Capítulo 4: Una casa en lo profundo del bosque

140 20 2
                                    

Meses después...

 Después de abandonar el orfanato, recorrí todo el reino. Sin embargo, mientras visitaba todo el imperio, fui perseguido por policías, que también eran magos.

 Moría de hambre y como no tenía un trabajo, robaba de vez en cuando unas manzanas o algún pedazo de carne. La verdad no fue tan fácil vivir así, pero me gustaba ya que era una vida sencilla para mí. Mi sueño de ser el mejor mago se estaba yendo a la borda.
Mis amigos, los cuales fueron elegidos por los maestros, estaban haciéndose más y más fuerte cada día, mientras que yo me dedicaba a pasear por el reino.

Un día, unos vendedores ambulantes, estaban hablando sobre unos rollos mágicos y me acerqué a escuchar.

- Aquí tengo unos rollos especiales que te ayudarán a ser más poderoso. - Lo decía con un tono sorprendido- Con esto, podrías ser el mejor mago de todos.

Me llamó mucho la atención, por qué podría hacerme fuerte al ver esos rollos. Tenía ganas de verlos, pero no tenía dinero, lo mejor sería robarlo pero algo tan caro no lo vale, podría ser más peligroso que robar una simple manzana. Fue entonces, cuando fui a una tienda a buscar trabajo, donde vendían pociones, era chiquita y parecía humilde.

Entré, y un señor alto con grandes músculos me atendió.

- Buenas tardes joven. ¿Qué necesita? - Me saludo con una voz muy varonil.

+ Hola ¿Disculpe usted tiene un trabajo para mí? - Lo dije con voz amable para que me aceptase.

- Sí, tengo un trabajo para ti. Tú empleo consistiría en limpiar la tienda, y cuando yo no esté, atenderla es bastante sencillo ese labor.

+ Bueno acepto el empleo. - El destino de mi vida debía cambiar para bien.

- Está bien muchacho, puedes empezar a trabajar esta tarde si gustas.

+ Muchas gracias, volveré mas tarde. - No pedí su nombre por temor a que preguntara el mío y luego me entregara a la policía del imperio.

  Regresé unas horas después y comenzó mi trabajo. Me mandó a buscar unas escobas y a limpiar el lugar. Mientras recogía la tierra, el señor me aclaraba muchas cosas y entre ellas me dijo cuánto era mi paga. Estaba feliz, la paga era de cincuenta Lills cada tres días.
Cuando terminé, ya era de noche...

|---------------------------------------------------|

- Rey Gervasio, un joven llamado Owen, es un ladrón de clase C. Debemos atraparlo, no puede andar suelto, los ciudadanos ya se están quejando de múltiples robos todos los días.

+ Está bien, manden a los magos clase C que vayan por él, no importa de qué elemento, pero ¡Captúrenlo! - Dijo el rey enojado.

En ese momento se desplego una tropa de magos clase C fueron en busca del joven Owen...

Al día siguiente...

- ¡Jefe! Un cliente nuevo a llegado. - El cliente era bastante sospechoso...

+ ¡Ya voy niño! - Bajo apurado por las escaleras para atenderlo. El cliente me miraba con una cara sería como si fuese a asesinarme.

- Disculpe señor. ¿A visto a un niño llamado Owen? - Lo dijo con una voz intimidante.

Por suerte el jefe no sabía mi nombre, así que no había de qué preocuparse.

+ No, no conozco a ningún joven llamado Owen. - Lo decía con una sonrisa. - ¿Desea que lo ayude en algo mas señor...?

  El señor que vino, se fue poco después de comprar unas pociones. Todo estaba tranquilo sin ningún peligro, además, me parecía divertido el trabajo, y tal vez ya no debería volver a robar...

Más tarde esa noche el mismo señor vino con una señora.

- ¡Si, es él! - Me Señalo con sus manos arrugadas - ¡Es el joven ladrón que le roba manzanas a mi hija! - Gritó una anciana encapuchada desde la puerta.

+ ¡Tras él! - Gritó el señor, como si alarmarse a más personas.

  Me asusté, miré al jefe y él me miraba con decepción. Sentí un poco de tristeza por qué el confío en mí y lo defraude. De inmediato, eché a correr y escapé por la ventana. Cuando salí, me topé con un montón de guardias rodeando la tienda.

- ¡Bola de fuego! - Gritó uno de ellos quien disparó contra mí.

Salté hacia un costado y esquive el ataque. Estaban dispuestos a atraparme cueste lo que cueste, y al parecer eran magos de alto rango.

+ ¡Cortina de tierra! - Creé una distracción levantando polvo con brisas de aire para bloquear su visión y poder escapar.

- ¡Mierda! ¿Dónde se fue?

  Perfecto, les había bloqueado la vista y la mejor manera de perderlos de rango era en el bosque. Era de noche, así que más difícil iba a ser encontrarme. Cuando entré en él, noté que era más inmenso de lo que había imaginado. Estaba rodeado de árboles y cascadas, era hermoso. Ya no sentía el rastro de los guardias, así que paré de correr y empecé a caminar por un sendero en lo profundo del bosque. Cuando de repente...

- ¡Flechas oscuras! - Alguien disparó un montón de flechas.

No tuve tiempo para esquivarlos todos y una atravesó mi brazo derecho.

+ ¡Maldita sea! - Grité.

- Ríndete, ya no tienes a donde escapar. - Me miraba con furia y dispuesto a llevarme muerto si era necesario.

+ ¡No, jamás! - Respondí- ¡Tornado! - Levante mis brazos y ataque con todo lo que tenía.

Un destructor tornado estaba generándose con una altura de diecinueve metros.

- ¡Maldito ladrón, mis amigos van a capturarte!

 Las ráfagas de viento creado por el tornado sé lo tragaron poco a poco y lo mandaron a volar muy lejos del reino. Lentamente hice desaparecer mi tornado porque mis fuerzas no daban a vasto para mantenerlo. Sentía un gran cansancio y dolor. Caminaba sin rumbo y medio dormido, por lo oscuro del bosque. Estaba perdiendo mucha sangre, me estaba por desmayar.

- Maldición.

 Me resbale y caí por un precipicio golpeándome con muchos árboles mientras bajaba hasta quedar inconsciente.

A la mañana siguiente...

  Desperté en un lugar con una cascada enorme y mucha niebla. Me acerqué para tomar agua en la cascada. Cuando estaba llegando, pude ver un barco que estaba flotando en el aire, y cuando me di cuenta que había más atrás, encontré una enorme casa y una persona sobre el borde de la cascada.

- ¿Estás perdido muchacho? - Pregunto aquel señor....

Los caminos de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora