Siempre has sido tú © [BT#2] ✓

▪︎Capítulo 22▪︎

MIA MCQUEEN

Aarón no demoró cinco minutos, ni diez, demoro catorce minutos. Sí, los conté.

— ¿Qué deseas? —pregunta adentrándose.

—Ponle seguro a la puerta —pedí y él alzó sus cejas obedeciendo.

Me levanto de mi asiento corriendo algunas cosas del escritorio, me afirmé de este afirmando poniendo mis manos a mis lados mientras Aarón se acercaba recorriéndome con la mirada. Hoy como algunos días estaba usando falda, algo poco usual en mí, pero que ahora facilitara las cosas.

—Estoy húmeda y caliente —declare —Y quiero cumplas una de mis fantasías —recorrí con mi mano el borde del escrito —Tener sexo aquí, en la oficina.

Aarón abrió los ojos y yo le sonreí coqueta, quería que me diera placer de alguna manera, que todos escucharan en la puta empresa mis gemidos, especialmente Rachel y que le quedara claro quién soy yo y quién es que se va a quedar con el premio gordo, o sea Aarón.

Me importaba lo más mínimo si debía comportarme como una perra, lo haré si es necesario, si es necesario sufrir o hacerla sufrir a ella, lo haré y lo disfrutaré, siempre lo pienso, pero ya estoy loca, locamente perdida por Aarón, que muy probablemente estoy dispuesta a todo porque él sea solo mío.

— ¿Estuviste pensando en mí?

Asentí.

Él quedó frente a mí y presiono nuestros labios en un beso casto, pero yo quería más, me subió al escritorio, abrí mis piernas sin importarme ver como una necesitada, porque si lo estaba, lo estaba por él, se posicionó entre mis piernas afirmando sus manos en mis muslos desnudos.

—Entonces somos dos —su aliento choco contra mis labios — ¿Qué quieres que haga?

—Fóllame —él sonrió volviendo a besarme y subiendo un poco sus manos.

— ¿Con mi boca, con mis dedos o con mi pene? Hay hartas opciones —deja un beso en mi barbilla.

Solté un pequeño gemido queriendo apretar mis muslos para calmar la ansiedad y el creciente deseo de mi vientre.

—Con lo que sea más rápido.

— ¿Tenemos tiempo? —pregunta mordiendo mi barbilla sin dejar de subir y bajar sus manos por mis muslos.

—Sí, un poco menos de quince minutos, si hubiese demorado los minutos... —jadee cuando su pulgar se presionó contra la tela de la braga justo donde se ubicaba mi clítoris, ya no aguanto — ¿Con qué lo harás?

—Con todo, princesa —besa mi cuello.

Empieza él a tomar la iniciativa, desabrochando los botones de la blusa sin dejar de besar mi cuello bajando por mi clavícula, la blusa salió y mis pequeños senos quedaron a su mirada, Aarón bajo hasta llegar a mi pezón el cual empezó a lamer, succionar y morder mientras con su mano apretaba el otro.

—Despacio —le pido cuando siento una pizca de dolor e incomodidad.

Aarón siguió con el ataque, pero más lento mientras su dedo pulgar se seguía presionando contra la braga. Yo ya no sabía si estaba en el cielo o en el infierno, seguramente en el infierno, mi cuerpo ardía y pedía por más.

—Aarón — jadeé sintiendo sus dientes tirar. Mierda, eso dolió.

—Vas muy rápido y tenemos mucho tiempo.

Lo que menos tenemos es tiempo.

Quería tocarlo, así que moví mis manos a los botones de su camisa, desabroché, presa de mis jadeos y gemidos ¿Cómo mierda le calentaban tanto mis senos si son tan pequeños? Sus labios subieron por los míos, nos besamos apasionadamente, las manos de Aarón bajaron a mi trasero para presionarme contra su erección, su pecho casi desnudo se juntó con el mío, era una increíble sensación.