo solo le dedique la sonrisa más falsa que pude haber puesto en mi vida, controle mi pulso respirando normal, Aarón tomo su vaso y bebió agua.

—Un placer volver a vernos, princesa —dijo.

Imbécil. Imbécil y eternamente imbécil.

Le di un asentimiento de cabeza antes de volver mi atención a Ian, el cual me hizo mirar a otro de los señores presentes.

—Él es Travis Smith, jefe de los constructores. Lo deberás mucho, especialmente en los viajes o cuando vayas a terreno.

Le dediqué mi mejor sonrisa al joven que rodeaba entre los veinticinco e treinta años, su cabello era rubio, su nariz respingada, sus facciones marcadas y ojos azules –acaso había salido de una revista– su cuerpo era robusto era el que más sobresalía de los demás, ya que en vez de vestir un traje como todos vestía una polera dejando ver sus grandes y formados brazos con unos jeans rasgados y unas zapatillas blancas que en realidad parecían café.

Siempre has sido tú © [BT#2] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora