Capítulo 29- Cámaras

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》Narra Makis《

Apenas podía moverme, me dolía todo el cuerpo, estaba demasiado cansada, pero Natalia siendo demandante durante el sexo me hacía sentirme húmeda en todo momento, mientras simplemente la veía tomar sol en la cubierta del barco, con su clásico conjunto, acercandome a ella, sentándome a su lado.

- Nada de flecharse.- Dije pasando algo de crema por su piel caliente, mientras ella sonreía, quitándose sus gafas.

- Descansaste?- Preguntó suavemente, mientras pasaba crema por su rostro.

- Demasiado.- Susurre sonriendo, bajando mis manos por su vientre, siguiendo con sus piernas.- Pero no quiero que te quejes esta noche porque te flechaste aquí.-

Se giró perezosamente, mientras pasaba la crema por su espalda, bajando una vez más, dándole una nalgada, riendo junto a ella.

- Tu turno.- Susurró volviendo a ponerse sus gafas. Que sexy.

Sus manos pasaron entre los triángulos del supuesto brasier que cubría todo, bajando hasta mi vientre, notando como sonreía mientras acariciaba la marca que se notaba cerca del hilo de mi tanga, mientras dejaba la crema por mis pies, notando como parecía querer empezar unos pequeños masajes.

- Sabes pintar las uñas?- Pregunté notando una pequeña idea en ella.- Porque soy muy mala y quizás sea bueno.- Me giré, notando como pasaba por mis muslos, siguiendo por mi trasero, comenzando con un pequeño masaje.

- Sé pintar las uñas, sé hacer masajes, sé amarte, y sé que tenemos una cámara grabandonos en este momento.-

Volvió a recostarse, mientras tomaba mis gafas, mientras comenzaba a leer el libro de su amiga, viendo como se giraba a mi lado, dejando un suave beso en mi hombro, mientras leía conmigo.

- Si ella se enamora y le rompen el corazón, pobre del muchacho.- Susurre riendo con ella.

- Camila se enamora con facilidad y es capaz de dar su corazón por amor.-

- Y tú?- Pregunté suavemente.

- Si yo doy mi corazón por amor?- Asentí suavemente, notando como hacía el clásico gesto como si su corazón saldría, haciendo los clásicos latidos, tendiendomelo, mientras lo tomaba para dejar un beso en el aire, antes de tirarlo.- Mi corazón.- Gritó sarcástica, antes de dejar sus lentes, tirándose al agua. Estaba loca.

Corrí a la parte de atrás, metiéndome al frío mar, nadando hasta ella.

- Lo encontré.- Susurró riendo, mientras volvía a dejarlo en su pecho, dejando mis brazos en sus hombros, besandola suavemente.

Ninguna hacia pie, pero sabíamos nadar perfectamente, volviendo lentamente hasta la popa, subiendo rápidamente las escaleras del barco, mientras ella subía a buscar toallas.

- Aún nos vigilan?- Pregunté secando suavemente mi cuerpo, observando como asentía.

- Tengo una idea.- Susurró tomando mi mano, acercándonos al timón.- Como estamos solas aquí, nosotras mismas tenemos que hacer todo.- Posó mis manos en el timón, negando rápidamente.

- Yo cocino, pero por favor no me hagas manejar a mi.-

- No voy a soltarte.- Susurró besando mi mejilla.

Sentí como tiró de una palanca, comenzando a escuchar el motor, mientras que apretaba un botón, sosteniendo fuertemente mis manos, observando como nos alejabamos aún más de los otros barcos, mientras volvía a disminuir la velocidad, volviendo a apretar el botón, quedándome estática, mientras ella reía.

- De aquí solo pueden ver el barco.- Susurró sonriendo.- Y sólo yo puedo verte.-

- Eso me encanta.- Susurre besandola suavemente, antes de caminar hasta la pequeña cocina que había dentro.

Intentó ayudarme con los tomates, riendo al ver lo rápido que intentaba hacerlo, estando a punto de cortarse en más de una ocasión.

- La cocina no es lo tuyo.- Susurre sonriendo.

- Y que es lo mío?- Preguntó sentándose en la mesada, mientras yo cocinaba a su lado.

- Usar los dedos.- Me sonroje, mientras ella reía.

- Usar los dedos?- Asentí rápidamente.- Para qué sé usar los dedos, Makis?-

- De verdad necesitas saber para qué sabes usarlos?- Ella asintió, mordiendo mi labio inferior, mientras recorría su cuerpo con la mirada.- Para pasar crema por mi cuerpo.- Ella lanzó una carcajada, antes de esparcir la salsa por la masa precalentada, mientras yo dejaba grandes pedazos de queso, admirando nuestra obra maestra, antes de dejarlo en el pequeño horno.

- Me encanta esparcir crema.- Dijo sarcástica, mientras yo rebuscaba una de las compras improvisadas en pleno aeropuerto, entregándole una pintura para uñas.- Sabes por qué aprendí a hacer todas esas cosas?- Preguntó suavemente, mientras se sentaba junto a mí en el sofá, tomando uno de mis pies.- Porque quería ser útil e intentar enamorar a Cami.- Alcé ambas cejas, mientras ella sonreía.- Solo que yo recién me estaba dando cuenta que mis pechos estaban creciendo y ella era la única que se quedó conmigo a pesar de las burlas.-

- Y tocaste su espalda y sus pies?- Negó rápidamente.

- Sólo le pintaba las uñas durante las pijamadas.- Susurró sonriendo.- A ella no le importaba que yo duerma en la misma cama, ella a mitad de la noche me abrazaba fuerte y yo me sentía bien, ella me abrazaba y yo dejaba de pensar en lastimarme.-

Una lágrima cayó por mi mejilla, mientras ella la secaba rápidamente, continuando con su perfecto trabajo.

- Y solía hacerle masajes a mi hermano cuando tenía algún desgarro jugando rugby.- Explicó tranquilamente.- Y él me ayudaba con mis tareas.- Agregó sonriendo.

Pasó a mis manos, mientras que parecía demasiado concentrada, besando su frente, notando como tomaba un leve sonrojo, continuando con su trabajo.

- Y ahora estás tú.- Susurró dándome una rápida mirada, mientras cambiaba de mano.- Duermes conmigo, me ayudas todos los días a no caer, me demostras que soy normal aunque no lo sea, me abrazas, me besas, me deseas, me amas y yo no sé como devolverte todo lo que haces por mí.-

- Sos la persona más normal y hermosa del mundo, Natalia.- Susurre sonriendo, mientras comenzaba a soplar sobre mis manos, intentando que se seque rápido mi esmaltado.- Me devolves cada una de las cosas que yo te doy y aún más, porque me costaría demasiado armar un viaje improvisado y lo haces, te preocupas por mí y mi bienestar, me llenas de ternura y de ganas de besarte toda la vida, porque me demostras cuanto me amas y yo sólo puedo agradecerte por darme todo lo que me das con cosas simples.-

Aún no éramos novias? Porque yo ya sentía que lo eramos, pero no sabía todo lo que pasaba por la mente de Natalia...

Déjame Ir- (Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora