▪︎Capítulo 30▪︎

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CAPÍTULO FINAL

MIA MCQUEEN

Dos meses después.

Después de que Aaron volviera de ir a buscar sus cosas hace dos meses aproximadamente, hablamos por más de una hora sin distracciones.

Me contó todo lo que sucedió y lo culpable que se sentía por lo sucedido. Y yo también lo hice, le dije lo mal e inútil que lo hacía porque tampoco todo era culpa de Rachel, había cosas que estaban compartidas.

Cuando volví yo sabía que Aaron se había comprometido y cuando ella terminó él, yo no espere ni una semana o un mes para irme a acostar con él viendo que a Rachel si le había afectado la separación.

Aaron me había mirado incrédulo mientras yo le decía aquello.

—Pero ¡qué dices, Mia!

Él se molestó diciendo que no porque yo haya querido estar con él, ella debía actuar de aquella manera. Su separación le afecto a más a Rachel porque ella si se había ilusionado desde hace tiempo.

Luego de que habláramos nos fuimos a la comisaria donde Aaron actuó como mi abogado y tuve que llamar a mi papá para que estuviera conmigo, puesto que me sentía algo sola ahí.

A la semana Rachel fue internada en un hospital psiquiatra, Travis quedo como apoderado titular y con él solamente logre hablar una o dos veces. Aún no he vuelto a la oficina porque la licencia se ha extendido más de lo previsto y espero que cuando vuelva no haya problemas con Travis.

Ahora mismos veníamos recién llegando de la consulta del doctor, el cual ya me había dado vuelta. La herida ya estaba curada por completa, la cicatriz seguía estando ahí recordándome lo horrible que fue todo.

—Voy a preparar pollo con arroz —me avisa yendo a la cocina, mientras yo acaricio a Mika — ¿Tú no vas a querer otra cosa?

Niego y lo sigo sentándome en el taburete con Mika al lado.

Aaron tampoco está trabajando, solo hace cosas desde la casa por lo que literalmente hemos compartido las horas veinticuatro horas de los siete días y hemos aprendido a convivir el uno con el otro.

Hasta el momento solamente hemos tenido dos discusiones, una media estúpida y la otra no tanto, pero al final del día él o yo dábamos nuestros brazos a torcer y nos sentábamos a conversar lo que nos molestaba.

Aaron lanzo su departamento a la venta y se ha mudado conmigo hace dos semanas.

Hemos tenido una rutina a la cual nos hemos ido acostumbrando: Los sábados vamos a cenar con mi papá, los domingos vamos a almorzar adonde Natasha –la mamá de Aaron – y los viernes nos juntamos con Barbara e Ian.

Harry viene a verme casi todos los martes y jueves por la tarde. Aaron casi nunca está con nosotros. O se queda en la cocina, o se va para nuestra habitación, pero no le gusta convivir con Harry. Inmaduro.

—Estaba pensando —comenta y me ofrece un cuenco con fresas —Tu departamento tiene solamente una habitación, y si es amplia ¿Pero no has pensado en comprar una casa?

Dejo de comer concentrándome en sus ojos.

— ¿Qué?

Estaba entre sorprendida y acojonada ¿Acaso es una indirecta? ¿Por qué debo pensar tanto las cosas? Quizás es una simple pregunta. Sin embargo, la expresión de Aaron que era igual a la mía me confirmo que lo preguntaba con indirecta.

— ¿No has pensado en comprar una casa? O también, puede ser un departamento, pero con más habitaciones —dice y cómo ve que me quedo callada continua —O no sé, igual. Es tu departamento.

Siempre has sido tú © [BT#2] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora