Capítulo 34: Rivalidad

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La sangre se esparcía por todo el pasillo de los calabozos y junto a ella, el aura furiosa del gran guerrero Demían, quien fue derrotado por segunda vez en menos de un día. A pesar de tener una herida en el estomago desbordaba su poder, haciendo temblar todo el castillo de la asociación.

+ ¡Ese maldito de Owen me las pagará! - Aún estando de rodillas, golpeó con sus puños el suelo y rompiendo el pasillo, saltó repentinamente hacia arriba para ponerse de pie. - ¡Lucifer, ven ahora mismo al calabozo! - De esta manera, usando una técnica especial de telepatía, comunicó a su compañera que poseía el mismo rango de poder.

Esperando en la misma posición mientras cerraba los ojos, trataba de meditar y tomar con calma la situación. A la vez, sacaba arañas desde la herida que construían múltiples telarañas. Era una habilidad utilizada por maestros de insectos para regenerarse usando telarañas y un poco de su energía.

Luego de unos minutos, un portal se abrió atrás del soldado. De allí, salía una chica con una remera mangas largas y pollera corta de color negro, medias negras que le llegaban hasta los muslos. El cabello también era negro y largo, su altura era de 1,68 cm. A los costados habían dos lanzas negras que flotaban y de ellas brotaba un aura púrpura, tenían forma de estrellas con doble punta y en el centro se encontraba una pequeña gema morada.

- Veo que volvieron a humillarte compañero... jajajaja - Colocándose detrás de él, se reía de su debilidad. - Que patético...

+ ¡Cállate maldita! - Abrió los ojos y desato un onda de viento por todo el castillo. - No me hagas enojar o te mataré... - Dio media vuelta y la miro a los ojos con seriedad.

- ¿Tú y cuantos más? - Le sonreía para provocarlo. - Ni siquiera pudiste con un adolescente, ¿Tú crees que puedes ganarme a mí? - Avanzo dos pasos y sus armas apuntaron a su compañero.

+ Así que sabes que me enfrente al de la profecía.. - La herida se le había terminado de regenerar y no espero para ponerse en posición de defensa por si surgía una ataque de traición. - ¡Viste que me derrotó y no ayudaste maldita perra! - Replicó enojado.

- Tranquilo, no voy a matarte ahora... - Hizo un gesto desagradable y escupió al frente. El suelo se derritió tras entrar en contacto con el ácido que tenia la saliva y seguidamente se abrió un portal. - Luego de que capture al chico, vendré a matarte y reclamare el puesto como segundo líder de la asociación.

+ Ya quiero que te enfrentes al poder del tiempo como yo lo hice, - Sonrío esperando a que la silueta apareciera y acabara con ella de una vez por todas. - verás realmente a lo que me refiero...

- Eres muy débil, te demostrare mi poder. - Dio un paso más, ya lista para entrar en acción. - Observa mi combate por la bola de cristal. - Pegando un brinco, se lanzo al portal hacia el cementerio.

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El cementerio del imperio de magos era un lugar adorado por los vivos. Muchos de los enterrados fueron increíbles magos que batallaron por defender su nación. No todos eran dignos de ser enterrados allí, la mayoría de la gente común o soldados débiles, eran sepultados en terrenos de poco valor. A pesar de que alrededor del cementerio habían muchos arboles secos, por dentro el lugar era bello y tranquilo. Además, solo se podía ir a visitar a determinadas horas, por la mañana o al anochecer. Aquellos que venían a horarios no permitidos, infrigían la ley del imperio y eran condenados a un mes de prisión, los que iban a hurtar las pertenencias de los cadáveres podían tener hasta siete años en el calabozo.

+ Ya regrese... - Al salir del portal, vi a Sheyla tirada en el suelo llorando del dolor. - ¿Cómo obtuviste esa herida? - Pregunte y fui rápido a socorrerla.

Los caminos de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora