Déjame Ir- (Ventino) [Makia]

Capítulo 58- Nervios

》Narra Natalia《

El primer brindis fue por mañana.

El siguiente fue por nuestra vida.

El siguiente del siguiente por seguir juntas, a pesar de que nos casemos.

El siguiente del siguiente del siguiente creo que fue por Makis.

Y mi despertar fue demasiado relajado, para creer que podría tener resaca.

El reloj marcaba las 8 a.m, teniendo a Camila durmiendo a mi lado, mientras que Olga estaba tirada en el piso, con una botella en su mano, escuchando sus quejas entredormida.

Me sentía calmada, no estaba nerviosa, solo era la tranquilidad de ver a Celia prepararme el último café como soltera, comer la última tostada, charlar una mañana más con ella y ver como mis padres bajaban sonrientes por las escaleras.

La puerta sonó, mostrando al clásico grupo de estilistas y maquilladores, observando como Celia aumentaba su sonrisa mientras la peinaban.

- Piensas usar el moño?- Alcé mis hombros, notando que no quedaba tan mal como creía.

- Será mucho?- La maquilladora negó.

- Puedes quitártelo luego del brindis.- Asentí suavemente, mientras comenzaba a sentirme nerviosa, riendo al ver como Camila y Olga llegaban apuradas.

- Makis está... perdón.- Cami estaba con su celular y yo solo podía usar la pequeña pelota, luego de pasar mi cinturón.

El día había llegado. Y solo podía sentir que me olvidaba de algo...

》Narra Makis《

- Recuérdale a Camila sobre las alianzas.- Juli asintió, mientras volvía a leer mis votos. Estaba a punto de comer mis uñas de los nervios.

- Quien es esa fea?- Lanzó Juan Pablo riendo, sintiendo esa calma llegar junto a ellos.

- Natalia ya salió.- Asentí suavemente, mientras lanzaba un pesado suspiro.- Nos vamos?- Volví a asentir.

- Vamos.- Dije segura, mientras reíamos, pidiendo el ascensor. Sosteniendo fuertemente mis votos.

Todo era perfecto, el pequeño ramo, mi vestido, el pequeño detalle junto con mi peinado, mi intento de mantener el maquillaje perfecto y no correrlo con alguna lágrima que se escapaba sin ningún permiso y sobre todo, el anillo de compromiso que perdería importancia y pasaría a tener un intruso de compañero para siempre.

Noté como Cami estaba afuera, entrelazando su brazo con el de Juli, quien solo sonreía, seguidas por mamá, quien ya había entrado, mirando atenta a los dos, mientras acomodaban su saco.

- Llegan a arruinar algo y los mato, les juro que los busco y los mato.- Asintieron, mientras entrelazaba ambos brazos, quedando por obvias razones en el medio, mientras Juan Pablo guardaba los votos en su saco.

Las puertas se abrieron y con ello, mi vista se nubló, luego de ver como Natalia se apuraba en guardar un pequeño pañuelo, sintiendo el dolor en mis mejillas de tanto sonreír, mientras comenzábamos a caminar hacia ella.

No había vuelta atrás.

No habría final.

Nos esperaba lo mejor a las dos.

Y solo dejé de escuchar todo a mi alrededor, todo fue puro silencio, solo éramos nosotras.

Tomó mi mano, dando por finalizado el misterio, los nervios, el temor de que algo salga mal.