Capítulo 64- Fetiches

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(Maratón 2/3)

- Quiero entrar ahí.- Susurró tomando suavemente mis manos, mientras yo asentía, tomando la iniciativa de entrar, si no fuera porque ella se había quedado quieta.- Voy a comprar cosas y no quiero que las veas.-

- Puedo ver la sección de boxers.- Negó suavemente, mientras formaba un puchero.

- Puedes ir al sexshop o a comprar ropa interior en Calvin Klein.- Era una buena idea.

Asentí suavemente, mientras la veía entrar en el local de Victoria's Secret.

Ella iba a comprarse cosas que yo iba a ver luego. Ahora entiendo todo.

Entré rápidamente en el local, yendo directamente a la zona por la que solo iba, comprando las clásicas cajas de tres, consiguiendo el mismo tono de brasier, recordando otro detalle:

Makis me había dicho que podía ir a un sexshop.

Pagué rápidamente, mientras que podía verla pagar por sus cosas, esperándola afuera.

- Hiciste rápido.- Dijimos al mismo tiempo, mientras tomaba su mano.

- Quieres entrar?- Señalé con mi rostro la pequeña tienda, mientras que ella asentía sin problema. Solo podíamos comprar detalles para hacer más placentero en momento.

- Qué es esto?- Preguntó sonriendo, mientras que yo volvía a dejarlo en su lugar.

- Un espansor anal.- Rápidamente se alejó.- Todo lo que hay aquí entra por detrás.- Cuencas, accesorios, dilatadores, hasta que los consoladores aparecieron y sólo seguimos por otra sección.

Ella sonrió, mientras yo dejaba dos esposas con peluche, mientras continuaba por un pequeño antifaz, sabiendo perfectamente que la corbata de satín había quedado en la maleta luego de algún viaje, siendo lo único que teníamos hasta el momento.

Sin que se de cuenta, metí un pequeño vibrador, justo cuando ella llegaba con lubricantes saborizados, sonriendo al notar que ella no se decidía, tomando el de sandia.

- Algo más?- Pregunté sonriendo, mientras que ella asentía, guiandome a la zona más apartada.

Esto se va a poner bueno.

Tomé la bolsa discreta, mientras que ella sonreía, pagando todo, mirándola incrédula.

- Siempre pagas todo, déjame hacerlo a mí por una vez.- Rodé mis ojos, mientras besaba mi mejilla, volviendo al departamento para dejar todas nuestras compras, volviendo a salir hacia el coliseo luego de darnos una ducha rápida, cambiando nuestra ropa.

- Alguna vez compraste algún juguete con tus exnovios?- Negó sonriendo.

- Sentían que se le quitaba importancia a su atributo.- Dijo sarcástica, mientras que yo reía.- No te llegan ni a los talones.- Susurró sonriendo.

- Solo son medidas y placer, no importa que tan grande sea, los dos siempre llegan.- Ella negó.

- Ellos penetraban, pero para su placer, porque yo no sentía nada.- Lancé una carcajada.- Y ahora siento perfectamente cuándo estas dentro mío.-

- No alcanzaban?- Negó rápidamente.- No te duele si yo voy más rápido de lo normal?- No me excitaba hablar del tema, a ninguna parecía importarle.

- Suele dolerme cuando vas directamente al punto y ahí te quedas.- Cuando no iba a acariciar su clitoris, o a controlar que esté húmeda.- Pero de cierta manera, lo haces un día y los siguientes sí bajas, o lo haces más suave.- Asentí suavemente.- No me molesta que lo hagas o quizás no me duele porque mi cuerpo ya se acostumbró.-

- Gracias por su opinión, señora esposa. Será adaptado para próximas ocasiones.- Ambas reímos, mientras me besaba suavemente.

- Te amo.- Me besó luego del clásico "yo también", antes de perdernos en el lugar histórico, notando la cantidad de fotos que estaba tomando.

- Nunca te molestó dormir conmigo?- Pregunté suavemente.- Sentir que eso se levantaba, que yo me mueva cuando me olvido de hacer algo de trabajo o que simplemente te abrace.- Expliqué notando su sonrisa.

- La primera vez que me desperté y estabas al lado, yo estaba drogada.- Ambas reímos.- Pero no me molesta, me gusta sentir mi reacción en tu cuerpo, me gusta ayudarte a bajarlo y me encanta que me abraces porque es como si me estarías protegiendo de todo lo malo que puede haber a nuestro alrededor.- Susurró frenando en seco.- Tengas lo que tengas ahí abajo, yo siempre te voy a esperar para que podamos dormir juntas, te voy a abrazar, te voy a besar y te voy a amar hasta que me pidas que deje de empalagarte tanto, entonces cuando sientas que te hacen falta caricias, yo voy a estar esperando para volver a hacer todo lo que te dije, porque juré amarte y eso voy a hacer.- Me restregó su anillo, riendo junto a ella, mientras la besaba suavemente.

- Tengo hambre.- Asentí suavemente, tomando suavemente su mano, mientras buscaba nuestro departamento, riendo al darme cuenta que habíamos ido por el lado contrario.

Si todos los caminos conducen a Roma, en algún momento llegaremos a dormir, porque Makis parecía tener un antojo y yo no me iba a negar a comer una sabrosa hamburguesa junto a ella...

Déjame Ir- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora