》Narra Makis《
Al volver de la editorial me encerré en la habitación, quedándome dormida rápidamente, hasta que escuché como algunas cosas se caían en la sala, abriendo lentamente mi puerta justo cuando Natalia entraba en su despacho.
Disfruté ver su desesperación, pero sabía que iba a costarme demasiado caro jugar con ella, bajando rápidamente a la cocina, donde Celia ya comenzaba a preparar el desayuno, mirándome sin entender.
- Buen día.- Susurre escuchando el grito de Natalia, tomando una tostada.- Hay que limpiar su despacho.- Sonreí antes de salir corriendo, justo cuando ella bajaba las escaleras con una blusa cubriendo parte de su bóxer.
Solo escuché la carcajada de Celia, antes de esconderme en el deposito que se encontraba en el fondo del patio, metiéndome debajo de una de las camas que parecían demasiado viejas, cubiertas por una sábana blanca.
- Makis?- Preguntó suavemente apenas entró.- Dijiste que íbamos a hablar, por qué no das la cara, pequeño engendro del demonio?- Sonreí ante la forma de referirse a mí, notando los pasos aproximarse a la zona en la que estaba, subiéndose encima de la cama.
Lo que no esperaba es que esté llena de polvo, comenzando a estornudar sin ningún permiso. Iba a matarla.
- La próxima, tendrías que idear un mejor plan de escape.- Susurró asomando su cabeza aún encima de la cama.- Piensas salir? O quieres que hablemos así?-
Lentamente salí de mi escondite, mientras que ella estaba se encontraba en el medio de la cama, sentada en posición de indio, sonriendo ante lo tierna que podía verse.
No era un buen momento, estupida.
- Cumplirás con tu parte? O lo tendré que hacer a mi manera?- Preguntó sonriendo maliciosamente, sentandome a su lado, intentando no mirarla a los ojos, sabiendo que podría absorberme con demasiada facilidad.
- Perdón por golpearte.- Susurre jugando con mis manos.- Fue un impulso, pero no esperaba que...-
- Perdón por no ser más suave con mis explicaciones.- Natalia Afanador pide perdón?- No creí que fuera tan bruta hasta que me di cuenta de tu estado.- Posó su mano en mí muslo, acariciando suavemente esa zona, tensandome ante ese simple contacto.
- Natalia.- Jadee al sentir sus dedos acariciar la cara interna de mi muslo, tomando sus mejillas, conectado nuestras miradas por un momento, antes de volver a sentirme intimidada, volviendo a bajar mi cabeza.- Quiero ayudarte, pero comienzas con tus ideas de que soy tuya y simplemente haces que mi enojo me gane.- Confesé sonrojada al sentir su mano meterse dentro de mi short, sacándola rápidamente, entrelazandola con la mía.
- Que yo te diga que sos mía no termina ahí.- Tomé cierta distancia, mientras ella intentaba volver a acercarse a mí.- Te enojas sin sentido, porque no sabes que soy tuya, porque si te elegí es porque elijo ser tuya.- Completó tomando mi mentón.
Conectó nuestras miradas por un momento, antes de que sus ojos bajen a mis labios, haciendo lo mismo, sintiendo mis labios resecos, pasando mi lengua suavemente, sintiendo uno de sus dedos pasándose ahí, moviendo levemente mi rostro, succionando su dedo mientras cerraba mis ojos, sintiendo sus labios posarse en mi cuello.
- Natalia.- Jadee intentando mantener mi compostura, aunque no me importaba caer en sus brazos.
- Sigues queriendo hablar?- Preguntó con voz ronca, mientras yo hacía una mueca.
- Necesito mi tiempo, no soy capaz de entregarme como si fuera lo más simple, necesito pensar.- Expliqué acariciando suavemente su mejilla.- Me encantaría darte lo que buscas, pero no quiero sentirme obligada, quiero que pase cuando lo creamos conveniente.- Completé, mientras ella asentía.
- Permíteme enamorarte.- Susurró rozando nuestras narices.- Permíteme demostrarte que sí valgo la pena, que sí quiero cuidarte.- Simplemente junté nuestros labios, sintiendo la suavidad que empleaba, hasta que una leve mordida en su labio inferior fue suficiente cómo para mandar todo al carajo por un momento, lanzando un pesado suspiro cuando nuestras lenguas comenzaron a jugar, dejándome llevar por su perfecto sabor a menta que ella parecía preocuparse en tener.
Mis manos se fijaron en sus mejillas, conectado nuestras miradas, intentando dejar el rencor de lado.- Si vamos a casarnos, tendría que ser porque de verdad nos amamos y si eso ocurre, pienso intentar alegrar cada una de tus mañanas.-
Tan convencida? Hace un par de horas la odiabas...
- Alegras mis mañanas cuando nos vamos a dormir sin pelear, pero entiendo tu desesperación.- Explicó tranquilamente.- Yo también la sentí.- Hizo una mueca, mientras volvía a mirar esos carnosos labios, dándole un suave beso, sin tener en cuenta lo que ocurría debajo.- Quiero evitar las duchas frías y por más de que me encantan tus labios, podrías comportarte?- Alcé una ceja, mientras que ella se sonrojaba aún más; no podía ser tan tierna.
- Es inevitable.- Susurre sonriendo, antes de que ella me alzara como una simple bolsa en su hombro.- No me refería a eso.- Me quejé intentando liberarme de sus fuertes brazos, frenando en el medio del patio.
Sin esperarlo, sus labios se apoderaron de los míos, dando suaves movimientos, antes de sentir como se alejaba, intentando aclarar su garganta.- Tenemos que desayunar, no voy a obligarte a nada.- Dijo segura, volviendo a cargarme.- Pero es gracioso llevarte así.-
- Te estás aprovechando de mi estatura, eso no se vale.- Me quejé mientras me dejaba sentada en una de las banquetas, mirándola de brazos cruzados, mientras Celia reía, notando como ella buscaba darme un beso, tirandome hacia atrás.- No voy a besarte.- Desafíe, notando su asombro ante mis palabras, cuando yo también me encontraba asombrada.
Acercó uno de los platos, llevando una de las tostadas a mi boca, negando mientras ella posaba su mano en mi muslo, recorriendo esa zona suavemente.
Mordí rápidamente el pedazo de pan, notando su sonrisa intacta, mientras mordía la misma, sentándose a mi lado.
Hacía horas no comía, lo necesitaba demasiado y Celia parecía mirar de reojo mientras limpiaba el desastre que había hecho con la botella en su despacho, sintiendo como Natalia volvía a buscarme.
- Solo un beso.- Pidió haciendo un puchero.- Y voy a bajar esta cosa.- Susurró sonrojada.
Tome sus mejillas, uniendo suavemente nuestros labios, sintiendo sus manos aferrarse en mi cintura, sin buscar nada que demuestre excitación, por más de que nuestras lenguas jueguen por un momento, antes de separarnos por la falta de aire y por la cantidad de par de ojos que me miraban, intimidandome cómo ella solía hacerlo.
Su familia había llegado y todo parecía lo contrario a lo que en realidad estaba pasando, solo que la adoración de la señora hacía mí, parecía mayor.
Me esperaba una larga semana...
![](https://img.wattpad.com/cover/232072964-288-k119339.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Déjame Ir- (Ventino) [Makia]
FanficLo que para Makis fue un simple choque, para Natalia fue la decisión definitiva, esa que cambiaría la vida de ambas, con sus altibajos, con sus peleas y sus malos momentos, para terminar fundiéndose en el amor que tanto se tenían escondido la una ha...