Capítulo 35: Llamas infernales

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Los árboles enormes, el sonido del agua en la cascada, el barco de la otra vez, todo estaba igual a la primera vez que llegue a la casa del maestro. Luego de haber pasado por tantos enfrentamientos, podía sentir la calma regresar a mi cuerpo. Mi cuerpo estaba devastado, al tener mis músculos todo el tiempo tensos causo que me doliera de manera muy brusca. Tan cerca y mi vista se nublaba, me estaba por desmayar.

+ ¡He llegado tan lejos, no debo rendirme! - Mis brazos no aguantaron el peso de Sheyla y la solté. Trate de caminar hasta la orilla de la cascada para gritar y pedir ayuda. - ¡Estamos aquí al otro lado de...! - Sin fuerzas, perdí el conocimiento.

A paso lento, iban caminando los buscadores de la magia en busca de sus amigos. El destino logró que el maestro y el discípulo se encontraran de nuevo. Ellos caminaban en dirección sur para pasar la cascada de los deseos. Aldair con la poca fuerza que tenía, sintió el poder de Owen debilitándose.

- Chicos, - Respiró profundo y parando de caminar. - puedo sentir el poder de Owen a unos poco metros... 

Al oír las noticias, inmediatamente dieron vuelta hacia donde provenía ese pequeño poder mágico. Cuando llegaron al lugar, vieron los cuerpos de sus compañeros tirados en el suelo inconscientes. Notaron que tenían muchas heridas graves, revisaron sus cuerpos y el de la chica estaba lleno de rasguños y una puñalada en el estomago que se regeneraba poco a poco. Por otra parte, Owen tenia el cuerpo lleno de rasguños y bien caliente, como si la sangre hirviera por dentro.

- Carguen los cuerpos y vamos a mi casa. - Tenía la garganta irritada, le dolía al hablar. La enfermedad no estaba curada del todo, aun faltaba tiempo de reposo.

Sin decir ninguna palabra, los llevaron a casa y los acostaron en camas diferentes pero de la misma habitación. Los jóvenes se sentaron en sillas alrededor de las cama esperando a que despertaran.

+ Todo estará bien Owen... - Dijo Valen colocando la cabeza en la cama para dormir. 

- No se preocupen chicos. - Dijo el maestro desde la puerta tratando de animarlos. - Les aseguro que estarán bien, si gustan, vallan a cualquier habitación y descansen un poco. 

+ Gracias, pero yo me quedare con Sheyla. - Susurró Lía al borde de la cama de su mejor amiga. - Yo descansare aquí mismo...

- Con permiso maestro, yo tomaré una habitación para descansar. - Gabriel se puso de pie y camino hacia la salida para relajarse y dormir en una pieza vacía.

En silencio, Aldair bajo a la cocina para reposar y poder recuperarse de aquel veneno que lo debilito y casi asesinó. A la vez, en su cabeza se imaginaba la intensa pelea que se iba a desatar entre un miembro de Evil Ghost y el rey Fenix.

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En un lugar al sur del cementerio del imperio de magos, una gran batalla iba a comenzar. El suelo era duro y gris como roca,  unos cuantos árboles muertos en los alrededores y el campo estaba sin niebla. De repente el día se vuelve noche sin explicación alguna, los enemigos se quedaron sorprendidos al ver tal cambio de la nada.

+ Este lugar esta bien. - Dio la vuelta y se miraron a la cara a una distancia de diez metros. - Por cierto, lo que acabas de ver es un poder del elemento de tiempo.

- Ya lo se idiota, - Quería lucir ruda, pero en el fondo se puso un poco nerviosa por lo ocurrido. - y ese chico tiene en verdad tiene el elemento del tiempo...

El rey ya se había enterado de que su presa se escapó, sin embargo ignoró la situación y luego de tanto tiempo sin pelear, solo deseaba enfrentarse a alguien fuerte para divertirse. A diferencia de Gedeón, era menos despiadado y le gustaba jugar con sus victimas. El oponente era perfecto, Lucifer era igual que él en el sentido de jugar con sus oponentes.

Los caminos de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora