▪︎Capítulo 29▪︎

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AARON ANDERSON

Tengo un poco de dolor de cabeza y el tráfico de Los Ángeles no ayuda en nada.

La preocupación sigue latente en mi pecho sabiendo que deje a Mia sola.

Los oficiales aún no saben nada sobre el paradero de Rachel y por más que he intentado ponerme en contacto con ella, no hay nada.

Además, hay una manera en la que los oficiales podrían interferir el celular de Travis sin su autorización, pero eso quiero hablarlo antes con Mia, así que cuando vuelva intentaré convencerla.

Las manos ahora me cosquillean por mandarle un mensaje a Barbara o a Marcus –el papá de Mia–, e incluso pensé en llamar a Harry. Pero todos estos días han estado todos pendientes de ella y es obvio que quiere descansar un poco de tanta presión.

Al legar al departamento me sorprende no poder abrir la puerta y ver extraña la cerradura por lo que me demoro más de lo habitual en abrirla, pero la verdadera sorpresa me la llevo adentro.

Observo mi sofá está desordenado y la televisión encendida ¿Me asusté? Sí, joder, que no pensé ¿Sabía quién estaba ahí? No, pero si tenía mis sospechas.

— ¿Rachel? — pregunté alto, pero nadie respondió.

¡Aaron, no entremos en pánico!

Deje las llaves encima del mueble de entrada y camine por un poco por el salón de mi departamento y eche una ojeada a la cocina viendo algunos platos sucios.

— ¿Quién mierda está aquí? —cuestione molesto.

Las únicas personas que tenían y habían tenido llaves de mi departamento eran Rachel, mi padre antes que se fuera preso, mamá e Ian.

Y los últimos tres no están aquí porque si fuera mi padre me hubieran avisado.

— ¿Rachel, eres tú?

Nada, de nada. Que ya estaba empezando a pensar que había un vagabundo o algo peor. Un demonio. Joder, pero no todo es como las películas.

—Perdón —susurran a mi espalda —Perdóname, por favor.

Me volteo encontrándome con los ojos de Rachel. Se ve mal, se ve seriamente mal, pero mi cuerpo no siente ni un gramo de compasión o algo por estilo.

Todo me recuerda a lo que le hizo a Mia y lo culpable que me ha hecho sentir por aquello. Porque yo entre a Rachel en la vida de Mia, yo termine con Rachel por Mia e incluso quise que Ian despidiera a Rachel por Mía.

Por lo que culpable me siento y muchísimo.

— ¿Qué haces aquí? —cuestione.

Mis pensamientos se empezaban a organizar: debía retenerla aquí por el mayor tiempo posible, hablar con ella hasta calmar y luego llamar a los oficiales para que se la llevaran a prisión o un hospital psiquiátrico porque se debía mantener lejos de Mia y de mí.

—Es que...—empezó a llorar —Tú... tú debes saber lo que yo hice, lo que le hice a Mia, pero debes sabes que esto no fue mi culpa. Ella, ella... ella no sé, pero la vi en la oficina con una prueba de embarazo y yo... yo recuerdo... que...

— ¿Qué cosa, Rachel?

Se pasa el dorso de la mano por la nariz y luego entrelaza sus dedos como si fuera a rezar.

—No sé —llora el doble y desvía la mirada pasando las manos por su pelo con desesperación —No quería que ella estuviera embarazada de ti robándose mi sueño. Mi vida. La vida que yo quería contigo. No sabía qué hacer, lo único que se ocurrió fue golpearle el vientre, o arroyarla con un auto, o... —me mira y se me forma un nudo en la garganta —apuñarla para que lo pierda. Oh, dios ¡Yo la apuñalé!

Siempre has sido tú © [BT#2] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora