Capítulo 38: Rosas negras

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Han pasado 3 días desde que todos se fueron a entrenar. Aún no recupero toda la fuerza de mi cuerpo y no me es posible sacar todo mi potencial. Observo las estrellas de esta noche tan cálida para sacar inspiración, pero no me puedo sacar de la cabeza a Dante. A pesar de ofrecerle dormir en la casa del maestro, no ha aparecido en ningún momento.

- Que remedio, no me queda más que descansar por esta noche... - Murmuré mirando por la ventana la oscuridad en el bosque.

Apague la luz de la habitación y encendí una vela en mi mesa de luz. Deje la ventana abierta y me acosté en la cama a pensar hasta dormir. Sin embargo, los pensamientos me invadían y no solo era sobre Dan, algo más me preocupaba. Seguía aterrorizado del nuevo enemigo, el clan Fenix era muy poderoso. Recordando la palabras del maestro, los que iban a detonar la guerra eran los desgraciados de Evil Ghost y un clan desconocido. No se si el maestro me dijo lo de ser el profeta para que me volviera más fuerte, pero jamas lo vi hacer muchas bromas.

- ¿Cómo demonios haría yo para detener una guerra? - De seguro habrá mas personas con el elemento del tiempo, quizás no fueron descubiertas o ocultan su poder por miedo.

+ Owen... - Un susurro provino desde afuera. Si no me equivocaba había dicho mi nombre.

La piel se me erizó, temía que fueran los enemigos ya listos para matarme. Sin pensarlo cerré los ojos y me escondí debajo de las sabanas. Al abrir los ojos note que la vela aun estaba prendida y la ventana abierta. ¿Éste era mi fin?

+ Parece que no hay nadie... - Susurró de nuevo la misma voz pero mucho mas cerca.

Observando aun a través de las sabanas logre ver una figura flotando y entrando por la ventana. Al aterrizar en el suelo, un leve viento se desato apagando la vela. Mi visibilidad se volvió nula, mi único sentido capas de detectar al enemigo eran mis oídos. Estaba aterrado, para poner peor la situación, Aldair salio en busca de nuevos ingredientes para continuar con sus pociones.

+ Owen... No debiste descuidar tu entrenamiento. - Un sonido de espada corto el aire. - Muy bien, estas durmiendo como lo esperaba. - No era capas de identificar de quien se podía tratar. Al susurrar su voz cambiaba y me confundía. El sujeto no me daba mas opción que pelear. Los pasos se acercaban hacia a mi lentamente.

- ¡Espada de viento! - Pegue un brinco cortando las sabanas de mi cama y enviando un pequeño golpe de aire hacia el botón para encender la luz. Al iluminarse la habitación, Dante estaba parado enfrente de mi cama sosteniendo una espada normal. Con solo verlo me quede en shock, era imposible que él fuera el enemigo, no quería creer lo que estaba ocurriendo. - Dante explica, - Intente dialogar. - ¿Qué demonios estas haciendo? - Su mirada era muerta, como si no tuviera alma.

+ ¿Que hago? - Dejo caer la espada al suelo. - Trato de evitar que se repita la historia... - Acercándose a mi cama, se arrodilló destrozado. Algo terrible luego de separarnos había ocurrido.

- Dante. - Mantenía una distancia de tres metros, temía que al acércame me atacara a traición. - ¿Qué ocurrió?

+ Yo... - Ahogo en llanto y se tapo la cara para que no lo viera destrozado. - No pude, no pu... - El dolor era tan profundo, no podía terminar ni siquiera una frase. La piel se me erizaba, otra vez iba a ver a mis compañeros en el suelo, llorando por ser débiles. - ¡Owen no pude proteger a mi maestro! - Empezó a golpear la cama molesto por ser un inútil.

- Así que volviste con tus maestros y compañeros... - Comprendiendo su dolor, me anime a dar un paso, no me gustaba ver llorar a las personas que quería. - Cuéntame lo ocurrido, quiero saber quien es el causante de esta masacre.

Luego de una hora, Dan dejo de llorar y se sentó en una esquina de la cama. Secándose las lagrimas, ya se lo notaba más decidido para hablar de ese tema. Aun la conversación era sensible, no quería preguntarle muchas cosas a la ligera.

Los caminos de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora