Capítulo 22: Mensaje de ayuda

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El entrenamiento se volvía cada vez más pesado, el maestro me hacía hacer lo mismo pero con más series.

Estaba aburrido, tenía ganas de aprender un nuevo poder, ya que los únicos que me sabía eran el tornado, ondas expansivas, neblina de tierra y espada de viento.

Practicaba miles de patadas continuamente hasta llegar la noche. En la cocina, Aldair preparaba la comida y yo esperaba en el comedor, tenía muchas ganas de pedirle que me enseñase un nuevo ataque.

Pacientemente esperé al terminar de comer y le pregunté:

+ Aldair, yo creo que es tiempo de aprender un nuevo ataque. - Dije formalmente.
- ¿Eso quieres Owen? - Levantó la ceja izquierda y me miro raro.
+ Si maestro, quiero hacerme más fuerte. - Sentía el ambiente tenso.
- Como tú quieras, pero yo voy a decidir cual aprenderás. - Quito la mirada hacia mí y se concentró en levantar los platos. - Mañana comenzaremos.
+ ¡Grandioso! - Era algo de celebrar. - Muchas gracias Aldair...

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En una mañana cálida donde Gabriel estaba custodiando la gran entrada de las montañas rascacielos, un aura maligna entro sin avisar.

+ Siento una presencia malvada... - Susurró Gabriel.
- Es verdad, debemos alertar a los demás. - Dijo un soldado.
+ Ve y avisales, yo cuidare la entrada.

En las escaleras de la entrada no había señal de ningún sujeto, pero aun así el poder podían sentirlos aquellos con un rango mayor al D.

Todo marchó bien por unos minutos hasta que un portal gigante se abrió en el medio del pueblo.

+ ¡Nos atacan! - Gritaban los pueblerinos asustados. - ¡Llamen a los soldados!

Fundió el pánico, dos guerreros aparecieron de la nada...

+ ¡Yo soy Aku! - Un sujeto vestido de una túnica negra y con capucha sin posibilidad de poderle ver el rostro, en los hombros tenía como unos cuernos, en su espalda había seis espadas que flotaban y tenía una en mano que era más grande que las demás.
- ¡Y yo soy Jordan! - El otro sujeto también poseía una túnica negra y con capucha, una máscara con una sonrisa perturbadora, tenía un cinturón en el cual colgaba una pequeña guadaña y unas cuchillas, a partir del antebrazo a la mano su piel era roja.

El ruido producido por los habitantes llegaron a oídos de Gabriel, quien rápidamente corrió al lugar donde provenían los gritos.

+ ¡No puede ser! - Una multitud de cadáveres había en el pueblo, incluyendo a soldados de élite. - ¡Pero que carajos paso aquí!

En el templo se encontraba el sacerdote entrenando a sus discípulos, quienes entre ellos estaba Lía, la hermana menor de Gabriel. No tardó en llegar el mensaje de que habían invadido el pueblo.

+ Necesito que huyan de este lugar, manténganse a salvo y busquen ayuda. - Por primera vez, ese maestro se mostró preocupado, el poder que emanaban era de 78% y de 75%.
- ¡Como usted diga gran sacerdote! - Todos se marcharon a gran velocidad.

Sin nadie saberlo, la entrada del templo era la muerte segura. Allí estaba el dúo que invadió la montañas rascacielos.

+ ¿Donde van muchachos? - Dijo Aku.
- Es verdad, ¿No quieren divertirse? - Dijo Jordan.

Por tan solo dos sujetos ellos se encontraban totalmente rodeados.

+ ¡UNIDOS PODREMOS VENCERLO! - Gritó alguien de la multitud.
- Que ridículos... - La decepción que tenía Aku era aterrador. - ¡Espadas ataquen!
+ ¡Cubo negro! - Era un ataque combinado entre ellos.
- ¡DILUVIO DE TIERRA! - Gritaron los discípulos.

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