▪︎Capítulo 28▪︎

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MIA MCQUEEN

Abro y blanco.

Me duele la cabeza.

Pestañeo y blanco con ¿cuadritos?

Mejor dicho, me duele todo el puto cuerpo.

Vuelvo a pestañear y ¿Por qué el techo es blanco con cuadritos?

Miro a mis alrededores notando que estoy en un hospital y...

Rachel, adrenalina, sangre, golpe y negro.

Okey, no morí.

Mierda, falta que todo lo que sucedió me haya dejado tonta.

Me intento mover, pero todo duele y noto como hay una vía intravenosa conectada en mi brazo.

Alguien se acerca y con la vista borrosa logro distinguir que es una enfermera.

—Señorita McQueen —me llaman y dicen algo más que no logro descifrar.

Mierda, mierda ¿Estoy muriendo ahora?

Un pitido aumenta en mis oídos e intento decirlo, pero tengo la garganta seca y todo se vuelve a poner negro.

***

—Hola señorita McQueen —escucho una voz. Pestañeo y de a poco mis ojos se acostumbran a todo. — ¿Cómo se siente? —No respondo — ¿Quieres un poco de agua?

Asentí con cuidado.

La enfermera se separa y va por un vaso con agua con una bombilla que pone entre mis labios para que succione un poco.

—Solo un sorbo —pide.

—Gracias.

—De nada ¿Hay algo que duela? —niego. Hasta el momento no siento anda además de cansancio. —Soy la enfermera Clarisa Shaudick que estará a cargo suyo por las próximas nueve horas cuando termine mi turno entrará la otra enfermera.

Asentí.

—Bueno, Mia, creo que aún estás media desorientada y tu doctor ya viene en camino para explicarte todo.

— ¿Le avisaron a... a mi familia?

—Sí, tu papá te entro a ver cuándo estabas inconsciente aún.

— ¿Cuánto llevo inconsciente?

Se acerca a los pies de la camilla alzando un informe.

—Siete horas

Cierro mis ojos un momento intentando relajarme, pero de repente llega como golpe. Mi mirada viaja la enfermera y mis manos tocan mi abdomen.

—Yo... creo, creo que estoy embarazada.

Me sonríe con cariño.

—Tranquila, no lo estás. Tu amiga nos comentó, el test tuvo que haber fallado y el examen que encontramos en tu bolso salió negativo, además todos los estudios que te hicimos aquí salen que no estás embarazada.

Cierro mis ojos.

Lo prefiero así. Que nunca hubiera existido y que solo haya sido un susto que me reafirma que no puedo confiarme de la pastilla del día siguiente.

Si hubiera estado embarazada y al feto le hubiera pasado algo, creo que hubiera sido más traumático a que yo hubiera decidido abortar.

Mantengo los ojos cerrados llena de frustración y empezando a sentir desesperación.

¿Tendré una cicatriz gigante? No me dan inseguridad, pero tampoco son mi cosa favorita y me recordará siempre este suceso con Rachel y debo denunciarla, sin importarme que tenga un trastorno o que sea la hermana de Travis.

Siempre has sido tú © [BT#2] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora