Capítulo 12: Visita en la noche

55 10 0
                                    

Al anochecer Owen se encontraba a 150 kilómetros de la casa de Aldair. Él estaba muy cansado y optó por descansar en una de las colinas que se encontró en el camino.
La noche estaba silenciosa, no había ruidos, el cielo estaba nublado y no se veían las estrellas, parecía que se acercaba un tormenta eléctrica en la madrugada.

- Me pregunto que estará haciendo mi maestro esta noche. - Susurró Owen. - Que ganas de que ya sea mañana y tomar camino de nuevo para mostrar que conseguí la espada elemental... - Susurró nuevamente y se quedó dormido.

Por otro lado, Aldair estaba meditando en la terraza de su casa. Hace tiempo que había enviado a uno de sus loros espías y no regresaba, además, él no paraba de sentir una presencia malvada que abarcaba todo el bosque, era temible.

- Sal de una buena vez Gedeón. - Gritó Aldair desde su terraza.

+ Oh valla Aldair, cuanto tiempo viejo amigo. - Él tenía una armadura encantada de pies a cabeza con algunos trapos sucios y rotos. Apareció entre las sombras, aplaudiendo.

- ¡Sabes que no eres bienvenido a mi hogar! - Se paró y tomo su bastón.

+ Oye, oye calmate... - Observó fijamente los ojos de Aldair. - Ya veo, así que tú eres el nuevo portador del bastón de la naturaleza...

- ¿Te sorprende? Si tu conseguiste la espada sangrienta... - Metió su mano izquierda en el bolsillo.

+ Si, es verdad, no fue facil. - Saco su espada la cual era muy filosa y tenía un largo de 1,70 metros. - Para obtenerla, tuve que matar al rey del inframundo. - Lo dijo con un tono burlón

- Te volviste un demente y ambicioso por el poder... - Se puso la capucha.

El ambiente estaba tenso, no había viento y las nubes se pusieron negras, ya era casi madrugada.

- Bueno dime, ¿A que viniste? - Su voz se ponía cada vez más misteriosa y temeraria.

+ ¿A que vine? Pues vine a visitar a mi querido maestro... - Caminó hacia el borde de la terraza y se posó de espalda.

- Sabes muy bien que ya no eres mi discípulo. - Tocó dos veces el suelo con su bastón. - Tormenta. - Dijo entre dientes y se largó a llover...

+ Así que tú bastón puede controlar el clima, interesante - Se tiro hacia el vacío. - Que patético.

- No solo eso... - Nuevamente tocó dos veces el suelo. - ¡Guardianes del bosque, ataquen a Gedeón!

La tierra empezó a temblar, había 3 árboles transformándose en guardianes sagrados. Todos eran muy fuertes y poseían habilidades únicas como los golem. Gedeón se tiro al vacío con el único propósito de provocar a Aldair, parecía que lo incitaba a pelear contra él.

+ Voy a destruir a tus amigos... - Agarró la espada y la levantó hacia arriba. - ¡Clon oscuro, y espada de la muerte! - Se lanzó con su clon a gran velocidad hacia los guardianes y los cortos a los 3 en trazo de x, el ataque también solto un fuego oscuro el cual no puede ser apagado por agua, y quemó rápidamente a los guardianes, quedando solo cenizas.

- Eres un maldito, nunca debí ser tu maestro. - Saltó de la terraza y bajo volando. - Creo que es el día de que nos enfrentemos...

+ Aun no anciano. - Guardo su espada y con su mano derecha hizo desaparecer a su clon. - Tu discípulo llamado Owen, lo necesito, por qué él me llevará al poder.

- Ni en tus sueños dejaré que lo utilices. - Levantó su cara y golpeó su bastón bruscamente contra el piso y cesó la lluvia.

+ Aldair, quería agradecerte por ser mi maestro. - Se sentó en el suelo cruzando las piernas. - Si quizás tú no me hubieras salvado aquel día, yo estaría muerto, y así no cumpliría mi venganza.

- Entiendo, pero... ¿Por qué optaste por el mal camino? Yo siempre quise lo mejor para ti, pero tú me defraudaste. - Se agachó y se sentó enfrente de Gedeón.

+ Te defraude por qué no me bastaba con tus técnicas. Yo quería poder, quería venganza, lo único que pienso es en destruir todo este maldito imperio de magos. - Golpeó el suelo con su mano derecha. - Como sabes mis padres murieron apenas unos días después de nacer, no recuerdo sus rostros. Terminé en el orfanato sólo y siendo el más débil, mis compañeros de cuarto siempre me pegaban y me hechizaban ya que los más fuertes siempre aplastan a los débiles. Incluso los maestros me rechazaron por ser tan patético...

- Sufriste, lo sé. - Susurró. - Es feo ser débil, pero por tonterías como esas no puedes destruir todo un reino. ¡Es ilógico! - Levantó la voz.

+ ¡No solo eso Aldair! - Un aura oscura brotaba intensamente de él.- Los malditos que mataron a mis padres fueron todos los del reino, mis padres eran pobres, vivían en las calles, en los bosques, de un lado a otro robando. El rey en ese momento, solo pensó en él y no en mi familia, en la situación que nos estaba pasando, y mandó a matar a mis padres para dejarme a mí en el orfanato, en una vida de mierda y miserable.

- ¡Pareces un niño! - El rostro de Aldair estaba tapado por la oscuridad, su voz seria daba miedo.

+ ¡Y qué si parezco un niño! - Se levantó repentinamente. - Ya me da igual la vida de los demás, y por cierto Aldair, te dejare con vida, pero con una advertencia... - Chasqueó los dedos de su mano izquierda y abrió un portal. - Si te entrometes entre yo y tu discípulo, no dudaré en matarte...

- ¡Espera! - Aldair también se levantó.- No creas que por que soy viejo te voy a tener miedo, si lastimas a Owen yo tampoco dudare en eliminarte.

+ Como tú digas maestro... - Entro al portal y desapareció.

- Gedeón, es una estupidez lo que estas haciendo, pero puedo ver que tienes el mismo poder que yo... El de un mago de rango B. - Miró el cielo nublado y oscuro. - Nos queda poco tiempo Owen...

Amaneció, el día estaba despejado.

- Que buena noche... - Levante los brazos y bosteze.

Owen estaba perdido, a pesar de que ya era de día y él no estaba en las colinas, sino que se encontraba en las montañas rascas cielos.

- ¡Pero que demonios! -  Me levanté rápidamente y estaba al lado de un montón de tiendas de campaña. Y cuando me di cuenta ya no tenía mi espada...

+ Ya despertaste niñato... - Dijo alguien que estaba sentado en una roca mientras sostenía la espada elemental. - Oye, tu espada es muy pesada...

- ¡Imposible! - Se suponía que solo el portador sería capas de levantar la espada. - ¿Quien eres? Devuélveme mi espada.

+ Me llamo Gabriel... - Me lanzó la espada y tomó una lanza del suelo.

- Gabriel, ya veo... ¿Tu también eres de Evil Ghost? - Lo cuestioné por qué esto se ponía peligroso

+ No, y agradece que te traje hasta mi pueblo, de lo contrario te hubieran matado. - Dijo de una manera molesta.

Me quedé callado y el se levantó de dónde estaba sentado, la tierra que cubría parte de su cuerpo fue esparcida por el viento. Llevaba un traje como momia, su lanza era grande y tenía un estilo perforante, capas de atravesar cualquier objeto o persona...


+ Si quieres irte, deberás derrotarme en un combate, soy un guardian de Élite. - Dijo inesperadamente. - Son las reglas en mi pueblo.

- Está bien. - No quería retrasarme más, Aldair debe estar esperándome en su casa, y si no llegó hasta mañana él se va a enojar...

Las montañas rasca cielos es un lugar dividido por terrenos con barrancos de hasta 2000 metros de altura. En ese lugar si entras, para salir primero debes derrotar a un soldado de élite, a menos que poseas un pase de la razón por la cual visitas este lugar. En ese pueblo, ahí una montaña muy grande, en la cual se encuentra el gran altar del elemento de tierra y esta protegida por el maestro del mismo, aquel que lo derrote se le otorgará la liberación de dicho elemento...

Los caminos de la magiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora